¿Indisciplinas o pasiones extremas en el amor?

Por Aurelio Pedroso (Progreso Semanal)

HAVANA TIMES – Si algún negocio privado no ha tenido mayores contratiempos en estos seis meses de pandemia, no es otro que aquel destinado al alquiler de cuartos o habitaciones por horas. En paralelo, de mal en peor han ido los dueños de restaurantes, cafeterías, bares y hasta dormitorios, apartamentos y casas, imposibilitados de recibir ser viviente alguno por algo más de tres horas.

Mi amigo Albert Montesinos lleva ese negocio desde hace más de diez años. Primero comenzó en la más absoluta clandestinidad como deben ser casi todas las citas que allí concurren. Luego, obtuvo la licencia de arrendamiento y en verdad no se puede quejar de facturar al menos para el día a día.

Lo explica así:

-Pensé que con esto del coronavirus iba a descender la clientela, pero ha sucedido todo lo contrario. Se han mantenido los viejos usuarios y han llegado otros nuevos. La gente, como dice el comisario Montalvano, (serial policíaco italiano de gran aceptación) está más que nunca “mojando el pan en la salsa.”

Reflexiona y apunta categórico:

-No solo yo he tenido éxito, sino todos los que ofertan esa opción.

Curiosa observación que debe ser trasladada de inmediato al campo de la sociología y la psicología. Los economistas también tendrán “material de estudio”, porque según Montesinos, últimamente los clientes están pagando en pesos cubanos (CUP) y cada vez menos en convertibles.

Toque de queda merma el negocio

Solo un momento ha flaqueado el arribo de amantes por lo general encubiertos. Es precisamente en estos días de toque de queda en la capital. Obviamente, por dos causas. Una, por respeto a la autoridad; dos, por la correcta interpretación de la percepción de riesgo que ya se extenderá hasta finales de mes.

– Oye, ni uno se ha movido, puntualiza.

Al ya fallecido Manuel Cofiño, autor de esa novela La última mujer y el próximo combate, que sentó pautas en la narrativa cubana contemporánea, se le preguntó cierta vez acerca de los motivos del título.

Cofiño le aclaró al periodista que, a punto de terminarla, tuvo una conversación con un exguerrillero cubano con quien indagó qué era lo que más pensaba en sus trajines en la montaña y que su respuesta fue: “En la última mujer y el próximo combate.”

En esta profesión, en ocasiones muy puntuales, uno debe hacerse el tonto. De ahí que le comenté al amigo:

-Las cosas de la juventud…

-Negativo. Esto es como esas películas que advierten: para todas las edades.

Y nadie debe dudar que estamos en guerra, aunque en esta peculiar conflagración contra un virus, lo menos que se aplica es el distanciamiento físico y mucho menos el nasobuco en acción tan arriesgada pero necesaria en estos tiempos de la Covid-19.

Ojalá algún día tengamos a mano las cifras de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información, que de una u otra forma deben estar al tanto de ello o por lo menos aproximarse a este episodio de estudio e interés de varias disciplinas.

One thought on “¿Indisciplinas o pasiones extremas en el amor?

  • En la historia de la humanidad en las grandes crisis sean monetarias, medicas, siempre hay un pequeño sector que se enriquece, eso no falla, al parecer el en sierro aparecer incentiva las relaciones de parejas no programadas

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