El costo para Cuba de un peculiar concordato

Haroldo Dilla Alfonso*

Una estatua de Jesucristo da la bienvenida al nuevo seminario católica en las afueras de La Habana. Foto: Isbel Díaz

HAVANA TIMES, 6 feb — Desde hace meses he guardado un texto en mi computadora para disfrutarlo en una lectura apacible. El texto lo merece por su alta calidad argumental y su buena pluma.

Pero como creo que para mí ya pasaron los tiempos de las lecturas apacibles, he decidido leerlo y compartir mis puntos de vista con los pacientes lectores de CUBAENCUENTRO. Se trata del artículo “La Iglesia católica y los destinos de la nación” del director de Espacio Laical, Roberto Veiga, y que publicara el Cuba Study Group.

Al discutir este artículo, siempre debemos considerar hasta qué punto opiniones como la de Roberto Veiga pueden ser las de la jerarquía católica cubana. En realidad la Iglesia, fuera del dogma, es muy diversa. Y también lo es la cubana.

Veiga y sus colaboradores, representan una orientación que alguien llamó alguna vez socialdemócrata y que yo llamaría socialcristiana. Una suerte de izquierda cristiana a la que hay que dar la bienvenida.

Pero sí creo que en lo fundamental, las opiniones que Veiga puede expresar sobre el tema de la llamada reconciliación nacional son en esencia las que se han fijado en la alta cúpula. Pues hay temas delicados en que la Iglesia —avezada sobreviviente de muchas lides— no deja cabos sueltos. Y este es uno de ellos.

La idea central de Veiga es que la Iglesia debe desempeñar un rol distinguido en lo que llama el camino a la concordia y el progreso nacional. Hacerlo, dice Veiga, con humildad, humanidad, fraternidad, entre otros relajantes vocablos, propios del argot gremial.

Esto se logrará, concluye, “…si todas las partes son capaces de incorporar una conducta política nueva, madura, capaz de reconocer al otro como interlocutor, basada en la voluntad de aceptar la legitimidad de todas las opiniones y el análisis compartido, con el propósito de marchar juntos y alcanzar consensos”.

Por muchas razones me inclino a saludar estas generosas intenciones explicitadas en el discurso eclesiástico cubano que Veiga sintetiza. Es muy difícil estar en contra. A lo sumo solo tengo dudas, algunas muy severas, que trataré de explicar.

En lo personal, aunque no soy creyente, tengo un alto aprecio por los valores que se pueden generar desde el cristianismo. Conozco la historia de muchas disidencias cristianas por la salvación humana, la mayor parte de cuyos integrantes terminaron en la hoguera o en la horca.

Tengo estrechas relaciones con grupos católicos en República Dominicana que han asumido la cuestión social con una abnegación imbatible, incluyendo aquí la suerte de los migrantes haitianos.

Sé del trabajo sacrificado que realizan algunas congregaciones religiosas católicas en Cuba con personas discapacitadas, enfermas, ancianos y otros grupos vulnerables. Estimo a muchos amigos y amigas cuyas virtudes emanan de la creencia en la infinitud de la bondad y la modestia cristianas.

Finalmente, aprecio el trabajo editorial que Veiga y sus compañeros están realizando desde Espacio Laical, cuyas lecturas siempre disfruto.

Pero me temo que casi nada de lo anteriormente mencionado tiene que ver con la manera como la alta jerarquía católica cubana se ha comportado en el devenir nacional.

La Iglesia católica es regularmente conservadora, nada democrática, elitista y excluyente. Pero la nuestra —es decir, sus jerarcas— lo ha sido de manera descarnadamente arrogante, y siempre que ha habido una oportunidad de colocarse en el lado equivocado de la historia, la ha aprovechado.

Es por eso que creo que el texto de Veiga, como todos los textos que se han producido sobre el tema desde los templos y oficinas anexas, despierta muchas dudas razonables.

No hay —salvo breves acotaciones— una autocrítica que de cuenta de este pasado. Al contrario, lo que hay es una construcción ideológica que disfraza la realidad.

Una sustitución de la Iglesia real y concreta —con sus errores, cálculos de conveniencia, dogmas, atavismos, trampas, malos pactos, etc.— por una entelequia más allá de los tiempos y las existencias.

