La coca cola del olvido

Por Verónica Vega

Foto: Sonia Kovacic

HAVANA TIMES — Mi hijo esta triste porque Leo, su mejor amigo, que ahora vive en Miami, a pesar de haber compartido años y juegos, secretos y sueños, a pesar del último abrazo, de los ojos húmedos y las sujeciones que afirman las direcciones de e-mail y las promesas, no le ha enviado un mensaje.

Como si se lo hubiera tragado el abismo del “mas allá,” desde que su avión, y con él la emoción de explorar un mundo que hasta ese momento parecía inaccesible, surcaron la distancia abarcable con la vista.

Yo lo consolé como pude. Le dije que al principio hay un deslumbramiento que embota la añoranza y Leo, a fin de cuentas un adolescente que estuvo cuatro años sin ver a su papa (que se había ido en balsa y lo reclamó junto a la mama y la hermanita), está viviendo momentos muy convulsos.

Un reencuentro, un reconocimiento, una aceptación… y todo en un país enorme, apabullante. Que después del hipnotismo inicial viene la sensación de ausencia y entonces le escribiría seguramente.

Han transcurrido cuatro meses. Los amigos comunes y él mismo han pasado de la expectativa a la duda, al despecho, a la impotencia. Me parece que ya no esperan nada.

Lo mencionan a veces, sólo para recordar alguna travesura o una hazaña, o para reafirmar que: es un barco, quién lo iba a decir, parece que se tomó la “coca cola del olvido.”

Leo se fue en noviembre. Yo, que estaba en ese momento en París, no pude despedirme de él. Pero en diciembre sí estaba aquí y pude abrazar, con cariño y con lágrimas a mi vecino Jaime, mi único vecino confiable, amigo y compañero de charlas “disidentes,” vertíamos el uno en el otro el tedio, la ira, la esperanza.

Era el único a quien recurrir para un poco de sal urgente, dos deditos de aceite, una colada de café. Me pidió mis textos, imagenes de cuadros de mi esposo. Sentí su dolor casi mas que el mío.

La linea azul. Foto: Ana Maria González

También se fue para Miami. También intercambiamos promesas y direcciones de e-mail. También dejé que pasara el hipnotismo inicial, el tiempo necesario para sacudir el estupor, para asentar los reencuentros.

No me ha escrito un mensaje, ni siquiera como respuesta a los míos. Mi hermana en Miami, que esperaba un paquete con fotos y cartas, pasa de la expectativa a la duda, al despecho, a la impotencia. Yo, que hacía mil votos de su honorabilidad, su seriedad, su lealtad, encuentro las afirmaciones cada vez mas escasas.

Cuando veo a su mejor amigo y ex-vecino me cuenta trastornado que  él tampoco ha recibido una llamada suya. No sé qué decirle. Evito mirar ese balcón vacío, las puertas cerradas, el espacio de jardín donde a veces jugaba su gato.

Y me acuerdo de alguien que conocí hace años, también exiliado en Estados Unidos, que cuando venía a Cuba me hacía el favor de recoger cartas mías para mi familia. Una vez me dijo que mucha gente que le entregaba con entusiasmo sus misivas, ignoraba la reacción de los destinatarios.

-Algunos ni quieren cogerlas. Me dicen: “Bótalas, yo no quiero saber de esa gente.”

No era entonces mi caso, pero no pude menos que estremecerme, pensando en la esperanza de los que se quedaron…

Sé que ninguna gaseosa tiene el poder de borrar la memoria, de disolver proximidades y afectos, pero entiendo que, desde aquí, se puede llegar a creer en un siniestro fenómeno de amnesia activado por el hecho de cruzar la línea azul…

Que hasta se podría asegurar, como en la antigüedad, que la Tierra es plana y el que traspasa el horizonte de verdad desaparece.

