Elecciones en Venezuela:  el secuestro de una nación

HAVANA TIMES – Este domingo 28 de julio del 2024 tuvieron lugar en Venezuela las Elecciones Presidenciales para el periodo 2025-2031. En la lid se enfrentaron diez candidatos presidenciales, entre los que destacan el actual presidente Nicolás Maduro Moros del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y Edmundo González Urrutia, representante de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), organización que agrupa a los partidos mayoritarios opositores.

Las actuales elecciones venezolanas han estado bajo la atenta mirada del mundo por las fuertes implicaciones geopolíticas que implica la victoria de un lado o del otro. Por un lado, tienen una importancia global y regional significativa debido a su impacto en la migración y la estabilidad económica de toda la región.

La crisis venezolana ha provocado el mayor éxodo migratorio en la historia reciente de América Latina, afectando a países vecinos y generando presión sobre Estados Unidos. El resultado de las elecciones podría cambiar estas olas migratorias dentro de las cuales casi ocho millones de venezolanos se han visto obligados a migrar acuciados por la miseria o la persecución del régimen. 

Por otra parte, están Cuba, Rusia, China e Irán, que mantienen intereses políticos y económicos en la región y utilizan a Venezuela como peón en su juego y les es conveniente la permanencia del régimen actual. Los Estados Unidos igualmente tiene gran interés en Venezuela dada su importancia en el comercio petrolero mundial, así como en la ola de migrantes venezolanos que se han radicado en la potencia del norte.

A pesar de la atenta observación del mundo, el régimen imperante en la hermana nación caribeña ha venido poniendo obstáculos a los candidatos opositores desde que se anunciaron los comicios.

María Corina Machado con Edmundo Gutiérrez.

A la Ingeniera, política y profesora María Corina Machado, quien logró unir a la oposición venezolana en la PUD y que resultara electa como candidata presidencial en las elecciones primarias de la oposición, se le ha impedido participar apelando a una invalidación para ocupar cargos públicos durante 15 años.

Para evadir la treta del oficialismo María Corina eligió como candidata presidencial a la profesora Corina Yoris Villasana pero una vez más el régimen desestimó la candidatura, esta vez sin dar razones.

Finalmente fue posible inscribir al diplomático, profesor y escritor venezolano Edmundo González Urrutia como candidato de la oposición.  A pesar de ser permitida la candidatura, los obstáculos levantados para llevar adelante la campaña se multiplicaron enormemente. Mientras Nicolás Maduro hacía uso de los medios de comunicación, el espacio le fue negado al candidato.

También se recurrió a la amenaza, el secuestro y la detención arbitraria de jefes de seguridad y otros colaboradores.  Incluso, negocios donde los opositores paraban en algún momento durante su desplazamiento por el país fueron perseguidos y cerrados. El colofón de estas agresiones y atentados fue un presunto intento de asesinato de María Corina cortándole los frenos a la camioneta donde debería desplazarse.

Por último, el mandatario Nicolás Maduro, en el colmo del despotismo amenazó al pueblo entero al decir públicamente en un acto de campaña que si no resultaba reelecto Venezuela se vería inmersa en un baño de sangre sin precedentes en la historia de América. También se impidió el acceso a observadores internacionales como la Unión Europea, una delegación parlamentaria española y diversos expresidentes y políticos latinoamericanos que incluso llegaron al aeropuerto de Caracas y se les impidió desembarcar o se les advirtió de que su vuelo no sería recibido por no ser ellos bienvenidos.

A pesar de los obstáculos, el candidato opositor fue capaz de volverse acreedor de la esperanza de un pueblo sumido en la miseria y la represión, además de ser heredero del prestigio político de su mentora y compañera María Corina y en las últimas encuestas previas a los comicios atesoraba un 54% de la intención de voto frente a un espurio 28% en manos del actual presidente, quien ve mermado su prestigio y aceptación por más de diez años de crisis económica, social y migratoria. 

