La perversión del lenguaje en Cuba

El gobierno cubano persiste en el viejo recurso de la difamación y el ataque personal.

Alejandro Armengol*

Get out trash and other insults back during the  Mariel boatlifts.
Cuando el Mariel.

HAVANA TIMES — La campaña de propaganda contra disidentes, opositores pacíficos y activistas de la sociedad, que por años viene desarrollando la prensa gubernamental cubana, ejemplifica la decadencia ideológica de un régimen agonizante.

Los recursos utilizados son viejos: el insulto y la vejación como arma; la divulgación de mentiras que en ocasiones se apoyan en elementos aislados de verdad, aunque que en su totalidad presentan un panorama falso; la visión desplazada que deforma la perspectiva de conjunto y la demonización del enemigo. Solo que ahora están reducidos a sus elementos más simples.

En sus primeros años la ideología castrista propuso la imagen de una sociedad mejor pero futura. El discurso de ataque político estaba dirigido fundamentalmente contra varios grupos, pero siempre la referencia se concretaba al pasado: “rezagos del pasado”, “vicios del pasado”, “actitudes pequeño burguesas que aún prevalecen”, “miembros de la antigua clase privilegiada”, “remanentes de la vieja sociedad”.

La personalidad del enemigo se diluía en su supuesta permanencia a una clase social. El terror apuntaba hacia el exterminio y la segregación. El método no era nuevo. De forma similar y diversa el comunismo y el fascismo habían empleado el mismo recurso, y con anterioridad los imperios coloniales y esclavistas, aunque con distintos argumentos.

La deformación del lenguaje se producía de dos formas. La abstracción servía como un medio para despersonalizar y tergiversar las palabras. Se hablaba de la “liquidación” de la explotación, el “ajusticiamiento” de los traidores y la “recuperación” de las propiedades del “pueblo”.

Al mismo tiempo, se deshumanizaba a los opositores: “gusanos”, “escoria” y “parásitos” en Cuba; “perros rabiosos del capitalismo” en China y “vampiros”, “bastardos” y “piojos” en la desaparecida Unión Soviética.

Gracias a estos recursos, el lenguaje ideológico del castrismo nace deforme por naturaleza. Al mismo tiempo, comienza a deteriorarse casi desde su origen. Paradójicamente, dos factores contradictorios contribuyeron a ello: el fracaso en la concretización de su modelo ideal y los éxitos en la exclusión de sus enemigos tradicionales.

A Cuban ration store today with photos of Fidel and Raul Castro and Hugo Chavez.
Una bodega de hoy con fotos de Fidel, Raúl y Chávez.  Foto: Juan Suárez

Por años se prefirió ignorar a los disidentes, persistir en la categoría de “vicios del pasado” al tratar de eliminar todos los intentos de crítica, e identificar con la “sociedad anterior” a quienes se oponían al sistema.

La permanencia en el poder fue erosionando esos argumentos. El golpe más formidable ocurrió con la crisis que culminó en el puente marítimo Mariel-Cayo Hueso, cuando miles que eran niños en 1959, o nacidos después de esta fecha, y trabajadores carentes de propiedades, decidieron o se vieron forzados a abandonar el país.

Ello obligó al gobierno a recurrir a una difamación menos política y más vulgar. El ataque frontal a los “enemigos de clase” se sustituyó por las vejaciones y los epítetos. Las palabras más repetidas fueron “prostitutas”, “homosexuales” y “proxenetas” (claro que en sus versiones más crudas).

La crisis del Mariel no modificó en cambio que la caracterización continuara recurriendo a la generalización. Bajo la palabra “escoria” se catalogó a todos, pese a que en muchos casos las diferencias superaban a las semejanzas.

Con los años se mantuvo la táctica de difamación, pero el lenguaje fue modificándose. No se ataca al exilio en general, y prefiere hablarse de “diáspora”, “emigrados”, “cubanos en el exterior”. Se habla de “la mafia de Miami”, para definir y limitar el ataque a una ciudad y a un sector de la comunidad.

