¿Las mujeres mantienen las casas en Cuba?

Por Nike

HAVANA TIMES – Quiero compartir con ustedes mi impresión sobre este tema y saber, por los ejemplos que les pueda dar, si esto que me pregunto es cierto o no.

Por las tardes, después de cada jornada laboral, casi todas las mujeres que conozco o veo por las calles, regresan cargadas de cuantas cosas puedan hacer falta en una casa. Desde comida, una llave para el fregadero, hasta los zapatos del hijo para la escuela.

Eso se suma a la incomodidad de regresar en una guagua repleta y sin ninguna amabilidad por parte de los hombres. No quiero generalizar, pero es algo que vivo y veo a diario.

Me llama la atención, porque es algo de lo que incluso, las mujeres, hablamos poco y porque cada vez sé de más de ellas que llevan el dinero y la comida a sus casas.

Conozco una, por ejemplo, que es cocinera y todos los días carga con la comida y todo lo que pueda encontrar para su casa, donde el esposo solo espera que le pongan el plato en la mesa.

Otra es jinetera y su compañero  lo aprueba o se hace de la vista gorda y así vive él también del “trabajo” de ella que, además, se encarga de las labores domésticas.                                                 

Sé de alguien más que es peluquera particular y pasa el día entero trabajando como una mula y después como el caso anterior realiza los trabajos hogareños.

Otra, mucho más joven que las anteriores, y que es empleada en una casa de alquiler y lo mismo lleva para su hogar un cepillo de dientes, caramelos, bombones u otro tipo de alimentos que le regalan lo huéspedes. Es la que recoge los niños de la escuela, cocina, limpia y luego en la noche exhausta atiende los pedidos del esposo.

Mientras los hombres, en el mejor de los casos, se conforman con un sueldo y se creen por eso que ya no tienen que hacer más nada, solo levantar los pies en un sofá, ver la pelota o el fútbol. Mientras la mujer después de insistir mucho termina ella misma resolviendo todos los problemas de la familia.

Así mismo pudiera citar muchos más ejemplos de cubanas que mantienen sus casas; algo que al mismo tiempo me apena, me produce admiración al saber que la mujer cubana es capaz por sí misma de afrontar todos los retos de la vida actual. Solo que esos retos debieran ser para su propia y plena realización humana. ¿No creen ustedes?