El artista cubano, Bebeshito, tiempo al tiempo

HAVANA TIMES – Ha pasado más de una semana, pero entre lo más comentado en relación con Cuba sigue estando el concierto del cantante de música urbana Bebeshito en Miami, celebrado la noche del pasado 28 de diciembre en el Pitbull Stadium.

Casi lleno el recinto, fue todo un suceso que marca un punto importante en la historia de la música cubana, pero la polémica no se hizo esperar, porque no hubo mención de la situación actual de Cuba y porque fue reflejado en el estatal Noticiero Nacional de Televisión y otros medios oficialistas.

En primer lugar, es interesante analizar cómo escoge la prensa oficialista a quién ignorar y a quién mencionar en sus espacios oficiales. Empecemos por decir que el artista no tuvo reconocimiento alguno en la radio ni la televisión cubana mientras vivió en la isla, donde es muy conocido ente los seguidores de su estilo.

Recientemente estuvo el ejemplo del Taiger, a quien Bebeshito le rindió homenaje también en medio del concierto, y a cuya muerte y circunstancias relacionadas se le dedicó bastante espacio en la prensa cubana de la isla, y ahora sucede parecido con este espectáculo.

Mucho mayores han sido otros que protagonizaron en su momento Celia Cruz, Willy Chirino o José Feliciano, pero a ninguno de ellos se les dio espacio en los medios nacionales, como no sea para denostarlos de vez en cuando. Incluso cuando Feliciano hizo la famosa colaboración con Silvio Rodríguez con aquella sugerente “Venga la esperanza”, su presencia en el oficialismo era simplemente testimonial.

En el contexto actual siguen siendo olímpicamente ignorados otros artistas como Amaury Gutiérrez, El Chacal, El Funky, Aldo el Aldeano y un largo etcétera, de posición mucho más frontal contra el comunismo, y por eso llamó la atención el interés en este concierto en particular.

Es incuestionable, y muy estimulante, además, el legado de empoderamiento para los músicos cubanos, demostrando que no hay barreras que no puedan ser superadas; es sin lugar a dudas una gran conquista para una generación que ha logrado internacionalizar su género y penetrar en mercados globales, algo que generaciones pasadas no consiguieron.

Las mentes más enrevesadas apuntan a que la Seguridad del Estado está jugando a crear polémica para dividir al exilio, sembrando la duda sobre la integridad del artista para provocar discusiones extra-artísticas, pero cuando se mira quién estuvo detrás del show esta teoría no desaparece, pero pierde un poco de fuerza.

Los principales organizadores fueron los hijos del exviceministro de Cultura Fernando Rojas, comunista recalcitrante, y hasta el nieto de Raúl Castro, Raúl Guillermo Rodríguez Castro, alias El Cangrejo.

El reguetonero Chocolate MC, considerado el padre del género, no dejó pasar este detalle y tras felicitar a su colega expresó: “Hay cosas que tú no conoces: detrás de ese concierto hay manos negras. Yo estoy muy contento con lo que hizo Bebeshito, pero estuviera más contento si no lo estuviera manejando el gobierno cubano”.

Es bueno mencionar además que en Cuba jamás este muchacho pudo reunir a una audiencia similar, porque no tuvo apoyo de las autoridades ni era conveniente desde el punto de vista político darle un micrófono ante miles de cubanos esperando una pequeña chispa para estallar.

Ni hablar del tema económico, porque aquí cobren lo que cobren no es nada comparado con los dividendos que se obtienen en Estados Unidos.

Además, la mayoría de los patrocinadores promocionaron paquetes de entrega de combos a familias en Cuba y viajes, por lo que indirectamente estaban colaborando con la dictadura en este delicado momento de crisis económica, y eso por sí solo puede ya justificar la repercusión oficialista.

Los más críticos no perdonan el silencio alrededor de la situación de derechos y libertades en Cuba, cuando muchos esperaban que el cantante utilizara su plataforma para abordar temas políticos.

Estoy entre quienes creen que esa audiencia era mayoritariamente contraria a la dictadura y que un mensaje como ese hubiera venido bien, pero tampoco es para exagerar; ya tendrá tiempo Bebeshito de hacerlo, si de verdad lo siente.

Este silencio contrasta fuertemente con las declaraciones de otros artistas cubanos, como Gente de Zona, quienes han usado eventos internacionales para expresar solidaridad con la lucha por la libertad en Cuba.

“Esto es Abajo la dictadura”, llegó a sugerirle el grupo al recién llegado, pero de alguna manera olvidan que ellos mismos también se tomaron su tiempo para radicalizar sus posiciones, por eso me parecen un poco exageradas las críticas.

Otro momento importante fue cuando los asistentes comenzaron a corear “¡Sufre Otaola!”, en referencia al polémico presentador cubano Alexander Otaola, quien puso en duda reiteradamente que se diera el concierto.

El influencer cuestionó la capacidad de llenar el estadio del intérprete urbano, cuyo nombre real es Oniel Ernesto Columbié, y dijo que las entradas estaban siendo regaladas. Sobre la tarima, el cantante no hizo ninguna referencia a esos cánticos.

Para algunos es una broma, un choteo tan cubano, pero detrás de eso está el rechazo a uno de los críticos más feroces de la dictadura, y eso sí es una victoria que se anota la Seguridad del Estado.

La aparente decisión consciente de mantenerse enfocado exclusivamente en su arte, evitando que su carrera se convierta en un campo de batalla ideológico, válida desde el punto de vista personal porque entre otras cosas implica algún riesgo para su seguridad o la de sus familiares, genera tensiones y ha sido siempre el estar sobre el filo de la navaja.

Por eso no quiero emprenderla con Bebeshito, simplemente necesita su tiempo, esta aparente indolencia cambiará cuando tome distancia. Sería lo mejor que puede hacer, y entonces veremos si sale en el Noticiero. O pensándolo bien, seguro sale en el estelar de cualquier manera, porque si asume una postura política mucho más radical dirán que se plegó a los designios de la mafia miamense, el oficialismo siempre tiene una manera de intentar darle la vuelta a la tortilla.

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