Fito, Mipymes y economía cubana

Foto habanera por Juan Suárez

Por Francisco Acevedo

HAVANA TIMES – Otro “amigo” de la Revolución cubana da un paso al costado. Se trata del cantautor argentino Fito Páez, harto ya de defender lo indefendible.

Tras expresar su disgusto con las políticas del régimen cubano, que censuraron y manipularon un documental en el que figura como principal protagonista, Páez pasó raya como en su momento hizo el portugués  Premio Nobel de Literatura José Saramago tras aquella Primavera Negra de 2003, aunque luego lo hayan engatusado de vuelta.

Dirigido por el cineasta cubano Juan Pin Villar, el documental aborda los vínculos entre el músico y Cuba en las últimas cuatro décadas, fue premiado en 2021 por el Fondo de Fomento del Cine Cubano y se presentó en el Havana Film Festival de New York en 2022, pero no exhibido en salas de cine de la isla.

Se hizo una proyección en televisión nacional, pero con una versión incompleta y sesgada, lo cual provocó muchas protestas del gremio de cineastas, artistas y del propio autor, que no tuvo nada que ver con las alteraciones sufridas por su obra.

«La Habana de Fito», que es el nombre del mediometraje, se iba a presentar en una sala de cine y se suspendió la función, lo cual provocó una carta en la que aparecían firmas tan importantes como las del director Fernando Pérez, el cineasta vivo más importante de Cuba, y Jorge Perugorría, protagonista principal de la icónica cinta Fresa y Chocolate y actor más reconocido de la actualidad. Vale decir que era la cuarta suspensión, porque en tres ocasiones anteriores se intentó pasar sin éxito desde inicios de este año.

Esta semana habló públicamente Páez: “Estuve totalmente al tanto de lo que pasó con el documental. Primero con la suspensión de las tres proyecciones programadas y de la manipulación cuando se emitió en televisión”.

De acuerdo con el propio cantante, dos segmentos en particular fueron incómodos para las autoridades cubanas: una discusión sobre Camilo Cienfuegos, uno de los líderes principales de la Revolución de 1959, y comentarios sobre el fusilamiento en 2003 de tres jóvenes que intentaron escapar a Estados Unidos.

“Fito no es en ningún momento crítico, Fito lo que dice es que da su punto de vista sobre dos hechos puntuales de la historia de Cuba, no los juzga, ni yo tampoco como director», dijo Pin Vilar a la prensa cuando estalló el escándalo a finales de abril.

Además, señaló que fue visitado por funcionarios del Ministerio de Cultura antes de difundirse por la televisión, y expresamente la desautorizó.

En su reciente comentario, el argentino recalcó su postura: “Yo me pronuncio contra la pena de muerte, no le tengo que pedir permiso a nadie. Considerarme una persona manipulable habla de lo poco que me conocen y es una falta de respeto”, declaró antes de aclarar que siempre ha estado al lado del pueblo cubano, no de las autoridades.

Conocido por sus opiniones políticas afines a la izquierda, Fito al parecer siguió la letra de una de sus más populares canciones, y da un giro a su postura, o lo dio hace tiempo cuando según él separó lo que es el pueblo del Gobierno.

El tema de los Mpymes

Muy viral en la última semana fue también la intervención del diputado del municipio habanero de Playa Carlos Miguel Pérez, donde pidió que se identificaran las Pequeñas y medianas empresas (Pymes) que no producen y solamente revenden sin siquiera pagar impuestos, para no estigmatizar al resto, y poner los pies en la tierra. Propuso además una subasta de divisas, y no limitar las empresas comercializadoras para poder rebajar los precios al pueblo, porque de lo contrario crean monopolios de precios.

“El papel del Estado, además de administrar y perseguir, debía ser el de dirigir, liderar, guiar y diseñar estrategias y políticas de conjunto con los actores”, se atrevió a decir en televisión nacional.

Por cierto, esta intervención fue cortada cuando se trasmitían las sesiones en vivo del Parlamento, la interrumpió Humbertico López el “periodista”, cuyo hermano, casualmente, emigró recientemente a Estados Unidos.

El mal de fondo sigue siendo estructural, y desde la misma Constitución está invertida la pirámide, porque el Gobierno manda sobre sus ciudadanos y no al revés, ya que a los electores se les priva de sus derechos desde la primera línea de la Carta Magna.

El ministro cubano de Finanzas y Precios, Vladimir Regueiro, reconoció públicamente también en una reunión similar que ninguna de las medidas adoptadas ha podido eliminar, ni siquiera ha tenido real incidencia, en la inflación de la economía cubana, cuyo déficit es de casi 19 mil millones de pesos (39 por ciento del Producto Interno Bruto), y aunque mencionó el desabastecimiento y la falta de ofertas, responsabilizó de esto a los aumentos de salarios y pensiones. O sea, que el pueblo otra vez es el culpable, del incremento de 45 por ciento con respecto al año anterior del índice de precios al consumidor. Puede reconocer sus errores, su incapacidad, pero nadie renuncia.

Las Micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) siguen siendo vistas como fachada para que el Gobierno mantenga el control sobre empresas estatales convertidas en privadas.

La falta de transparencia en este tema impide determinar cuáles en realidad responden a empresarios privados que sufren dificultades para obtener divisas extranjeras y se ven obligadas a pagar altos porcentajes de sus importaciones a intermediarios, con el correspondiente impacto en sus ganancias y en los precios que luego debe pagar el cubano de a pie.

Se sabe que la gran mayoría de estas Mipymes respiran por las remesas provenientes del exilio cubano, prácticamente su única manera de acceder a Moneda Libremente Convertible (MLC), la divisa con la que también venden al pueblo cubano de manera mayoritaria.

Siguen siendo poco claras las regulaciones tanto en lo referido al objeto social de cada uno, como sobre la potestad de quién decide su aprobación, pues en vez de dejar eso en manos de los estamentos locales se hace a nivel nacional, sin tener en cuenta muchas veces las necesidades en cada territorio.

Si la economía cubana, y el propio régimen, dependen de estas estructuras, deberían arrojar más luz sobre el tema.

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