 

10 thoughts on “La coca cola del olvido

  • Vaya que encuentro tanta divergencia dependiendo de donde se geste la mata. Vamos, si la gente de Dominicana tira en algun momento de la vida hacia los niuyorques, sabe casi con una presicion desmedida que alla se va a topar con alguien del pueblo, casi que de la misma cuadra, que el contacto con la gente en la isla va a ser infalible porque si, porque alla hay dinero pero no mas nada, no queda la esperanza de volver mas que avanzado muchisimo el tiempo, y a veces con la madurez, y otras tantas con la vejez, la intencio de regresar a “casa” se va haciendo gorda. Pasa con la gente en Mexico, se va para volver… en el inter la vaina esa se deforma, la costumbre de las jornadas de trabajo absorben, se establecen, se acaba la idea de regresar a reinstalarse aunque con mejores condiciones, en momentos de la vida el gorrion llega y la falta de fuerza para el laburo en igual magnitud que tiempo atras orilla a pensar en la repatriacion, aun cuando se hayan echado raices, ya haya una o dos generaciones nacidas en el exilio. La cosa va asi casi siempre. Los vinculos en ocasiones no se pierden, otras tantas si, la distancia supone para unos y para otros un abismo insorteable, una desmemoria, un borron y cuenta nueva, un paleativo para el dolor de la condicion anterior… aunque el pasado haya tenido tambien sus alegrias, sus rachas de felicidad, sus sufrimientos compartidos y su camaraderia… eso en billetes y comodidades no se puede cuantificar, pero cada quien es labrador de su propia tierra y a cada quien le llueve segun su actitud al sembrar.

  • Que ironia tiene ese caso.

    Yo tengo un tio que llego por el Mariel y a los primero le escribia a sus hijos para mantener el contacto con ellos, pero un dia recibio una carta donde unos de los hijos le pidio que no le escribiera mas por que le hacia daños en cuanto a su participacion/trabajo. Parece que este iba a perder su trabajo por que tenia correspondencia del extranjero.

    Como han cambiado los tiempos.

    El mas nunca le escribio a sus hijo.

  • La “Linea azul”,esa la veia,en Stgo de Cuba,queria ver ,que habia despues,hoy vivo en Alemania,no pienses,que alguien,se “acuerde” de mi,la distancia “borra todo”,incluso los amores,
    Viaje a Cuba,una vez(solo una vez) y un amigo me pregunto “que me trajistes”?’solo le dije “YO”…desde cuando no me ves??solo me dijo “si de verdad”…..
    E-mails,?? cartas,todo se olvida,menos TU,siempre te acuerdas,lo que “dejastes”,…
    Cuando llegas(Miami,u otro pais),solo buscas “integrarte a esa sociedad” te olvidas,de los demas,no tienes “tiempo”,porque no es Cuba,quizas,un amigo o amiga,te ayude en algo,despues en el extranjero,ese amigo o amiga…”cambia”,creo que vive otra “realidad”…pero si se “cambia”,no solo ,de sociedad,o sistema,tambien en lo personal….es el sistema…
    No excluyo,que despues,de “llegar”te “olvidas”,quizas pienses,”No lo volvere a ver”,para que? pensar?…

  • Yo no seria tan absoluto,…
    Mi experiencia al llegar a un pais nuevo posiblemente sea similar a todos los cubanos que salimos por primera vez de nuestra insula. Asi que no voy a entrar en detalles.
    Con la familia que deje atras en Cuba siempre mantuve y he mantenido contacto de una forma u otra. Con los amigos debo reconocer que no tan frecuente como debiera y quisiera. Sin embargo, las veces que he ido a Cuba no he dejado de avisarles y visitarlos. Aunque ahora vivamos realidades diferentes, recordamos juntos etapas de nuestras vidas que pasamos juntos y que son parte de la memoria de cualquier ser humano. Esta vivencia la he tenido con ex-compañeros de mi secundaria, pre y Universidad que al cabo de muchisimos años nos hemos re-encontrado real y virtualmente.
    Ciertamente cambiamos y las necesidades mas inmediatas a veces nos hacen poner en el fondo del saco aquellas otras memorias. Sin embargo, eso no quiere decir que esten olvidadas, sino dormidas.
    Por supuesto, todo el mundo es diferente.