La falta de argumentos ideológicos ha llevado a los ataques personales, más soeces pero más limitados.

Este enfoque responde a un argumento de peso, o mejor de dólares: la economía de la isla depende en gran medida de las remesas que se envían desde Miami; pero al mismo tiempo reconoce la fuerza económica y política de un sector del exilio.

Ya no se habla de “títeres del imperialismo”, sino de recalcitrantes y “asalariados del imperio”, “mercenarios”.

Curiosa esa dualidad que el régimen asume al emplear como arma —más que ideológica simplemente política— al fetichismo del dinero.

Cuando el canciller Bruno Rodríguez mostró su desdén frente a la posibilidad de que los cubanoamericanos invirtieran en la isla, durante una reunión con miembros de la CAFE (Cuban Americans for Engagement), se limitó a mostrar una preferencia por las grandes cifras.

“Yo no sé a cuántos cubanos ustedes conocen que podrían invertir en Cuba 200, 300, 500, 1.000 millones de dólares, que es la inversión que demanda Cuba”, dijo Rodríguez.

Sin embargo, supuestas cifras muchísimo, pero muchísimo, más pequeñas son esgrimidas como el argumento negativo perfecto para despertar la envidia y promover una motivación adicional a los que participan en los actos de repudio.

Cadeca, Casa de Cambio
Cadeca, Casa de Cambio

Si naciste en Cuba y vives en el exterior y has logrado acumular una fortuna de miles de millones, ya sabes que tienes las puertas abiertas en la isla, pero no te atrevas a hacer nada que haga que el gobierno te acuse o te difame —no importa la carencia de pruebas— de conseguir unos cuantos dólares.

Si la difamación individual ha abandonado el lenguaje de la lucha de clase, y se ha postrado ante la envidia más mezquina, la epopeya y la épica revolucionaria de los primeros años ha degenerado en la disputa de solar, el chancleteo y la obscenidad.

Un paso importante en ese destino se dio con la tragedia del niño Elián González, que quedó solo en el mar tras un naufragio de balseros, fue llevado a Miami, retenido por familiares y finalmente devuelto a Cuba. Por aquellos días el naufragio de los balseros se reduce a descripciones propias de la denominada “cultura de la pobreza”: hombres abusadores y alcoholizados que golpean a sus mujeres; relaciones familiares fundamentadas en la violencia; prostitución y robo.

Al final solo quedó el lenguaje de una novela que no llegaba al rosa, que se perdía en el gris y la suciedad, donde las intenciones valían más que los hechos, por entonces repetidos a diario —la fuga en balsas improvisadas— la realidad reducida en una fórmula de anécdotas más o menos escabrosas y a una arenga incesante.

Para la época del “niño Elián”, la ideología ya no aspiraba a ser doctrina: se limitaba a la distracción a la fuerza.

Fidel Castro no comprendió la excepcionalidad del caso de Elián y trató de repetir una campaña similar —pero ahora con carácter internacional— con las condenas a cinco agentes cubanos por espionaje en Estados Unidos. La campaña continúa incesante, y es uno de los legados de los últimos años de gobierno activo de Castro.

La propaganda a favor de los llamados “cinco” —que con el tiempo, se han reducido a tres— mantiene una melopea edulcorada, con apelaciones a la injusticia cometida, las arbitrariedades del juicio y el clima hostil en Miami, y apela a argumentos falsos, como la defensa del espía Gerardo Hernández decir ayer miércoles 4 de junio —en una rueda de prensa en Washington— que “el Miami Herald despidió a tres periodistas en 2006 cuando supo que estaban cubriendo el caso ‘bajo la nómina del gobierno estadounidense’” (según lo informado en Cubadebate y un cable de la agencia Efe), lo cual es una soberana mentira.

Mientras, los ataques a la oposición recurren cada vez más a un lenguaje de tono agresivo.

