Liga Élite, otra vergüenza del béisbol cubano
Por Ronal Quiñones
HAVANA TIMES – Si fuera poco todo lo que ha pasado el béisbol cubano en los últimos tiempos, sobre todo a nivel internacional, donde ya no lidera ninguna categoría, llega la primera Liga Élite para hundir más el poco prestigio de la Federación cubana de la disciplina.
El evento nació en terapia intensiva casi desde su misma concepción, pues a la hora de conformar y nombrar los equipos se hicieron encuestas que a la postre nadie entendió.
Por ejemplo, se realizó un primer sondeo en el que, en el caso del plantel que integraría a peloteros de La Habana y Mayabeque, se impuso la versión de Alacranes de Almendares.
Como ya ese nombre existió en la historia de la pelota cubana, y de forma muy gloriosa vale recordar, se decidió ofrecer tres variantes diferentes, siempre con el nombre de Almendares incluido, al tratarse de un río que nace en Mayabeque y desemboca en La Habana.
Pues resulta que al final salió el nombre de Portuarios, nadie sabe de dónde, y así se llamará en definitiva ese conjunto.
Lo peor es que cuando ya estaba todo listo para el arranque, según declaró a la televisión nacional nada menos que el comisionado nacional, Juan Reinaldo Pérez Pardo, 24 horas antes sale una nota en la que se dice que no llegó a tiempo “una parte imprescindible de los uniformes concebidos” para la lid.
Es que de solo contarlo mueve a la burla, porque no es posible que ocurra una cosa como esta en un torneo serio, con un contrato firmado entre las partes y un compromiso con todas las de la ley.
Han pasado varios días y todavía nadie sabe cuándo llegará la carga que la marca TeamMate, de San Marino, se comprometió a entregar a Cuba, y por tanto sigue en el aire el comienzo de la Liga.
Según un ejecutivo de la corporación, a cargo de las Américas, desde el día 20 de septiembre se empezó a entregar los paquetes a la compañía española Lantia Marítima S.L., encargada del traslado hacia la isla por vía aérea.
Pero las cosas se torcieron desde el inicio, pues desde el 13 de julio se informaron los nombres de los seis equipos y no fue hasta el 25 de agosto que comenzó la producción real de los implementos en China, según el propio directivo de TeamMate.
Con todos esos antecedentes, incluso la posibilidad de corregir los nombres de los conjuntos hacia los que mayoritariamente tuvieron buena aceptación en la población (algo que la Federación consideró imposible porque “ya estaban en producción”), Pérez Pardo no se atrevió a decir que al menos existía la posibilidad de que no se arrancara en tiempo.
La falta de credibilidad (otra más) parece ya el colmo para un deporte que se desangra por la emigración de peloteros, la falta de recursos, la necesidad de actualización de los entrenadores, el escaso apoyo material en la base y mucho más.
Antes de que se formara este desbarajuste monumental, y a pesar de las insatisfacciones con los nombres de los equipos, los más fanáticos comenzaban a dar pronósticos, porque en definitiva la pelota corre por las venas de la mayoría de los cubanos.
Para muchos el gran favorito el trono era Centrales, que agrupa a peloteros de Matanzas, Cienfuegos y Villa Clara, con buenas opciones para Agricultores, que reúne a los de Granma y Las Tunas, y Ganaderos, con presencia de Ciego de Ávila, Sancti Spíritus y Camagüey.
Sobre el papel, parece que Centrales tiene el cuerpo de lanzadores más completo del certamen, con Dariel Góngora, Alain Sánchez, Renner Rivero, Yamichel Pérez, Freddy Asiel Álvarez, Noelvis Entenza y el cienfueguero Hermes González, una de las sensaciones de la pasada Serie Nacional.
El mentor Armando Ferrer cuenta además con una respetable ofensiva, con Erisbel Arruebarrena, Pavel Quesada, Yadir Mujica, Jefferson Delgado, Luis Vicente Mateo, Ariel Sánchez, Javier Camero y Yusniel Ibáñez.
También se les puede sumar el tunero Danel Castro, que no fue tomado en cuenta por su región y ya Ferrer dijo que si se lo permiten lo acogerá en su nómina.
Fue precisamente Carlos Martí quien no quiso contar con el veterano de mil campaás, pero igual exhibe un conjunto poderoso, con Alejandro Meneses, Leandro Martínez, Yoel Mogena, Carlos Juan Viera, Alberto Pablo Civil y César García desde la lomita.
Al bate no se queda atrás, ya que puede alinear a Iván Prieto, Carlos Benítez, Osvaldo Abreu, Yulián Milán, Yunieski Larduet, Alexquemer Sánchez, Guillermo Avilés y los hermanos Yosvani y Yordany Alarcón.
Como se ve, la base es el Granma que se coronó en la pasado Nacional, con algunos elementos de Las Tunas, que si no acusan el regionalismo herido por el caso Danel pueden llevarse la corona.
Por su parte, los Ganaderos cuentan con los respetables brazos de José Ramón Rodríguez, Yuen Socarrás, Dachel Duquesne, Yander Guevara, Yankiel Mauri, Yanielquis Duardo y Frank Madan, al mando de Héctor Huelga.
Aquí sorprendió la designación del director, pero según se explicó, no quiso asumir el cargo el avileño Yorelvis Charles, algo similar a lo que pasó con el habanero Guillermo Carmona.
En cualquier caso, Huelga tiene jugadores de calidad como Osvaldo Vázquez, Yunior Ibarra, Yordanis Samón, Alexander Ayala, Raúl González, Leslie Anderson, Yunier Mendoza, Fréderich Cepeda y Leonel Moas.
En el caso de Tabacaleros (Pinar del Río, Artemisa y la Isla de la Juventud), Alexander Urquiola tienen buenos lanzadores en Vladimir Baños, Erly Casanova, Frank Luis Medina, Jhonatan Carbó, Geonel Gutiérrez y José Ángel García, pero les falta bateo de largo metraje.
Finalmente, Portuarios (Industriales y Mayabeque) tiene una poderosa ofensiva, pero el cuerpo de serpentineros luce bastante endeble, al igual que Cafetaleros (Santiago de Cuba, Guantánamo y Holguín).
Yo hubiera preferido que comenzara ya el torneo, aunque fuera con los uniformes de la pasada Nacional, porque luego se pega mucho el final de esta Liga con la Serie del Caribe, a donde debe acudir su campeón.
Total, ya el ridículo se hizo, y ahora se corre el riesgo de que haya que celebrar luego hasta dobles juegos para recuperar las fechas perdidas.
En fin, si ya la Liga presentaba dudas con respecto al respaldo de la afición, ahora sería un verdadero milagro que tenga arraigo.