  • Sabes Amrit,tengo 3 hijos,una hija ,hoy vive en Miami,otro hijo ,vive en Cuba (Manzanillo),provincia Granma,y uno aca ,nacio en Colombia,y de 6 meses,lo traje,para Berlin,piensa como un aleman,el 28 de Mayo cumple 13 anos,aunque viva donde sea ,siempre he tenido contactos con los 3,a mi hija no la veo mas de 20 anos,pero le escribo..o la llamo por TE…Los hijos son “responsabilidad”…el “salir”,no incluye,que “me olvide”,
    Cada quien,tiene el “derecho” de vivir donde “desee”,asi sea en el “polo norte”,hay que ver “quienes son amigos”…una palabra,…los hijos??..por lo menos yo…a Marlon,el que esta aqui,y los otros hablamos “como si fueramos amigos”….los amigos se cuentan todo….en una “pareja”. …….falta ser “amigos”….
    He tenido la oportunidad,de trabajar,en “altheim”(un asilo) para personas mayores,es “triste” aparte de que es el 1 mundo,esas personas son “olvidadas”,por los hijos,no hay visitas,trabaje en la cocina,les hacia el desayuno,y a veces repartia,la comida,a veces ..los encontraba “cagao” ,la cama llena de “orine”…una peste.,terrible,la ventana cerrada,la calefaccion,a 5 …solo le dejaba la comida,en la mesa,
    Tengo un “amigo” es de mi barrio,ayer logre “contactar “con uno de sus hijos,…el sabado,viene a ver al papa…es decir,el “amigo”….para que pensar??

  • Sra, usted viaja a Paris por el motivo que sea y regresa a lo suyo. La mayoria del inmigrante, no importa si es cubano o chino se somete a grandes cambios una vez que se decide abandonarlo todo por un futuro mejor. El choque entre culturas, el nuevo estilo de vida y lo mas importante: la necesidad de trabajar de verdad para abrirse camino en un pais donde nada es gratis, donde la sociedad cuenta contigo como un productor mas y no te quiere ver como un dependiente del estado va creando prioridades. Pero eso no significa en lo absoluto que uno se olvide de su pasado, su pais, su pueblo, su calle, sus vecinos, amistades ni familia. Si asi fuese no estuvieran yendo a Cuba casi 400,000 cubanos solo desde USA, si asi fuese las remesas no fuesen una de las fuentes de ingreso de divisas limpias mas fuertes del pais. Lo que si es muy triste es que al pasar unos años cuando te reencuentras con tus viejos amigos lo unico que queda en comun es el pasado y hablar de lo logrado en el exilio puede tomarse como bambolleria si el resultado fue positivo o una tacañeria si el resultado ha sido negativo. Yo tengo amigos en diferentes partes del mundo con uienes me comunico una vez cada año dos y no por eso los he dejado de querer.

  • Eso de irse y olvidar a la familia, las amistades, borron y cuenta nueva todo eso depende de la persona, yo jamas lo hice y llevo 16 anos viviendo fuera Cuba, todos los dias escribo a mi hna que tiene correo en el trabajo y a mi tia, a mi amiga de la infancia le escribo una vez a la semana, le pregunto por los ninos yo estoy en Italia pero yo se todo lo que esta pasando en Cuba y voy cada 2 anos o 3 pero cuando llego veo a todo el mundo, yo no pudiera hacer eso borron y cuenta nueva para mi no existe

  • Esos que se olvidan no sirven, no importa el pais, no importa la profesion, el sacrificio, el que se olvida de las personas no sirve. Otro tema es que el que se queda en la isla piense que el que salio, le va a resolver todos los problemas y lo va a mantener, eso es otro error. Mantengo mi comunicacion, no voy mucho, pues pienso que eso es el juego que tiene la dictadura para mantenernos desangrados economicamente hablando. no deberia ir nadie a cuba por un perioro de dos años para obligarlos a cambiar toda la politica emigratoria asi como los precios dragonianos que tienen,

  • llevo 10 anos en este pais, canada, pero jamas olvido los amigos, la familia, es mas los recuerdos de mi cuba linda, son los que me hacen vivir, y voy dos o tres veces al ano, los que se toman la coca cola del olvido, esos no tienen valores humanos, la vida es tan corta, y es tan facil ayudar a los necesitados, al menos para mi, es un p^lacer inmenso, visitar a mis vecinos, y ayudarlos cuandop puedo, por eso este mundo esta como esta,

  • Muy buen articulo. Muy real. Conozco a personas como las que anecdotizas. esas que no les intereza saber nada de cuba, que la borran o tratan de borrarla desde el exilio y que nunca recogen las cartas de familiares. Pero me conozco yo, con cuatro años en Miami y nunca le he dejado de escribir a mis amigos en la Habana. diariamente lo hago con los que alla tiene la posibilidad de hacerlo. A veces noto , aun con ese diario contacto, que los codigos van cogiendo por otra cuerda, pero me aferro a segui alimentando esas amistades que fueron naciendo y creciendo en el bregar diario de Cuba, eso no es facil encontrarlo aca. Por eso , pobre de los que reniegan de una buena amistad en la distancia.

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