Las ideas no se matan

Por Osmel Ramírez Álvarez

Busto del sargento Sarria quien salvó la vida de Fidel Castro después del fracasado ataque al cuartel Moncada. Foto: José Raúl Rodríguez Robledacubadebate.cu

HAVANA TIMES – Es muy conocida en Cuba la frase con que se cuenta que un oficial del ejército batistiano detuvo a sus iracundos compañeros, deseosos de matar a Fidel al este ser capturado tras los fallidos sucesos del Moncada. “Las ideas no se matan”, fue el argumento más trascendental usado por el iluminado sargento Sarría.

Ahora, en pleno aniversario del deceso del Comandante, rememorar hechos como esos relacionados con él, reveladores de ética y respeto a los derechos y virtudes del adversario, es muy oportuno, porque aunque el virtuoso allí fue el soldado, Fidel logró salvar su vida y luego ello permitió que la historia recogiera el suceso.

Batista representaba el brazo firme de un sector dominante, interno y externo, que creía en la democracia solo si sus intereses no resultaban afectados, solo si quienes los superasen compartieran similar ideología. Ante la amenaza democrática de grupos alternativos, ganando el apoyo del pueblo, impusieron la fuerza.

Fidel triunfó combatiendo esas posiciones aberradas de la política. Esa fue la revolución que apoyó nuestro pueblo. Y aquella revolución tuvo toda la sintonía posible con la célebre y visionaria frase de Sarría.

Pero en el deseo de cumplir con un propósito considerado altruista, esa revolución ha mutado y mutado, olvidando incluso sus bases éticas. Y ya a estas alturas, hace tiempo que la frase de Sarría no les sirve, no vale nada, más bien molesta.

Priman las frases del propio Fidel: “La Revolución tiene derecho a defenderse”, o “dentro de la Revolución todo, fuera de la Revolución nada”. Son frases hermosas y profundas, pero de interpretación peligrosamente abierta.

¿Defenderse de quién?

Si fuese de un enemigo externo, estaría justificada la violencia. Si fuese de enemigos internos, la defensa debería limitarse éticamente a la fuerza del verbo y la razón; al peso de los argumentos en justa lid con los adversarios; al convencimiento del pueblo con la verdad a su favor. Jamás con acciones equiparables a las que pretendían contra Fidel los compañeros uniformados de Sarría.

La sensación que tuve y tiene mi familia sobre los vergonzosos sucesos del 10 de noviembre, en que fui detenido por 3 días y despojado de mis bienes, es que me estaban dando un “escarmiento”. El objetivo: matar mis ideas neosocialistas y parar mi pluma crítica y reproductora de verdades que molestan.

Mi crimen es el mismo que el de Fidel en aquellos tiempos: querer un mejor país. Pero mi método de lucha es incluso muchísimo más noble: en vez de la violencia, acudo solo a la palabra.

Muy lamentable este derrotero actual de la Revolución cubana, que ve dentro de su propio pueblo “el enemigo”. Es triste, y negativo para la Patria, palpar ¡cómo están tan ciegos y no se percatan de cuánto yerran! No solo es crimen ajusticiar a un hombre por sus ideas mediante las armas, también lo es encarcelándolo sin causa justa, asustar a su familia e intentar desvirtuarlo en su comunidad con mentiras.

De mí difaman a los cuatro vientos que soy mercenario y asalariado del imperio: ¡sin una sola prueba! Suerte que solo muy pocos ingenuos lo creen.

Pero consuela mucho el corazón de este patriota sincero, que frente a las maniobras arteras y las vejaciones que sufro por mis ideas socialistas y democráticas, y por publicar en Internet, haya tanta gente solidaria. Con palabras de apoyo, negándose, por ejemplo, a cobrarme el pasaje en un coche o abordándome en la calle sin apenas conocerme para darme aliento. Sin dejar de mencionar la ayuda vital de algunos amigos del extranjero en estos momentos tan críticos y la solidaridad de muchísimos otros por Internet.

¡Qué sabio aquel sargento Sarría!  -porque, por muy grande que luzca el adversario errado, si las ideas que promueves y las cosas que haces son verdaderamente justas y altruistas, nadie tiene ni tendrá la fuerza suficiente para poder “matarlas”.

10 thoughts on “Las ideas no se matan

  • “Mi crimen es el mismo que el de Fidel en aquellos tiempos: querer un mejor país”….ese es su error, Osmel. Fidel Castro nunca se preocupo de sus conciudadanos. Es mas, nunca los tuvo en cuenta por eso ni los dejo hablar, ni pensar, ni votar.