La Iglesia que nos describe Veiga no es la Iglesia que niega el derecho de las mujeres al control de sus cuerpos, que prohíbe el aborto, que discrimina a los homosexuales, que estigmatiza el condón y que frecuentemente ha pactado con lo peor de la política mundial en aras de la sobrevivencia institucional y del credo anticomunista.

No es, definitivamente, la Iglesia que los cubanos situamos lo suficientemente lejos como para poder construir una sociedad laica y liberal que hoy constituye una de las grandes ventajas de nuestra sociedad.

De ahí, por ejemplo, que Veiga considere que la legitimidad de la Iglesia católica para actuar como mediadora en el proceso de reconciliación nacional deriva de haber tenido históricamente tanto un discurso de este tono como una experiencia en ofrecerlo.

Dos rasgos espirituales, vaporosos, etéreos que poco tienen que ver con otra realidad que determinó su selección por Raul Castro como interlocutora: es la única organización que posee una estructura nacional institucionalizada —a diferencia de las descentralizadas religiones afrocubanas y de la fragmentación de las protestantes— y que es parte de un continuo de poder que desemboca en el Vaticano.

Es una institución cuyos horizontes seculares no ponen en peligro la continuidad en el poder de la élite política cubana que es, como la Iglesia, conservadora, nada democrática, elitista y excluyente. Una élite en bancarrota dispuesta a concederlo todo excepto el control monopólico del Estado, que garantiza sus privilegios y su orgásmica metamorfosis burguesa.

Esta selección le ha dado a la Iglesia católica una oportunidad única en la historia nacional para situarse en el centro activo de la política insular. Y la está aprovechando.

Pero es una oportunidad dudosa que pudiera conducir a una situación en que la Iglesia (aquí recuerdo el dilema maquiavélico) al explotar su fortuna, disminuye su virtud.

La iglesia, al asumirse como casi único espacio permitido de debate, también acepta las condiciones que le impone la élite política, y por consiguiente produce una discriminación, menos excluyente que la previamente existente, pero excluyente al fin.

Solo que el Partido Comunista nunca se cuidó de decir que efectivamente había discriminación y sinceramente proclamó que dejaba fuera a todos los enemigos de la patria, la revolución y el socialismo.

Pero la Iglesia está obligada a decir que sus puertas están abiertas para todos, cuando en realidad solo lo están para tecnócratas, reformistas de bajos tonos, funcionarios con exabruptos liberales y algunos exiliados —regularmente católicos— que han sido “amnistiados” por diversas razones.

Con seguridad muchos de ellos con méritos suficientes para ser parte de este debate, pero solo parte: la parte de quienes abogan por una transición ordenada donde hay mucho de orden y muy poco de transición.

Repito, por convicción o por conveniencia.

Queda otra cuenta por sacar referida al costo que todo esto tiene para la sociedad cubana.

Al final la Iglesia puede decir que usó una oportunidad para cambiar las cosas, cuando las cosas inevitablemente cambien. Y que el fin —otra vez Maquiavelo— justificó los medios.

Pero a los cubanos nos va a quedar una sociedad con una Iglesia erigida en árbitro más allá de las cuestiones de la fe. Y cuando eso sucede —observen al respecto más de una experiencia latinoamericana— el precio lo pagan todos los que están fuera de los dogmas discriminatorios de la institución.

Es por ello que aun cuando creo entender la justeza de la idea de que la manifestación religiosa no puede limitarse al ámbito privado, me preocupa la imagen de las iglesias —católica, protestante o de cualquier denominación— invadiendo el espacio público.

Me aterroriza que lo hagan sin contrapartes autónomas permitidas en virtud de este peculiar concordato que será bendecido en marzo por Ratzinger, un papa muy controvertido que se mueve en la escena pública con la furia de un inquisidor y la acrimonia de un plantígrado.

Creo que una virtud innegable de la sociedad cubana —republicana y revolucionaria— ha sido su laicismo.

Ello ha potenciado un pensamiento liberal auténtico que al entroncar con nuestra mentalidad caribeña ha potenciado una sicología social hedonista, librepensadora y aperturista, liberadora de las subjetividades. En ella radica nuestra principal virtud como sociedad.

