La marca que no desaparece en Cuba
HAVANA TIMES – Dos años se cumplirán el próximo 11 de julio de las manifestaciones más grandes en Cuba después de 1959. También, de la mayor represión pública desatada por el Estado.
Era la primera vez que se podía palpar a gran escala el descontento de la gente, la insatisfacción de la gente, el hartazgo de la gente.
Los represores intentaron entonces callar de un solo manotazo lo que sucedía; y lo callaron a golpe de mentiras, de abusos, de violaciones de los derechos fundamentales, de acoso, de vigilancia, de juicios ejemplarizantes, y más de mil encarcelamientos que hasta hoy permanecen.
El 11 de julio de 2021 será siempre un dolorcito para los autócratas que está marcado en el calendario de la historia cubana. Un recordatorio. Una mancha blanca en expansión que viene a recordar que no hay subordinación ni silencio eternos.
Cada grupo subordinado produce, escribió James C. Scott, a partir de su sufrimiento, un discurso oculto que representa una crítica del poder a espaldas del dominador. Ese discurso no se mantendrá en secreto de por vida. Estalla siempre.