Esa mezcla de reclamar el reparo de una “injusticia”, apelar al acercamiento, la conciliación y el diálogo, contrasta con la hostilidad interna hacia quienes solo plantean la divulgación de información, cambios de acuerdo a la legislación vigente y el avance de la sociedad civil.

Como el gobierno cubano se muestra incapaz de discutir ideas y propuestas de una forma civilizada, el apelar al ataque personal y el insulto continúa formando parte de la esencia del sistema. No importa si el tradicional enemigo de clase ha sido arropado ahora con el disfraz del dinero.
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(*) Publicado con la autorización de Cubaencuentro.com.

12 thoughts on “La perversión del lenguaje en Cuba

  • Excelente análisis de la perversión del lenguaje en el discurso oficial, y de los contrasentidos lógicos en los que cae.

  • Lo que mas me extraña es que aun los cubanos crean a todo esto y no hagan mas que bajar la cabeza en frente a tanta injusticia. Lo que hace falta es que las calles se revuelvan y veran como los elementos de la dictadura se caen por no estar preparado a algo que nunca han pensado pudiese pasar.

  • Falacia ad hominem:

    En lógica se conoce como falacia ad hominem (del latín, «contra el hombre») a un tipo de falacia (argumentar para convencer sin razonamientos) que consiste en dar por sentada la falsedad de una afirmación tomando como argumento quién es el emisor de ésta. Para utilizar esta falacia se intenta desacreditar a la persona que defiende una postura señalando una característica o creencia impopular de esa persona.1

    Una falacia ad hominem tiene esta estructura:

    A afirma B;
    Hay algo cuestionable (o que se pretende cuestionar) acerca de A,
    Por tanto, B es falso.

    Es decir, el régimen pretende desacreditar las opiniones de los disidentes desacreditando a los propios disidentes.

  • Muy buen post, y muy buen análisis. ese es, efectivamente un panorama de la degeneración de valores que el desgobierno cubano ha provocado en la Cuba actual en su afán de gobernar a súbditos, y no a ciudadanos.

    En un libro interesantísimo, que muchos deberían leer, «El Efecto Lucifer. El por qué de la maldad», de Philip Zimbardo, se afirma:

    El poder de crear al «enemigo»

    » Los poderosos no suelen hacer el trabajo sucio con sus propias manos, del mismo modo que los capos de la mafia dejan los «accidentes» en manos de sus secuaces. Los sistemas crean jerarquías de dominio con líneas de influencia y de comunicación que van hacia abajo y rara vez hacia arriba. Cuando una élite del poder quiere destruir un país enemigo, recurre a los expertos en propaganda para crear un programa de odio. ¿Qué hace falta para que los ciudadanos de una sociedad acaben odiando a los ciudadanos de otra hasta el punto de querer segregarlos, atormentarlos, incluso matarlos? Hace falta una «imaginación hostil», una construcción psicológica implantada en las profundidades de la mente mediante una propaganda que transforma a los otros en «el enemigo». Esta imagen es la motivación más poderosa del soldado, la que carga su fusil con munición de odio y de miedo. La imagen de un enemigo aterrador que amenaza el bienestar personal y la seguridad nacional da a las madres y a los padres el valor para enviar a sus hijos a la guerra y faculta a los gobiernos para reordenar las prioridades y convertir los arados en espadas de destrucción. Todo esto se hace con palabras e imágenes. El proceso se inicia creando una imagen estereotipada y deshumanizada del otro que nos presenta a ese otro como un ser despreciable, todopoderoso, diabólico, como un monstruo abstracto que constituye una amenaza radical para nuestras creencias y nuestros valores más preciados. Cuando se ha conseguido que el miedo cale en la opinión pública, la amenaza inminente de este enemigo hace que el razonable actúe de una manera irracional, que el independiente actúe con obediencia ciega y que el pacífico actúe como un guerrero. La difusión de la imagen visual de ese enemigo en carteles y en portadas de revistas, en la televisión, en el cine y en Internet, hace que esa imagen se fije en los recovecos de nuestro cerebro primitivo, el sistema límbico, donde residen las potentes emociones del miedo y el odio.»