Una virtud que debemos conservar a cualquier precio frente a todas las tentaciones, profanas y divinas.
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(*)Publicado originalmente por Cubaencuentro.com.

19 thoughts on “El costo para Cuba de un peculiar concordato

  • Soy un ateo,naci y creci con la revolucion cubana,a veces “discrepo” con lo que pasa en mi pais,incluso con o no con Fidel Castro,es normal…aunque el no lo acepte.pero lo mejor que hizo…..”fue separar la iglesia del Estado”para mi lo mejor que haya pasado en Cuba,la iglesia es “hipocrecia”,engano….y todo blaaa blaaaa,me inmagino cuando vaya el papa e Cuba??ahi las masas iran a recibirlos!!…como siempre “ovejas de dios”

  • La separación de la iglesia y el estado en Cuba es de 1901

  • Creo que deberíais aprovechar la visita del Papa para organizar alguna manifestación contra él.

    Mas que nada porque sería difícil para el gobierno, que es ateo, desautorizar una manifestación de ese tipo, y además serviría para romper la inercia y organizar por primera vez en muchos años una manifestación fuera del gobierno de Cuba.

  • Vamos, que la disidencia adelantaría al gobierno por la izquierda, por donde menos se los espera.

  • Tu escrito tiene vetas de verdad, pero nadie la posee toda, absolutamente. Claro, también aquilato el escrito de un ateo, o por lo menos de alguien que no cree en el mensaje de Cristo, y de quien es la depositaria y salvaguarda de su mensaje: La Iglesia Católica.
    Claro que soy católico, pero no siempre de acuerdo con el papel que la iglesia cubana ha jugado frente a la dictadura, que si tuviera que definirlo en una palabra, diré: afeminado. Con todas las implicaciones que esto conlleva.
    Es claro que marxismo, izquierda, comunismo, etc. son totalmente incompatibles con el mensaje de Cristo, y como alguna vez, bien apuntara el polémico Pablo VI, el socialismo ataca los dos pilares fundamentales de la sociedad humana, la propiedad y la familia. No hay conciliación entre estos pensamientos, y claro que todo católico bien formado, es por antonomasia, un anticomunista, un enemigo de esas manifestaciones sociales esclavizantes, y ve con recelo, “el coqueteo afeminado” de nuestros jerarcas con los que hoy regentean en Cuba, cuando el camino, debió ser bien otro, el enfrentamiento, el martirio, la confrontación. Nada ha sido tan ignominioso, que ver a nuestros obispos, plegados al dictador. Yo tampoco me creo eso del camino de la reconciliación y del perdón, no es posible cuando ha habido tanta ofensa, no siempre se puede poner la otra mejilla. No clamo por la venganza, pero si por la justicia, por la necesaria justicia, por la que los pueblos tienen que purgar a sus opresores, cuando llega el día tan ansiado de la liberación, y creo que ni la Iglesia, tiene el poder de sustraernos de ese legitimo sentimiento.
    “Cuando los cristianos colaboramos con los comunistas, traicionamos la razón por la cual dios nos puso en el mundo de la política”. Jacques Maritain.
    Lo que se espera siempre de la Iglesia es el martirio, fuente inagotable de nuestros santos, el combate al enemigo, el espíritu de Stefan Wizinsky,en nuestros prelados, combatiendo el comunismo. No quiero que la iglesia en Cuba tenga más poder que el del amor, dedicarse a sus tareas de caridad, y al ámbito del alma, no más.Debe también pagar por su oportunismo, por su cobardia, y arrimamientos, ….han sido el beso de Judas, y nos ha decepcionado, esperabamos verla de verdad ser conciliadora. En 2008, celebró Su Eminencia,publicamente una misa por la salud del Gobernante enfermo, además, una aberración, porque se trata de alguien que está excomulgado. Todavía estamos esperando igual manifestación de piedad, por el descanso eterno de Laura Pollán, luchadora civil, compatriota y valiente mujer que enfrentó la opresión. Ella no estaba excomulgada, y si era católica. Por sólo citar un ejemplo de los muchos que podría citar.

