El seguro fracaso de las Mipymes en Cuba

Por Benjamin Noria

HAVANA TIMES – El acrónimo Mipymes significa en Cuba: micro, pequeñas y medianas empresas que el Gobierno ha autorizado y en las que están supuestamente interesados en su impulso para el desarrollo del país.

En la primera página del periódico Granma, del viernes 15 de octubre de 2021, el periodista Germán Veloz Placencia publicó una columna que se tituló: Díaz-Canel reitera apoyo a las Mipymes. Según Germán, Díaz-Canel dijo: “Entre todos construiremos el mejor país que nos merecemos…”

Ahora bien, una empresa es una entidad con capital (constante y variable), destinado a la producción y reproducción de servicios y bienes, también a escala industrial, para obtener un rédito o excedente con el cual puede satisfacer las necesidades el propietario de la empresa y pagar a los trabajadores subordinados lo suficiente para que repongan sus fuerzas y mantengan a su familia.

Además, en el tratado que se titula: La Riqueza de las Naciones, del economista y filósofo escoses Adam Smith, se plantea que la mejor forma de emplear el capital en la producción y distribución de la riqueza es aquella en la que no interviene el Gobierno.

Según Adam Smith, la producción y el intercambio de bienes aumenta, y por lo tanto también se eleva el nivel de vida de la población, si el empresario privado, tanto industrial como comercial, puede actuar en libertad mediante una regulación y un control gubernamental mínimos.

El Gobierno cubano no va a dejar de intervenir en exceso en el desarrollo de las Mipymes, pues ellos no quieren que nadie se les vaya por encima ni que tengan más poder. En la historia de 62 años de Revolución no lo han permitido y esta no va a ser la primera vez.

El régimen de los Castros y Díaz- Canel prometió quitar en el año 2020 más de 20 trabas que afectan a la economía y hasta ahora no se ha visto ninguna prueba de esto. 

Por ejemplo, en la actualidad, ningún cubano puede importar directamente al interior del país una mercancía en grandes cantidades para luego comercializarla. Para hacerlo, debe contratar a una empresa cubana estatal que se dedica a traer cosas de otros países y, por supuesto, pagar altos aranceles e impuestos.

Todavía el Departamento Ideológico del Partido Comunista de Cuba es el que dice lo que se puede hacer y lo que no se puede. La economía continúa siendo planificada y centralizada, por lo que es difícil que ocurra el fenómeno de la plusvalía que es la ganancia que motiva a los propietarios a tener iniciativas en la producción y a incrementar el valor de lo producido.

El Gobierno cubano es quien fija los precios y regula su implementación. En esta fecha existen legislaciones que prohíben a las unidades y empresas estatales la contratación de trabajadores por cuenta propia y cooperativas.

El régimen ha establecido en las leyes cuáles son las únicas actividades por cuenta propia o privadas que se pueden autorizar de acuerdo con los fines de la sociedad socialista. 

El Gobierno promulgó en la Constitución de la República de 2019, artículo 4, que el sistema socialista que refrenda esta Constitución es irrevocable, lo que significa que la propiedad colectiva de los medios de producción que es el socialismo estatal, siempre tendrá primacía sobre la propiedad privada, que fue objeto de desprecio durante muchos años.

Llegó al punto de que a los trabajadores privados en el año 1988 se les lanzara huevos en las puertas de sus casas, como también a los que recibían remesas de Estados Unidos se les hacía el mismo acto. [Irónicamente, hoy en día prácticamente no hay huevos.]

Por lo que se puede observar, el fracaso de las Mipymes ya está asegurado, solo queda esperar y sumarlo a los otros que se han acumulado desde el inicio de la Revolución cubana.

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