Florecen los mangos y comienza la pesadilla

Por Aurelio Pedroso (Progreso Semanal)

HAVANA TIMES – Puntuales como cada año, las matas de mangos inician ese hermoso proceso de florecer para dar vida a esa fruta tan codiciada como alimenticia. Ya se ven en patios capitalinos esos árboles donde desde sus ramas cuelgan decenas de ramilletes color ocre que propician la llegada de abejas y zunzunes en busca de la materia prima para la miel y para el alimento vital.

Un hermoso espectáculo de nuestra madre naturaleza, que, a pesar de los trastornos del cambio climático, cumple con su deber de anunciarnos, en la arrancada, una buena cosecha.

Tal vez algún matemático, agrónomo o un simple campesino pueda decirnos cuántas cajas se pudieran obtener sin mayores contrariedades meteorológicas como esos vientos que pronto arremeterán contra las diminutas frutas. Y si este último personaje las tuviera con fines de venta o comercialización, pues a ojo de buen cubero qué cantidad iría hacia la industria o la mesa del consumidor.

Pero si ya tiene experiencias de otras temporadas, podría aproximarse también a los que se perderán irremediablemente porque nadie irá por ellos en el momento oportuno.

Y esa, precisamente, será la incógnita en esta campaña “manguera”, que se repita año tras año lo mismo de siempre, que se pudra la fruta, se la engullan los cerdos en el mejor de los casos, y aquellas sobrevivientes que alcancen el mercado vayan con una barra de precios inaccesible e incomprensible.

Optimistas como esos que inventaron el avión, aspiran a que será una cosecha diferente bajo otras reglas más flexibles, prácticas y menos restrictivas en el libre comercio; pesimistas como los que idearon el paracaídas, a que volveremos a chocar nuevamente con la misma piedra, que no hay nada más socorrido que un día tras otro, que podría ser multado o ir a la cárcel ese propietario que saque a la carretera una canasta de mangos.

Sigamos la ruta. Tiempo suficiente tendremos para determinar a qué virus le cargamos la responsabilidad de un nuevo fracaso. Si a la Covid-19 o al del burocratismo económico o ideológico.

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