  • jejeje El articulo tiene algunas verdades y otras no tanto… hay que recordar que la Iglesia ahora hace de intermediaria entre las discordias de Cuba… que aun hoy refugia de maltratos a opositores gubernamentales y que tambien se sienta a la mesa con los Comandantes …. Mientras la Iglesia juega a benefactora de todos los “factores”, adversarios o no del gobierno, muy bien.. siempre y cuando el que salga ganando sea el pueblo cubano.. pero experiencia: Estamos hablando de una secta que ha durado por los tiempos de los tiempos y no exactamente por oponerse a nadie… la iglesia ha sobrevido desde los tiempos romanos, la fuerza del Islam, los nazis(inlcuso muchos de ellos se dicen cristianos), los zares, la revolucion rusa, los americanos conquistan como roma y se dicen cristianos …. entonces, lo que estamos observando no es nada mas que la magnificencia estrategica y el poder por el cual la Iglesia ha sobrevido todo este tiempo… la ingenuidad deberia ser un pecado capital..jejeje.. la iglesia no hace nada sin un objetivo.. supongo que ahora tienes igual los suyos.. solo esperar para ver que pase lo que pase en Cuba, la Iglesia(me refiero a su total conjunto) sobrevivira… esta o no por encima de los mortales ???

  • Jesus fue un hombre como tu y yo….solo quizo “cambiar algo”..despues si los “gobernantes” quiisieron “hacerlo Dios” ya es otra la vaina,no es su “culpa”,alguien lo “convirtio” en Dios,tampoco lo pidio,entre el trasiego de “mensajes” utilizan a Jose Marti,entre las “dos orillas” ,,quizas no tenga la “culpa”….pero lo “utilizan”…Radio y Tv,pero el “pobre” Marti ..ni se entera…tampoco le “pidieron permiso” para utilizar su nombre,deberian haberle preguntado??….algo de etica….pero nadie pregunta!! ..Yo soy ateo,no creo en nada solo en ti,que escribes,y en los demas que escriben y opinan en HT,sino tengo certeza de que existe “como puedo creer en ti”??

    Jesus fue “verbo” no “sustantivo”,siempre lo comparo con el Che Guevara,un sonador ,revolucionario,solo que queria “cambiar las cosas”,pero no fue ningun “dios”,lo hicieron “dios”….me acorde de Hatuey,un indigena,el primero que se “opuso” a los Espanoles,despues a Guama,y en nombre de la iglesia y un dios…los quemaron en la hoguera……creo que se llamo “Santa inquisicion”..tambien,los millones de nuestros antepasados en A: Latina,tampoco he encontrado en la Biblia que debe “existir” un papa en la tierra,o como “emisario” viaje a Cuba..a decir que?? una promesa!…que me dices de “violaciones” en colegios catolicos……y despues!!

  • Casi nunca leo Habana Times, pero cuando lo hago lo disfruto. Y ahora mas que nunca con este articulazo de primera, valiente y objetivo.

  • Soy un ateo,naci y creci con la revolucion cubana,a veces “discrepo” con lo que pasa en mi pais,incluso con o no con Fidel Castro,es normal…aunque el no lo acepte.pero lo mejor que hizo…..”fue separar la iglesia del Estado”para mi lo mejor que haya pasado en Cuba,la iglesia es “hipocrecia”,engano….y todo blaaa blaaaa,me inmagino cuando vaya el papa e Cuba??ahi las masas iran a recibirlos!!…como siempre “ovejas de dios”……un abrazo…

  • “otrodiferente” Eres precisamente el vecino , que en el siglo XV, habría entregado al Tribunal del Santo Oficio, comparar a Nuestro Sr. Jesús, con ese asesino execrable, del que no mencionaré ni su nombre, es una herejía tan grande como la Catara, no puedo creer que pienses así. Y claro que tú y yo no somos iguales, y no tenemos nada que ver, caminamos por veredas diferentes, siempre es así, siempre ha sido así. No te dirijas a mi como conociéndome, no me conoces, no te iguales, tu educación , dista siglos de la mía. Soy un bautizado en al fe verdadera, y aunque reconozco los pecados del hombre en mi Iglesia, ella, “per se”, es indefectible, e infalible, y contra ella ni las puertas del infierno podrán. No humanices a Jesús, es pecado mortal y herejía grave, me escandaliza tu respuesta es más que políticamente incorrecta, es una herejía contumaz, …evidentemente eres un socialista, y ya sabes lo que León XIII, dijo de ustedes, y que yo creo firmemente:”Los comunistas, los socialistas y los nihilistas son una “mortal pestilencia “que serpentea por las más intimas entrañas de la sociedad humana y la conduce al peligro extremo de ruina” cf. “Quod Apostolici Muneris”, 1878.

