El régimen Ortega-Murillo amenaza la seguridad del hemisferio

Por PxMolina / Confidencial

Por Raúl K. Bautista

HAVANA TIMES – El régimen Ortega-Murillo “está participando en actividades que representan una amenaza para la seguridad del hemisferio”, afirma el comunicado de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, publicado el 18 de junio, informando sobre nuevas sanciones a la Empresa Nicaragüense de Minas (ENIMINAS) y al presidente de su junta directiva, Ruy López Delgado.

Esta aseveración de un ministerio (departamento) que no es el Departamento de Estado, indica que la Administración Biden ya elaboró una estrategia para enfrentar al régimen Ortega-Murillo o que ha avanzado significativamente en la formulación de la misma. También responde a la solicitud de la Ley Renacer a los servicios de inteligencia estadounidenses para que informen al Congreso sobre las actividades de los rusos en Nicaragua que “representen una amenaza o riesgo a los intereses nacionales y de seguridad de Estados Unidos” y sobre “operaciones significativas” que violen la Ley Estadounidense para contrarrestar a adversarios a través de sanciones (CAATSA por sus siglas en inglés, 22 U.S.C. 9225), que impuso sanciones a Irán, Corea del Norte y Rusia.

Desde noviembre del 2018, a través de la Orden Ejecutiva 13851, Estados Unidos ya había calificado las acciones del régimen Ortega-Murillo como una “amenaza inusual y extraordinaria de la seguridad nacional y la política exterior de Estados Unidos”. La presencia de militares y armamento ruso ha estado en Nicaragua desde los años ochenta y desde hace tiempo tiene instalaciones satelitales (Glonass) de espionaje, inteligencia y entrenamiento a policías. Lo nuevo es el contexto internacional después de la invasión rusa a Ucrania, las amenazas de Putin y Lavrov sobre el uso de armamento nuclear, las pretensiones imperialistas de Putin y sus declaraciones que lo transforman de adversario a enemigo de Estados Unidos y de Occidente.

Ortega ha dado un apoyo entusiasta a la invasión rusa a Ucrania y se abstuvo de condenarla en Naciones Unidas. Días antes de la imposición de sanciones a Eniminas, el martes 14 de junio, la Asamblea Nacional de Nicaragua controlada por el sandinismo aprobó la entrada de tropas, barcos y aviones rusos a Nicaragua “con fines humanitarios” y de combate al narcotráfico. Semanas antes, la presentadora de la televisión oficial rusa, Olga Skabeeva, sugirió que como Ucrania iba a recibir misiles que pueden llegar hasta Moscú, los rusos deberían instalar en Nicaragua misiles que puedan llegar a Washington, D.C., con el beneplácito de Ortega.

Autorizar la entrada de tropas y armamento ruso en el contexto actual, dijo el Subsecretario Adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado Brian A. Nichols en la Cumbre de las Américas, aunque sea una actividad rutinaria y con fines humanitarios, es una provocación. Esa advertencia—así como todos los llamados del Departamento de Estado para que liberen a los presos políticos y suspendan el régimen de tortura—fue desoída por el régimen.

La consecuencia es el golpe económico más fuerte al gobierno de Ortega desde la sanción a Bancorp. Las exportaciones de oro, dice el comunicado de OFAC, incrementaron considerablemente en años recientes. “En el 2021, las exportaciones de oro de Nicaragua a Estados Unidos incrementaron en un treinta por ciento, totalizando más de US$744 millones. Estas exportaciones representaron el 79 por ciento de todas las exportaciones de oro de Nicaragua durante el año”, añade. Según Ryan C. Berg, el gobierno de Nicaragua ha estado triangulando oro venezolano y en esa operación también han participado los rusos y, aunque la operación se ha querido mantener en secreto, se pronosticaba que, en el 2022, el oro iba a superar a la carne como el principal rubro de exportación llegando a unos mil millones de dólares.

Investigaciones de Confidencial revelaron que “las exportaciones de oro en bruto crecieron 172.8% entre 2017 y 2021, al pasar de 322.7 millones a 880.5 millones de dólares. Ese crecimiento de 557.8 millones es uno de los indicios que” el régimen ha estado triangulando oro venezolano. Los principales beneficiarios han sido la familia gobernante y los funcionarios que asignaron a esa empresa.

Una nueva ronda de sanciones después de la Cumbre de las Américas ya se había anunciado. Sin embargo, las sanciones de OFAC rompen con la tradición de imposición de sanciones de EEUU a la dictadura Orteguista cada 4 o 6 meses o más, porque pocos días antes, el 13 de junio, se impuso restricción de visas a 93 miembros de la Asamblea Nacional, fiscales y funcionarios del Ministerio del Interior. Previo a esta ronda de sanciones, las últimas fueron impuestas el 10 de enero del 2022.

Hasta la fecha, como el mismo Departamento de Estado reconoce en la nota de prensa que acompañó la imposición de sanciones de OFAC, el régimen Ortega-Murillo no sólo ha continuado profundizando su relación con los rusos, sino que también ha incrementado la represión y la tortura a los presos políticos, se ha atrincherado en el poder y ha “establecido una dictadura dinástica similar a la del régimen somocista.”

Quizás el reconocimiento de que el régimen Ortega-Murillo representa una amenaza a la seguridad hemisférica y que la consolidación del totalitarismo en Nicaragua es un desafío para el futuro de la democracia en la región, lleve al Departamento de Estado a considerar que se requieren fuertes y más continuas sanciones diplomáticas y económicas que golpeen la fortuna de la familia Ortega-Murillo y les dificulten su capacidad de gobernar, porque sólo así se podrá llegar a la rendición de cuentas y al cumplimiento de las normas internacionales que Estados Unidos plantea como su objetivo.

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