La diversidad vale la pena
Janis Hernandez
HAVANA TIMES — Vale la Pena, es el nombre del programa televisivo, que hace ya algunos años ocupa un espacio en la programación nocturna donde el acreditado profesor Manuel Calviño trata siempre temas interesantes de la psicología y el comportamiento humano, pero también de su repercusión en la sociedad.
Este último programa, del pasado miércoles, fue uno de los mejores, ¿el tema? La diversidad.
Calviño, con la sapiencia a la que nos tiene acostumbrados, abordó una temática neurálgica de la sociedad cubana. El respeto a la diversidad en todas sus variantes.
A decir del profesor, la sociedad mundial en los últimos cincuenta años ha sucedido cambios en todos los aspectos, y la nuestra no podía permitirse no insertarse en la revolución social que acontece, donde la verticalidad, la intransigencia, el absolutismo están siendo remplazados por la tolerancia, la aceptación, la inclusión, el diálogo, como actitudes de primer orden.
Intentaré grosso modo, repetirle alguna de las cosas que dijera el catedrático, entre muchas, hizo hincapié en como el sentido de la verdad es totalmente relativo, la verdad siempre dependerá del cristal con se mire, y por eso lo personas tienen derecho al acceso a una información variada de un mismo hecho, no solo a un punto de vista.
Fue muy sagas el profe, y dijo mucho sin decir demasiado. Sin que sus palabras tuvieran un tono ni de censura a posiciones obstinadas, ni de arenga a la implantación de la pluralidad, sí estuvo implícito el mensaje.
Someramente habló de los adelantos de las tecnologías y lo imprescindible de su empleo. Creo que fue muy acertado y propicio este programa, ojalá que haya sido visto por quienes más lo necesitan, los que pretenden condenarnos al inmovilismo social.
Igual estoy temiendo, que en estos momentos (esos, los que más flexibles deben ser, están siendo los más rígidos y negados a aceptar) que se impone el cambio; alguna reprimenda lleve el profesor por su programa. O peor aún que dejemos de verlo.
Por supuesto que son tiempos de aceptación, de confrontación. No basta con proclamar una campaña de tolerancia e inclusión de la diversidad sexual, es menester una gran campaña de tolerancia e inclusión de la diversidad en todas sus aristas, de género, raza, creencias, religiones, ideologías y políticas (sobre todos estas dos últimas). Como dice el profesor: Vale la pena.
El gobierno promueve la diversidad sexual de modo oficial, para consumo exterior, mientras la policia la reprime sin miramientos, no habra en la Cuba comunista espacio para ningun tipo de diversidad; la uniformizacion de la ‘masa’ es una estrategia para controlarla mejor, las dictaduras de izquierda y de derecha, que a fin de cuentas son exactamente lo mismo, odian la diversidad, no hay que hacer mucha historia: religiosos y homosexuales en la UMAP, disidentes huespedes de prision por muy largos periodos, solo por expresar puntos de vista diferentes, negros y mulatos concentrados en los barrios mas pobres ademas de abarrotar las carceles “la tolerancia, la aceptación, la inclusión, el diálogo, como actitudes de primer orden” son incompatibles con las dictaduras, alternativa a un solo punto de vista? sigamos soñando… lo imprescindible del empleo de las nuevas tecnologias? Ficcion total, a Gorbachov se le empezo a ir el control de las manos cuando el pueblo interiorizo que tenia derecho a hablar, juzgar y criticar en serio, esa leccion la tiene muy bien aprendida el desgobierno de Cuba. Lo que Calviño expreso, de modo sesgado, que es la unica manera en que puede hacerse en Cuba, hacerlo abiertamente y reclamarlo como derecho le ha costado muy largas penas de carcel a muchos cubanos en esas carceles donde existe la tortura fisica y psicologica, esas carceles que no estan abiertas al escrutinio de las organizaciones internacionales. Cuidado Calviño, hay cosas que no valen la pena.