¿El Gobierno cubano se ha suavizado?

Recapitulando tres eventos claves del año 2018

Por Chris Vazquez

HAVANA TIMES – Ante el temor de que el crecimiento del sector privado se les  hubiera ido de las manos, el anterior presidente de Cuba, Raúl Castro, anunció en agosto de 2017 que la entrega de nuevas licencias para casas particulares (donde se oferta cama y desayuno), paladares (restaurantes), así como otros negocios privados se congelaría hasta que se pudieran elaborar nuevas regulaciones que frenaran la supuesta actividad ilegal, como es la evasión fiscal y la compra y venta en el mercado negro.

¿Cuál es la verdadera razón detrás de mayores restricciones? Pues, prevenir la acumulación de riqueza y moderar el éxito del sector privado cubano.

Cuando finalmente las regulaciones propuestas salieron a la luz, en julio de 2018, casi un año después del congelamiento de la entrega de nuevas licencias comerciales, la propuesta lista de restricciones era tan grande que la gente comenzó a hacer las maletas y a entregar sus licencias comerciales antes de que entraran en vigencia el 7 de diciembre de ese año.

Los números simplemente ya no tenían sentido. Bajo las nuevas normas, a los cubanos que trabajaran en el sector privado solo se les permitiría tener una sola licencia, limitándolos de manera efectiva a una de las categorías combinadas aprobadas. El resultado era que a un taxista o barbero se les prohibiría también alquilar su casa en Airbnb.

Al mismo tiempo, los restaurantes estarían limitados a no más de 50 sillas, los dueños de negocios tendrían que mantener el 80 por ciento de sus ganancias en una cuenta bancaria cubana para fines fiscales; además, una escala de impuestos cada vez mayor se implementaría después del quinto trabajador contratado, la carga fiscal en negocios con más de 20 empleados se convertiría en astronómica, y así sucesivamente…

Había otra ley oculta en esa larga lista de ordenaciones propuestas. Conocida simplemente como el Decreto 349, esta se enfocó en los artistas, en lugar de los emprendedores. El decreto, de gran alcance y vagamente redactado, evitaría que los artistas de cualquier disciplina mostraran su trabajo en espacios públicos o privados sin previa aprobación del Gobierno.

Las personas o empresas que contrataran a artistas que no habían recibido la autorización apropiada podrían ser sancionadas, y los creadores no aprobados correrían el riesgo de recibir multas considerables y la posible confiscación de sus materiales.

Según la ley propuesta, los inspectores designados por el Estado estarían facultados para suspender rápidamente las actuaciones artísticas que subjetivamente consideraban sin sabor o contrarrevolucionarias, incluso, hasta recomendar la cancelación de sus licencias artísticas de acuerdo con sus consideraciones.

El único recurso para los artistas y las empresas sería apelar las cancelaciones ante el Ministerio de Cultura, la misma institución que designa a los inspectores. Por lo que, eso pondría un poder desproporcionado en manos de los inspectores oficiales para limitar el alcance de la expresión artística en la Isla.

A diferencia de los empresarios derrotados, que entregaron sus licencias comerciales por temor a lo peor, los artistas independientes de Cuba respondieron rápidamente al Decreto 349 con protestas unificadas, campañas en las redes sociales y demostraciones artísticas de desobediencia, convirtiendo la medida propuesta en un tema internacional de derechos humanos.

El Gobierno del país respondió inicialmente intentando ignorar el asunto, esperando que las tensiones se relajaran una vez que la ley entrara en vigor y todos regresaran a sus lugares, como suele ocurrir en el caso de Cuba. Pero a medida que el Decreto 349 continuaba en los titulares mundiales, con grupos como las Naciones Unidas y Amnistía Internacional expresándose en su contra, el Gobierno decidió tomar represalias, y estas llegaron. Lo que siguió fue una campaña nacional de propaganda calumniosa y censura brutal.

La dura respuesta y la falta de diálogo por parte del Gobierno cubano dejaron en claro que no iban a ceder. Pero también impulsó la acción de varias figuras prominentes dentro de la comunidad artística nacional. Incluso reconocidos leales revolucionarios, como son el famoso cantante Silvio Rodríguez y el reconocido actor Luis Alberto García, tomaron la red para expresar su descontento con el Decreto 349 y la falta de voluntad del Estado de someterse al deseo de su gente.

Como lo expresó la profesora de la Universidad de Florida, Coco Fusco, en su conversación con el Miami Herald, “Este grado de diversidad y franqueza en las expresiones de desacuerdo de los artistas e intelectuales cubanos asentados en la Isla no se había visto en décadas”. Sin embargo, el Gobierno cubano no vaciló.  La difamación pública y las detenciones arbitrarias de artistas por parte de la policía cubana continuaron siendo la norma en las semanas previas al 7 de diciembre.

El lunes 3 de diciembre se produjo el arresto y la detención de una gran cantidad de destacados artistas que intentaron llevar a cabo una protesta de una semana en las afueras del Ministerio de Cultura, lo cual incluiría presentaciones artísticas y exhibiciones en rebeldía contra el Decreto 349.

La aclamada artista Tania Bruguera, quien estuvo entre los detenidos, juró hacer huelga de sed y de hambre si no eran liberados. Aunque las detenciones resultaron ser cortas (a diferencia de los viejos tiempos), parecía que el choque entre el Gobierno y la comunidad artística había alcanzado su punto máximo.