Durante la madrugada anterior a los comicios la población hacía largas filas frente a los centros de votación y en más de una ocasión y lugar fueron conminados a retirarse por policías plegados al régimen o por los Colectivos Chavistas (grupos paramilitares motorizados y armados pro-gubernamentales) pero la decisión del pueblo fue enfrentarlos y reclamar su derecho a ejercer el voto libremente.

Colectivos chavistas

Durante el día de elecciones se reportaron diversos incidentes en varios centros de votación como fueron el cierre de estos para impedir al electorado cumplir con su deber cívico, el impedir a observadores y testigos que no fueran oficialistas acceder a los locales.

Llegado el domingo 28 de julio y agotadas las argucias del régimen para amañar las elecciones, incluyendo el cierre de fronteras para impedir la votación de venezolanos asentados en la vecina Colombia, todo parecía marchar favorable a las aspiraciones de la oposición y del pueblo. Las encuestas a pie de urna hacían crecer las expectativas.

La participación masiva del electorado hizo elevar el índice de aprobación de González Urrutia de un 54 % a casi un 70 %. La oposición ya cantaba victoria. El pueblo festejaba y felicitaba y agradecía a María Corina. La victoria se creía consumada.

Pasadas las seis de la tarde, hora en que cerraron los colegios electorales, comenzó la historia a torcerse abiertamente. Mientras María Corina llamaba al pueblo a mantenerse en los colegios y a los observadores a cumplir su función, estos últimos eran expulsados del escrutinio por no ser pro régimen y el pueblo congregado era amenazado por Colectivos motorizados encapuchados, armados con pistolas, rifles de asalto y hasta morteros, realizando disparos para dispersarlos. En estos desiguales encuentros entre los Colectivos armados y el pueblo decidido a defender su decisión resultaron heridos varios ciudadanos, reportándose incluso una muerte en el estado de Táchira.

Resultados divulgado en la madrugada por el CNE

A pesar de todo esto las esperanzas y las llamadas de alerta a defender el voto popular no cesaban. Incluso las expectativas crecieron e hicieron a la oposición creer que la victoria era un hecho confirmado cuando un trabajador chavista de un centro de cómputo se le ocurrió subir una selfie a redes sociales donde se aprecian los monitores que reflejan el conteo en cada uno de los estados y la diferencia entre Maduro y la oposición se veían claramente abismales.

Llegadas las ocho de la noche, hora en que debía darse un parte oficial del escrutinio, el Comité Nacional Electoral (CNE) guardó silencio. Escudándose en un supuesto ataque cibernético no fue hasta las 12 de la noche en que se hizo público el resultado del conteo de votos y para sorpresa de todos los que esperaban una actitud cívica por parte del CNE, Nicolás Maduro resultaba ganador, según el veredicto, con 51,20 % de los votos a su favor, quedando Edmundo González Urrutia con 44,02 % de los votos, repartiéndose un 4,6% entre los otros ocho candidatos.

Al momento del anuncio la oposición reclamó fraude. Los países que seguían de cerca los acontecimientos en su mayoría reclamaron y reclaman transparencia y conteo de votos. Solo Cuba, Nicaragua, Bolivia, Rusia, China e Irán se apresuraron a felicitar al dictador Nicolás Maduro y dar loas a las elecciones, mientras reclaman la no intromisión en los asuntos internos de Venezuela. Mientras el régimen amenaza con duras represalias a la población si se suscitan protestas.

Estas no fueron elecciones entre el oficialismo y la oposición, ni siquiera entre Maduro y González… fueron elecciones entre un régimen despótico y su pueblo, entre la dictadura y la esclavitud… el pueblo ganó sobre la tiranía, la libertad se impuso sobre la dictadura. Las evidencias están ahí.

¿Se quedará el pueblo de Venezuela cruzado de brazos ante el despojo? ¿Se atreverá el régimen a ejecutar sus amenazas si el pueblo sale a reclamar lo que por derecho le pertenece? ¿Callará el mundo ante el secuestro de la nación ejecutado contra el pueblo de Venezuela?

El mundo continúa observando, esta historia aún comienza, el pueblo de Venezuela merece ser libre, lo demostraron en las urnas. La sangre de los pueblos no debe correr jamás para satisfacer las ansias de poder de un tirano.

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