El enigma de las estatuas doradas

David Canela

HAVANA TIMES, 24 mar — Hace ya algunos años desapareció la estatua del compositor austríaco Johann Strauss (hijo), “el rey de los valses,” que se alzaba en un pequeño parquecito que hace esquina entre Línea y G. En aquel momento pensé ingenuamente que habría sido removida por motivos de restauración.

También hace poco noté la ausencia de otra estatua, un busto de Ataturk, que se erigía sobre un pedestal, hoy vacío, ubicado en otro parque de la calle Línea, entre K y 13, en el barrio del Vedado.

Esos robos siguen siendo hasta hoy un misterio, pero tengo la sospecha presentida de que fueron obra de un vandalismo económico.

Todos los que viven en La Habana han sido testigos de que por las calles deambulan unos compradores de “cualquier pedacito” de oro.

Esa rara conexión me ha hecho suponer que probablemente esas estatuas, bañadas con un dorado reluciente, hayan sido recicladas en las fraguas de la clandestinidad.

Pues resulta improbable –aunque no imposible– que unos turistas hayan podido traficar con semejante tipo de obras de arte.

A una cuadra de mi casa, por ejemplo, desapareció un día misteriosamente una alcantarilla redonda que guardaba la entrada a un registro del acueducto.   

El vandalismo silencioso es como una guerra contra el patrimonio de la nación, y puede suceder por causas diversas: desde la rebeldía juvenil, el fetichismo, y la desidia de la comunidad y las instituciones del Estado, hasta el trafico de obras de arte.

Todos conocen en esta ciudad el extraño caso de las gafas de John Lennon, que han sido robadas incontables veces.

El Museo Nacional de Bellas Artes llegó a ostentar obras de Miguel Angel, Rafael, Da Vinci y Goya, de las cuales hoy no se tiene noticia.

El Cementerio de Colón, que en un momento fue considerado la tercera necrópolis a nivel mundial con mayor riqueza de obras artísticas funerarias, ha visto decrecer ostensiblemente su patrimonio con los años –según el recuerdo de sus trabajadores mas antiguos–, cuando no ha sido éste consumido por el tiempo.

El consuelo que he hallado a todo esto es que si las casas de los vivos estan deterioradas, las de los muertos no tienen porqué estar mejor.

La Biblioteca Nacional ha sido saqueada a lo largo de muchas décadas, desde los años 60, cuando una limpiadora de piso decidía, agrupandolos en dos pilas, el destino de los libros, y, arrancando los forros que tenían algún valor, desechaba el cuerpo de las hojas.

Lo que no se ha perdido por el robo de los usuarios, los trabajadores y los directivos, se ha destruido por la humedad, los microorganismos y el tiempo.

Incluso, he conocido a personas que han preferido robarse un libro antes de que termine destruido por la corrosión.

Y la política contra el patrimonio literario fue mas lejos aun, pues cuando las casas de los viejitos difuntos (muchos de la otrora burguesía media) eran incautadas en los años 70 por el gobierno provincial, luego de ser tasadas las propiedades y los muebles, las bibliotecas privadas se incineraban en Cayo Cruz, un antiguo basurero ubicado en la bahía de La Habana.

Como bien ha ilustrado el cortometraje de ficción Utopía, no se puede aspirar a que una población empobrecida y vulgar sea la guardiana de los valores de la alta cultura, por mucho que la aristocracia intelectual que se dedica a hacer política quiera adular los valores y los gustos del pueblo, finja compartir su cultura, y pretenda convocarlo a su horizonte de estética y racionalidad europeas.

2 thoughts on “El enigma de las estatuas doradas

  • Creo que el busto de Kemal Atatürk fue movido para la Avenida del puerto. Voy a confirmarlo a ver si es así. El destino de la de Strauss sigue siendo para mí un enigma.
    Saludos,

  • Aunque leo el artículo con años de retraso, confirmo que el busto de Kemal Atatürk se colocó en el parque junto al Anfiteatro de La Habana, donde fue visitada por el Presidente Turco cuando recorrió la capital.

    Otra cosa bien distinta ha ocurrido con la dorada escultura del compositor austríaco Johann Strauss (hijo) cuya última referencia es que se encontraba en una “institución estatal, sin posibilidad de restauración, incluso ni por la Oficina del Historiador”, tal como se refería en el año 2009 por la web fotoscubahoy.blogspot.com.es/2009/06/estatua-de-johann-strauss-en-la-habana.html , donde se aportan dos fotos.
    Ojalá exista una posibilidad de recuperación, proque la estatua original ubicada en Viena es preciosa.

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