  • Pero hombre! Cátaros: del Griego: καθαρός, katharos, puros. Bons Hommes, como se decían a sí mismos, y también Buenos Cristianos. Más allá de las diferencias teológicas, su prédica hablaba de una iglesia más pura y simple. Nada que ver con los muchachones que fueron allá al Languedoc en 1209 a exterminarlos a hierro y fuego, bajo el estandarte del Papa (León, Silvestre, Juan, qué importa). Aún se recuerda el juicio del legado papal Arnaud-Amaury, Abad de Cîteaux, ante la duda de cómo reconocer entre los sitiados en la ciudad de Berziers a los cátaros de los “verdaderos cristianos”. “Caedite eos”, concluyó el abad. “Novit enim Dominus qui sunt eius.” Maténlos a todos. El Señor reconocerá a los suyos. 7900 personas. Masacradas. Amén.

  • El Papa en cuestión fué Inocencio III, dirigió la Cruzada contra los Cataros, y es los Papas ,que más admiro, obviamente, sin contar que también admiro a Arnaud Amaury, y claro que hubiera hecho lo mismo que ellos, así de católico soy. Y no fueron personas masacradas, fueron personas ajusticiadas….y lo de “Dios reconocerá a los suyos”, pertenece más a la fabula que a la realidad. La realidad, es que se preservo la fe y se salvaguardó a la Iglesia verdadera. Mi admiración por Inocencio III, de los más colosales Papas de la Historia de la Iglesia. Amén. Así de variopinto es el mundo, unos aprueban, otros desaprueban…

  • Me gusta la idea de la manifestación antipapa

  • Cain, tal cosa no ocurrirá , Cuba, es tierra de evangelización, y en general , los cubanos somos católicos y muy adheridos al trono de Pedro, asi es que deja esas pavadas…lo digo con respeto. Aquí de lo que se trata es de que Su Santidad, riegue, la semilla de libertad para los cubanos, que de un empujoncito y despierte a esa jerarquia acomodada y dormida en los brazos del dictador y se pongan de parte, de los que no tienen voz en Cuba, que son todos. Pero contra el Papa, no estamos, todo lo contrario, …olvidalo, eso es anticlericalismo y excomunión segura.

  • de donde sacaron al monje medieval este¿ asi que cuba es catolica?

  • JEFRAN,eres un irrespetuoso, no soy un monje medieval, me siento indigno de ello, pero claro que me habría gustado, y de los más rigurosos, un trapense,…pero saltando esta aclaración, y respondiéndote, dime, Cuba es Luterana, o Anglicana, porque si lo es…¡caray!, donde estaba yo cuando eso pasó, …ah, has de creer que es santera…no pues si el paleolítico, fue superado hace mucho…¡¡¡claro que no!!!, Cuba es católica, y evangelizada hace 500 años por los franciscanos y dominicos españoles…será que no sabes de la existencia de Fray Juan de Tesin, franciscano; Bartolomé Olmedo, Juan Zambrano mercedarios; y el dominico Fray Bartolomé de las Casas, abogados de los indios cubanos. Igual y tampoco sabes que en las aulas del Colegio Seminario San Carlos y San Ambrosio de La Habana, fue donde comenzó a madurar el concepto de cubanía. A la sombra del obispo español Juan José Díaz de Espada, el presbítero habanero Felix Varela fue despertando en sus discípulos un sentido de compromiso personal que, a mediano plazo, fue abriendo las mentes al compromiso social. Por ello se afirma que el Pbro. Félix Varela fue quien primero nos enseñó en pensar como cubanos.