  • Osmel muy bello tu post pero no te compares con un dictador que dejó desvencijado un país y a sus ciudadanos sin derechos reivindicables y justiciables.
    Tu vales mucho más que eso y visto el resultado histórico de ese personaje, es un personaje deleznable.

  • Esto lo publique en mi wall, en el ejemplo de “Zimbabwe”!!!!

    En el ejemplo de Zimbabwe. Cuándo los movimientos “revolucionarios” comienzan a convertirse en contrarrevolucionarios?.
    Cuando las revoluciones comienzan a “personalizarse”, o sea, cuando los que lucharon por el cambio de lo que estaba incorrecto anteriormente, comienzan a autodenominarse “revolucionarios”, y sus percepciones por lo incorrecto que hacen, como humanos que son, ya se convierten en “cuestionamientos al proceso revolucionario”, llegando incluso a reprimir a los que los critican(cuando ellos lo hacian eran revolucionarios, los que reclaman por lo incorrecto de sus acciones son entonces todo lo contrario), y muy fundamental: SE ENQUISTAN EN EL PODER, como si les hubiese pertenecido de por VIDA.
    He ahi, segun mi opinion, cuando los procesos “revolucionarios” comienzan a convertirse en todo lo contrario, pues negar EL CAMBIO es sin dudas convertirse en todo lo contrario.

    Se adapta INCREIBLEMENTE a lo escrito por Osmel!!

    De hecho Las Obras Completas de José Marti, las publicadas por Gonzalo de Quezada, discipulo del maestro, fueron sustituidas por la “Version critica” de las Obras Completas de José Martí, editadas por el Centro de Estudios Martianos, y la mayoria de lo que hacia “molesto” a Marti, lo que pensaba de LA LIBERTAD, por ejemplo, fue eliminado por los “criticos” y “vuelto a re-interpretar”, he ahi cuando los REVOLUCIONARIOS se convierten en todo lo contrario!!!!.

  • Osmel, es muy profundo, significativo y simbólico tu escrito, como desde casi que llegue al Brasil mis relaciones políticas han sido fundamentalmente e torno a la izquierda democrática, le comentaba a un amigo con relación a tu ultima gloriosa odisea que tú eras un típico militante de izquierda por tu firmeza, convicciones y lealtad a tus principios.

  • Marlene: (sirve para contestar a José Darío también): gracias por tus palabras acerca de mi artículo. Sobre Fidel, hablo del joven revolucionario que públicamente encabezó una lucha por una Cuba mejor y fue seguido por un sector importante de nuestro pueblo. No del estadista. Yo creo que sí, que su lucha entonces fue sinceramente por una Cuba mejor. Lo que pasa es que se casó luego con el testamento político de Martí de la carta inconclusa y no con el más abarcador que es la carta a Máximo Gómez del 84 donde se desliga del plan gomez-maceo. No me comparo con él, solo comparo nuestro objetivo, en esencia común: una Cuba mejor. Nuestras vías sí que son diferentes.

  • Esopo: gracias por entender claramente mi posición política y ética. Ser socialista o de izquierda no obliga a nadie a ser cómplice de lo mal hecho. Hay que desmarcarse de los que manchan la imagen de nuestra tendencia. Saludos.

  • Sarria, fallaste! Mira lo que nos esta costando!

  • Después el olvidó esa frase, defendería “al precio que fuese necesario” lo que conquisto con sangre, cuando debía “amparar la vida, la libertad, la dignidad y la familia”…
    Hoy le pregunto.
    Dime qué sucedió?

  • Cubanito soy: Interesante tu analogía y hago mías tus palabras. Ahora te digo lo que creo al respecto: eso de aferrarse al poder es puro instinto animal. Todo hombre lleva dentro un macho alfa y ningún macho alfa era demócrata, para nada, había que arrebatarle el poder por la fuerza. Lamentablemente lo hacia otro macho alfa igual de déspota. El proceso de “humanización” gradual nos ha traído a la justicia social y la democracia es base de ella. Desprenderse de ese instinto animal nos humaniza, nos eleva. Por eso admiro tanto a Mandela y a todo el que pudiendo ser un déspota ha sido un demócrata. Y desprecio al que se aprovecha de la democracia para convertirse en déspota. Lo ideal es no depender de la elección de los hombres y que las instituciones democráticas no den espacio al afloramiento del instinto animal. Mira, terminé filosofando un poco. Gracias amigo por tu comentario.

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