  • Si sólo hubiera sido perversión en el lenguaje…el asunto no sería tan grave,el lenguaje está pervertido, porque lo está la realidad, y ella se expresa, en ese lenguaje…que bueno que a veces HT, permita que análisis así , se publiquen aquí, me da …»esperancillas», en que el cubano sabe que ha sido estafado, aunque por momentos lo dudo (el reciente 1-5-2014, yo esperaba plaza desierta )…

    Y me detengo en este trozo: «Esa mezcla de reclamar el reparo de una “injusticia”, apelar al acercamiento, la conciliación y el diálogo, contrasta con la hostilidad interna hacia quienes solo plantean la divulgación de información, cambios de acuerdo a la legislación vigente y el avance de la sociedad civil.», porque está aquí precisamente, en esta contradicción, las posturas extremas, …un extremo, conduce a otro, no se puede hablar de reconciliación, si no se permite que las Damas de Blanco tengan su té,o asistan a misa… o si a un ciudadano no se le permite con una pancarta , gritar que tiene hambre, o se nubla la información cuando se quiere saber, desde dentro o fuera, cómo murió verdaderamente Payá. (sí no hay nada que ocultar, …no hay que temer a peritos externos.)

  • Y yo pienso igual que Nemo, me siento feliz cuando veo que ahora es cuando tantos están cayéndose de la mata. Acaso es que ahora es que se enteran que en realidad se ha estado lidiando con Lucifer? Que de hecho el nombre significa Angel de Luz, el que se hacia pasar por Angel para engañar a las personas, el mismísimo Satanás. Pero bueno más vale tarde que nunca para muchos, el problema es que faltan tantos más que no acaban de captar el lenguaje contaminado con el que se le ha estado hablando.

  • Cierto cuanto se senala en el artículo, y realmente muchas veces además de perversión hay prostitución del lenguaje, pues aparecen los que están pagados para «asesinar» mediaticamente a los opositores o simplemente a los que piensan diferente. No solo ha sido victima de la perversión y prostitución del lenguaje politico del gobierno la oposición tradicional. Tambien la izquierda critica, salida del propio seno revolucionario ha sido calumniada, difamada, separada de sus trabajos, etc. por «defensores» sin escrúpulos, pagados para hacer dano, del modelo estatal asalariado burocrático y centralizado, tan lejos de las ideas orginales del socialismo. El lenguaje mismo del socialismo fue pervertido por el llamado «marxismo leninismo» que lo convirtió en un dogma, en un catecismo, para encajar la sociedad en esquemas convenientes al poder hegemónico establecido por el llamado Partido Comunista, con sus mecanismos de centralismo sin democracia para perpetuar el poder de las elites «salvadoras». Toda la fraseologia del «marxismo leninismo» nacida del compendio de artículos de Stalin «Cuestiones del Leninismo», solo ha servido para tergiversar el original pensamiento dialéctico de Marx y demás fundadores del socialismo. Toda la basura hecha en nombre del socialismo, incluido su lenguaje pervertido, ha resultado en un gran servicio de los estalinistas al capitalismo internacional, al imperialismo.

  • Alejandro armengol, le falto aquello de ,» Usted es un Revisionista», con esa frase liquidaban a los comunistas criticos del sistema.

  • Circles pienso que es magnífica idea incluir artículos de Alejandro acá y también sería bueno incluir artículos de Marlene Azor.

  • Julio:

    Armengol, Azor y muchos, muchos más…que reflejen la pluralidad de ideas que hay en Cuba…porque si HT deviene caja de resonancia de un coro en el que todo el mundo cante en el mismo tono, será mejor conformarse con el Granma o con el Herald…

  • Estoy muy de acuerdo, porque creo que entre nosotros los cubanos, la zona gris es mas grande que los extremos blanco y negro que se nos ha impuesto.

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