Lenier Mesa, principal damnificado en desastre de Santa María

Lenier Mesa niega su participación en el Santa Maria Music: “No tengo nada que ver con ese evento” Foto:https://euro.eseuro.com/

Por Francisco Acevedo

HAVANA TIMES – El cantante cubano Lenier Mesa ha sido el gran damnificado en el Santa María Music Fest, el más reciente fracaso del gobierno cubano en temas culturales.

Aunque no actuó como tal, su sola presencia en el hotel donde se alojaba el resto de los artistas generó mucha polémica, porque él mismo prometió tiempo atrás que jamás participaría en nada relacionado con la dictadura.

Sin embargo, ante la controversia levantada, le aseguró al influencer Alex Otaola que su viaje a la isla era para visitar a su abuelo que se encontraba enfermo y que acompañó a su amigo Tekashi 6ix9ine, uno de los principales organizadores del evento.

Diversas fuentes indicaron que al artista no se le vio en Mayabeque, su provincia natal, con familiares o amigos cercanos; pero él asegura que sí lo visitó brevemente durante su estadía en la isla, y que su mamá posteriormente viajó a Güines para atenderlo directamente. Todo esto fue desmentido horas después cuando sale un video en el que su abuelo dice textualmente: “No te preocupes por mí que estoy bien. Muy contento de que hayas venido, aunque no pudiste venir aquí por los problemas que tuviste, pero yo estoy bien”.

Según dijo el cantante, uno de los más populares de Cuba, en el canal de Youtube del influencer Eliécer Ávila, habló con Tekashi y le explicó lo que significaba actuar en un show como ese, en cuanto a respaldo a Miguel Díaz-Canel, Manuel Marrero y toda la camarilla gobernante, pero el mexicano-estadounidense “tiene otra mentalidad, no entiende”.

“Esto aquí (en Miami) es más comunismo que Cuba”, dijo en referencia a un concierto que dio recientemente allí en el que le prohibieron decir “singao” al presidente cubano, como era su idea aparentemente a pesar de que siempre insistió en que no es político.

“Ojalá me hubieran dejado a mí cantar en ese festival para cantar Díaz-Canel singao”, llegó a decir en su diálogo con Ávila, que se hizo famoso en su época de estudiante universitario tras un debate con el ya fallecido Ricardo Alarcón, en ese momento miembro de la alta nomenclatura comunista. Se comenta que a Lenier le iban a pagar 100 mil dólares por actuar, pero no está confirmado eso, ni una retractación suya por haber ofendido al mandatario antillano en el pasado.

Lo cierto es que el artista mostró muy poca autocrítica y se centró en defender su derecho a visitar a un familiar, lo cual creo nadie censuró, en vez de analizar lo que hizo el resto de las por lo menos cuatro horas que estuvo en la Isla, incluso descontando las del inexistente viaje a Güines (que dura cuatro horas a toda velocidad, o sea, ocho horas ida y vuelta).

Aunque sea verdad que no tuvo nada que ver directamente con el evento y que solamente aprovechó la coyuntura para darle un abrazo a su abuelo (lo cual al final nunca hizo), debió ser mucho más cuidadoso con su imagen, que se utilizó para promocionarlo indirectamente.

Aquí debo romper una lanza por Lenier, porque realmente en ningún momento hizo referencia a lo que se preparaba en el Santa María Arena, organizado por la compañía Gaviota, el brazo económico y turístico del Grupo de Administración Empresarial SA (Gaesa) del Ministerio de las Fuerzas Armadas (Minfar) de Cuba, pero al final mintió sobre su viaje.

Dijo que sigue defendiendo a los cubanos, pero lo cierto es que dejó pasar una oportunidad de oro para demostrarlo. Entiendo que quizás era la única manera de que lo dejaran entrar a su país, pero pudo haberse mantenido mucho más por debajo del radar, y mucho menos mentir luego sobre el encuentro con el abuelo.

No obstante, creo que su actitud posterior, amén de la mentira y la falta de autocrítica, intenta ser consecuente con sus ideas y repite que es de ¡Patria y Vida!, pero peca no menos que de inocente, porque en un principio (el domingo cuando regresó a Estados Unidos) dijo que como estaba trabajando con Tekashi le acompañaba en sus conciertos, fueran donde fueran.

Es evidente que no tenía noción del revuelo causado por su presencia en la isla, y mucho menos de que todo se estaba viendo desde la óptica política, como es habitual con todo lo relacionado con este país, ni tampoco de que la lujosa casa donde se alojó es la que usa el propio Díaz-Canel cuando está por esa zona.

Al final queda claro que a él lo único que le interesa es su música y sus seguidores, su negocio en pocas palabras, y no meterse en problemas con nadie. Desde que lo vi en un video en el “Mañanero” de Otaola hace alrededor de tres años me pareció que quería nadar entre dos aguas, se mojaba, pero sin mojarse.

Sin embargo, después de ser coautor del tema “¡Que se vayan!”, divulgado poco después del 11 de julio de 2021, pensé que su postura se había radicalizado al punto de tener muy claro dónde pone su nombre.

Eso va para él y para los que participaron: los cubanos Isaac Delgado, Divan, Alex Dubai, Charly & Johayron y Laritza Bacallao, la boricua Carma Carmona y la dominicana Yailín “La más viral”, por solo mencionar a una pequeña parte.

Los 100 mil pesos (unos 400 USD) que algunos pagaron para estar allí en el evento no se van a utilizar para comprar ambulancias ni medicamentos, sino para seguir engordando los bolsillos de toda la parentela de Fidel Castro.

Todos ellos con su presencia legitimaron el evento, incluido el propio Lenier aunque no se haya subido al escenario, y en su caso fue peor porque el Gobierno lo dejó entrar, pero no cantar, como dejando claro que no lo querían ni lo necesitaban, así que quien peor queda es él mismo.

En su caso además la dictadura puede decir que permite la entrada de los artistas contestatarios, así que más manipulado todavía (lo defendieron hasta en el innombrable programa del gobierno Con Filo).

Le queda asumir ahora las consecuencias, económicas sobre todo que es lo que más le duele en el fondo, pero nunca olvidará el desastre de Santa María.

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