El combustible de los taxis cubanos

Por Repatriado

Taxi colectivo. Foto: Juan Suárez

HAVANA TIMES – En medio de una ofensiva del Gobierno contra el robo de combustible, hemos sabido por estadísticas oficiales que los taxistas privados adquieren como promedio diario medio litro* de combustible de los dispensadores estatales conocidos popularmente como Cupet, únicos autorizados para la comercialización de hidrocarburos en cualquiera de sus variantes.

La gran mayoría de los taxis privados son autos americanos anteriores a 1959, ideales para ese servicio por su fortaleza, capaz de resistir las destartaladas calles cubanas y, además, porque permiten llevar cinco pasajeros, mientras los vehículos más modernos solo pueden transportar cuatro.

Poco más o menos todos esos equipos utilizan motores diésel Mercedes Benz, Hyundai, Toyota o Peugeot, comprados a empresas estatales cubanas que los adquieren en chatarrerías en Latinoamérica, África o Europa.

Cualesquiera de esos motores diésel, sacados de uno de esos desguaces, le cuesta al taxista unos 5000 dólares, más los gastos de reparación que haya que hacerle, pues como digo, eran motores dados de baja y listos para ser desguazados los que compra el Estado cubano para venderlos internamente, a veces lo que se consigue es solo el block y el resto hay que comprarlo donde se pueda.

Estos motores hacen una media de 10 a 12 km por litro, con lo cual, los taxis cubanos solo recorren 5 kilómetros al día de manera legal (pagando 1.10 CUC = a USD por litro), el resto del tiempo están trabajando con combustible robado (a un precio equivalente a .33 a .50 centavos CUC). Puede parecerles esto demasiado a los que no conocen Cuba, a mí lo que me llama la atención es que aun haya quien compre diésel al Estado.

El combustible que usan los taxistas se lo compran a trabajadores estatales con cuota asignada, pueden ser conductores de camiones de transporte, pipas de agua, guaguas de transporte urbano, ambulancias, carros fúnebres, bomberos, grúas, camiones de recogida de basura o cualquier vehículo estatal.

Los chóferes estatales son maestros en el arte de no gastar el combustible asignado para poder venderlo en complicidad con sus jefes, y es que ni los directores de empresa pueden vivir de su salario y la venta del combustible es una de las más importantes “búsquedas” de todos los que de una u otra manera controlan una pequeña tajada de ese pastel.

Malversar ese combustible significa dejar de cumplir la función para la que ha sido originalmente destinado desde las omniscientes alturas ministeriales, lo que se refleja en la corroída economía nacional, incapaz de funcionar desangrada por los constantes robos.

Aunque en este caso hablo de gasolina y petróleo, podría del mismo modo referirme a bombillos, piezas de computadoras o papel sanitario, se vende lo que se tiene a mano.

La causa de esta corrupción generalizada es la obsolescencia de una economía centralizada y planificada, incapaz de distribuir los recursos de modo racional al pretender estar desconectada de los indicadores de mercado, usando políticas de precios absurdas, basadas en planes de recaudación irreales y siempre incumplidos.

La respuesta del Partido/Gobierno totalitario es la de siempre, más control, más inspecciones, más procesamientos penales. En época de Fidel se llegó al absurdo de despedir a los trabajadores de los Cupet y sustituirlos por un ejército de trabajadores sociales a sus órdenes directas.

Pero la necesidad es la madre del ingenio, mientras los explotados trabajadores cubanos tengan algo que vender, lo venderán, pues tienen que abastecerse de casi todo en las despiadadamente caras tiendas estatales, donde casi nunca hay nada, ¿adivinan por qué?

No hay control que no pueda sortearse, ni inspector que no esté tan necesitado de comer como el inspeccionado, ni al que le quede una pizca de ética después de haberse visto obligado a vivir a base de sobornos.

Tampoco es solución que el Gobierno baje el precio del combustible que vende, por mucho que lo bajen, igualmente lo bajarán los miles de trabajadores que por padecer un salario irrisorio hacen de la venta ilegal de combustible su modo de vida.

La economía centralizada y planificada sencillamente no funciona, nunca lo ha hecho y luego de 60 años intentándolo parece que nunca lo hará. Todas las políticas específicas del Gobierno para corregir esta situación de modo puntual se han demostrado inefectivas, es hacer lo que siempre hacen, atajar los síntomas como malignos mientras se glorifica a la enfermedad como un modelo justo, sostenible y próspero.

El lamentable embargo estadounidense, justificación predilecta de los justificadores profesionales, es de difícil aplicación en este caso, pues el petróleo viene en grandes cantidades desde la Venezuela chavista, bastante menos ahora, es verdad, pero la situación era exactamente la misma cuando llegaba tanto que Cuba lo reexportaba.

Ahora mismo las aguas están revueltas para vendedores y compradores de combustible ilegal, pero todos sabemos cómo funciona nuestro Gobierno, estarán unos días dando un gran show mediático con este tema, pondrán entre rejas a unas cuantas personas y dentro de poco llevarán su falsa a cualquier otra cosa con el mismo impulso vacuo de siempre ¿y los cubanos? “business as usual”.

 

*http://www.cubadebate.cu/especiales/2018/06/20/combustible-en-fuga-i-parte/#  Las cifras se refieren a Cienfuegos, pero pueden extrapolarse a toda la nación, pues el robo es generalizado.

 

2 thoughts on “El combustible de los taxis cubanos

  • La “búsqueda” está a “pululu”.

  • Interesante esa estadística, pensé quie era hasta menos de medio litro, ja ja ja. la Cuba de hoy funciona a base de robo, si no se roba no funciona. Y funciona mal, dígase de paso. es una falasia entregar permisos de trabajo y no crear la logística para que funcionen legalmente y sean factibles, porque con los precios del combustible no hay factibilidad posible. y así con todo.

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