    Igual y tampoco sabes que en 1941, el P. Manuel Foyaca sj. recorría el país y fundaba el movimiento Doctrina Social Cristiana, inspirando la acción social del laico católico, dando origen a los primeros esfuerzos de la Democracia Social Cristiana en Cuba. In 1947, se fundó la Juventud Obrera Católica. Esta organización fue de gran importancia en la formación de líderes católicos. A fines de los años 50, se contaban 225 instituciones católicas dedicadas a la asistencia social. En 1945, el Papa Pío XII nombra Cardenal al Arzobispo de La Habana, Manuel Arteaga, primero de Cuba y de toda la región de Centroamérica y el Caribe. Era un reconocimiento al crecimiento de la Iglesia católica cubana.

    Y seguro conocerás a, Mons. Enrique Pérez Serantes. Nacido en España, se recibió como Doctor en Filosofía y Teología en la Universidad Gregoriana en Roma. Es ordenado sacerdote en septiembre de 1910, comenzando una carrera religiosa que se prolongó por seis décadas, manteniéndolo muy vinculado a los problemas sociales del país. Como sacerdote de La Habana, firmada en 1913 el Centro Obrero y su revista “El Faro”; dirige un Comité Caritativo de ayuda a obreros tabacaleros despedidos en 1914.

    En 1916, como Vicario General de Cienfuegos, escribe una carta pidiendo poner fin a las luchas sangrientas entre partidos políticos. En 1922 es nombrado obispo de Camagüey, dedicando grandes esfuerzos a la enseñanza católica; por su acción social en apoyo a las necesidades de los obreros, es declarado “Hijo Adoptivo” de Camagüey en 1933. En 1948, es nombrado Arzobispo de Santiago de Cuba. Al producirse el ataque revolucionario al Cuartel Moncada (1953), y enterado el Arzobispo de la masacre que se comete contra los que son detenidos, interviene ante las autoridades militares para salvar la vida de quienes habían sobrevivido y escapado, entre ellos el dictador Fidel Castro, misión que cumplió personalmente.

    Durante la guerra revolucionaria escribió gran cantidad de cartas pastorales pidiendo el restablecimiento del orden y el fin de la guerra fratricida; entre ellas: “Queremos la paz”; “Invoquemos al Señor”; “Basta de Guerra”. Después de 1959, sus cartas pastorales continuaron: “Vida Nueva”, escrita en enero, saluda al nuevo gobierno; en “la Enseñanza privada”, escrita poco después, llama la atención sobre ataques que apuntan a las escuelas privadas. En 1960, manifiestas ya las tensiones entre la Iglesia y el nuevo Gobierno marxista escribe “Por Dios y por Cuba”; “Ni traidores ni parias”; “Roma o Moscú”; “Vivamos en Paz” y “Con Cristo o contra Cristo”. Murió el 18 de abril de 1968, primer jueves de Pascua, a la edad de 84 años….Bueno yo creo que Cuba si es católica, o no?

  • Socio, despierta que estamos en el siglo XXI!

  • Y estar en el siglo XXI , es razón y causa de renegar de aquel, QUE ES AUTOR DE LA VIDA, …me gustaría que me explicaras esa rara simbiosis, porque no la comprendo, y por favor no me llames socio, prefiero mi nombre o “Sr”, eso de socio, tiene tufillo, a la “cultura del asere” y con esas, con esas sí, nunca he comulgado.
    La Historia de Cuba, esta indisolublemente ligada a la historia de la Iglesia en América, y gústele a quien le guste o pesele a quien le pese, desde nuestro templos han emanado siempre, luces de libertad. Y eso independiente , de concordatos o traiciones, porque es traición cuando la Iglesia , entra en contubernio con las autoridades cubanas, es Cristo su estadista mayor y su voz,”la voz de los que no tienen voz”, y eso…también es hacer historia, fomentar nación.

  • Cuando los papas hacen eso,no esmas que continuar lo que hizo elpueblo de Dios, Israel diezmando a las poblaciones originarias de Palestina, con su Yavé de los ejércitos apoyándolos.
    ¿acaso no fue l propio Dios el que alargó el día para que Josué tomara Jericó? en fin, que en nombre de dios si tenemos permiso y obligación de matar, ocupar territorios de otros, etc y si no leamos la Biblia

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