Entonces, de repente, todo pareció cambiar. En un giro bienvenido de los últimos meses, el Estado comenzó a retroceder, y vimos un lado del Gobierno cubano que no se ha visto en la historia reciente. Lo que sigue es un resumen de las tres veces que el Gobierno cubano parpadeó cuando se acercaba el 7 de diciembre:

(1) Cuba extiende el acceso a Internet para teléfonos móviles

La tarde del martes 4 de diciembre se celebraron vítores en La Habana, cuando el monopolio estatal de las telecomunicaciones Etecsa anunció que desplegaría el servicio de internet 3G para teléfonos móviles. El servicio costaría unos diez centavos por megabyte, “con paquetes que van desde 600 megabytes por unos siete CUC, hasta 30 CUC por cuatro gigabytes”, según Associated Press.

Esa fue una muy buena noticia para los aproximadamente cinco millones de usuarios de telefonía móvil en el país, quienes hasta ahora dependían en los cientos de parques y plazas públicos con servicios de WiFi en la Isla.

Si bien el anuncio de Internet en los móviles fue un desarrollo necesario y esperado por mucho tiempo, el momento de su implementación pareció bastante curioso. La vicepresidenta de Etecsa, Tania Velázquez, declaró que el nuevo servicio estaría disponible a partir del jueves 6 de diciembre, justo un día antes de que entraran en vigencia el Decreto 349 y las nuevas regulaciones sobre las empresas particulares.

2) Cuba retrocede con respecto a las regulaciones sobre las empresas privadas

Justo un día después del anuncio de internet por 3G, los funcionarios del Gobierno cubano aparecieron en el programa la Mesa Redonda, de la noche del miércoles 5 de diciembre, para anunciar cambios significativos en las regulaciones comerciales privadas que entrarían en vigor al final de la semana.

En cambio de las estrictas restricciones originales, los funcionarios estatales anunciaron que a los cuentapropistas se les permitiría tener múltiples licencias comerciales, citando el deseo gubernamental de no impedir el crecimiento del sector privado mientras continúa modernizando su economía socialista.

Los dueños de restaurantes se alegraron al enterarse de que no se verían limitados por una capacidad de hasta solo 50 asientos, lo que les permitiría servir a tantos clientes como quisieran. Finalmente, la cantidad mínima de ganancia requerida a los dueños de negocios para ser mantenidas en una cuenta especialmente designada para fines fiscales se redujo de 80 a 65 por ciento, equivalente a los impuestos de dos meses, en comparación con los tres propuestos. Las reducidas restricciones a las empresas privadas entrarían en vigor dos días después, el viernes 7 de diciembre.

(3) Cuba retrasa la implementación del Decreto 349

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Poco después de escribir este artículo, el Gobierno de Cuba anunció la eliminación de una cláusula en el nuevo proyecto de Constitución, que contenía un lenguaje que probablemente habría allanado el camino en la Isla para el matrimonio entre personas del mismo sexo. Esa evolución puede atribuirse, principalmente, al rechazo unificado de la comunidad religiosa cubana al cambio propuesto.

Una vez más, la sociedad cubana parece doblegar la voluntad del Estado. Sin embargo, la Asamblea Nacional también reinsertó el comunismo como la aspiración de la sociedad cubana mientras revisaban la Constitución, citando comentarios públicos como el catalizador de la acción -una afirmación difícil de creer-. Sin ningún método de verificación, el Estado tiene lo suyo, sin oposición.

[/pullquote]Si el anuncio de internet en 3G el martes 4 de diciembre fue una victoria para los consumidores, y el debilitamiento de las regulaciones sobre los cuentapropistas, el miércoles 5, fue una victoria para los dueños de negocios, lo que sucedió más tarde fue un triunfo para los artistas cubanos.

El programa de la Mesa Redonda del viernes en la noche trajo un paso atras del vilipendiado Decreto 349, a través del ministro de Cultura, Alpidio Alonso Grau, quien dijo que las autoridades buscarían la opinión de artistas independientes de todo el país para determinar la mejor manera de hacer cumplir el Decreto. Hasta entonces, la ley se aplicaría lentamente, tanto al sector estatal como privado.

También, las actividades culturales solo podrían ser suspendidas solo por un grupo de funcionarios, en lugar de un solo inspector. Junto con Grau, en el programa  estuvo el viceministro de Cultura, Fernando Rojas, quien explicó que pronto se anunciarían regulaciones más detalladas para aclarar mejor la naturaleza de la ley y enfatizar que la expresión artística no era el objetivo. Sin embargo, hasta su entrada en vigor, los inspectores no comenzarían a poner en práctica las acciones. Los artistas cubanos celebraron a lo largo y ancho de la Isla y, por primera vez en mucho tiempo sintieron que el activismo cívico estaba influyendo en la voluntad del Estado.

Entonces, volviendo a la pregunta original: “¿Se ha ablandado el Gobierno cubano?” o, mejor dicho, es este un intento de los poderes de cubrir el vinagre con miel, a medida que refuerzan los controles sobre el sector privado y la comunidad artística del país?

¿El estado verdaderamente está siendo receptivo a las preocupaciones de sus ciudadanos, o simplemente está creando una ilusión de democracia para mantener la paz y el orden mientras aprieta sus garras?

Esto lleva a la pregunta de si, las concesiones hechas para apaciguar al pueblo cubano y que conducen a la implementación de las regulaciones que irán en su detrimento, deben considerarse como una victoria que debe ser celebrada o como una derrota aplastante; solo el tiempo dirá.

Fuentes:

• “Looking Back on the Year in Art and Protest in Cuba” — Coco Fusco, Frieze
• “New Cuba law that artists say amounts to state censorship will be implemented gradually” — Mimi Whitefield, Miami Herald
• “Complaints from private entrepreneurs in Cuba lead to unusual about-face on new regulations” — Mimi Whitefield, Miami Herald
• “Cuba to begin full internet access for mobile phones” — Andrea Rodriguez, The Associated Press

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