El 349 y La lucha por los derechos civiles en Cuba

Por Osmel Ramírez Álvarez

HAVANA TIMES – En los últimos meses hemos sido testigos de hechos muy relevantes para el futuro inmediato de nuestro país. Una especie de despertar cívico en varios sectores de nuestro pueblo, especialmente entre los artistas, en una batalla por objetivos puntuales, pero que está ineludiblemente ligada a una lucha mayor por los derechos civiles en Cuba.

Derechos civiles y políticos, o simplemente cívicos, son aquellos que protegen las libertades individuales de su quebrantamiento (represión) por parte del poder (sea el de los gobiernos o el de cualquier otro agente político público o privado), y garantizan la capacidad del ciudadano para participar en la vida civil y política del Estado en condiciones de igualdad, y sin discriminación.

Basados en ese concepto y en nuestra realidad, los cubanos todos los días, desde hace mucho tiempo, tenemos razones de sobra para luchar por nuestros derechos civiles, pero nos detiene el miedo que sentimos por el sistema. Sin embargo, varios factores han hecho posible que sea en esta ocasión que se haya producido este pequeño, pero significativo quiebre del eficiente esquema de “inmovilidad ciudadana”, y la protesta cívica no violenta fuera efectiva. Pueden ser estos:

  1. Tenemos un presidente nuevo, que no es un militar, ni peleó en la Sierra Maestra, ni es de apellido Castro.
  2. Que solo 24 horas después de asumir el cargo firmó un Decreto Ley, el 349, a todas luces burdo y peligroso, que afecta a un sector tan sensible y liberal como el artístico, tan “con las pilas puestas”. Hubo reacciones inmediatas.
  3. La existencia de un importante grupo de artistas completamente independientes del tutelaje estatal. Algunos en franca confrontación con la política oficial por la forma extremista y vejaminosa con que han sido tratados por las instituciones.
  4. La posibilidad de comunicación, movilización y denuncia que permite el acceso a Internet, a pesar de ser tan reducido aún en el ámbito nacional.
  5. El hecho de que la polémica se pudiera ver desligada de la política, aunque sea imposible separarlas, por haber sido en respuesta a un problema puntual creado por una legislación específica, en un sector claramente identificado. Fue difícil atribuirlo oficialmente, como siempre ocurre, “al imperio” o “al enemigo”. Solo con insinuaciones.

Esta batalla estuvo ligada también, aun sin que se mencionara o fuera un propósito de alguien, con la reacción de oposición generalizada de nuestra sociedad a las nuevas regulaciones del Trabajo por Cuenta Propia (TCP), que más que normarlo lo estrangula.

De ello son evidencia las “huelgas silenciosas” de los taxistas particulares en la capital (boteros), ante los experimentos que los someten a reglas estatales estrictas y los vuelven “conejillos de indias”. Y también las quejas de los cuentapropistas en los seminarios sobre las nuevas regulaciones y el estado de opinión general de oposición a las medidas en la calle, con criterios que cada vez son más osados y ajustados a lo o que se piensa realmente. Aunque lamentablemente siga existiendo el doble discurso y la doble moral como mecanismo de supervivencia del cubano.

Vale destacar, más allá del carácter colectivo de las protestas, a algunas figuras claves. Aunque si acaso hubo liderazgo fue solo moral, basado en el ejemplo. Todos merecen ser destacados, pero en nombre de ellos mencionaré a Luis Manuel Otero Alcántara, Tania Bruguera y Yanelys Núñez. Esta última es historiadora del arte y periodista independiente, colaboradora de este medio, Havana Times.

Como ya se ha divulgado, el Decreto 349 no se derogó y con seguridad no sucederá por ahora. Tampoco se consiguió que los representantes del Gobierno se reunieran con los artistas que protestaron. Lo que no ha de sorprendernos porque es tradición de la Revolución ignorar, denigrar y minimizar a sus adversarios. Y así nos ven.

Sin embargo, fue mucho lo que se logró al obligarlos a su implementación solo en instituciones estatales y a presentar en breve las “disposiciones complementarias”. Que ya no serán las que tenían pensadas, sino otras más tolerantes y conciliadoras, sin duda.

Más importante que lo conseguido fue lo demostrado, ¡que sí se puede! Sí se puede luchar pacíficamente por una Cuba mejor y sobrevivir a la represión del sistema. Y sí se puede obligar al sistema a escuchar al pueblo, a reconocer la soberanía popular y a trocar los métodos de gobierno autoritarios-populistas por mecanismos democráticos reales.

Cabe destacar que la forma de lucha social más viable en Cuba, (es mi criterio), es la que se está empleando contra el 349. Aunque no fuese parte de una estrategia planeada, sino fruto del momento, resultó muy acertada. Es la misma que hizo posible las grandes victorias sociales del movimiento de Martin Luther King: la no violencia, la protesta social ingeniosa y la batalla por aspectos puntuales y simbólicos del problema, no por “el todo”, que ofrecería más resistencia.

Una Cuba mejor es posible y debemos conquistarla poco a poco, sumando victorias y ganando libertades. En un proceso paulatino de lucha por nuestros derechos civiles y políticos. Este es el camino y creo sinceramente que no hay otro mejor, aunque sea peligroso e imponga sacrificios.

Es por esta razón y en ese sentido que la oposición al 349 está marcando un antes y un después. Su valor trasciende ya, por su simbolismo, el justo derecho a la libre creación artística que los motivó. Va inevitablemente por más: va por los derechos quebrados de todo un pueblo, cuyo civismo está siendo rescatado, para honra y esperanza de los buenos cubanos.

Osmel Ramirez

Soy de Mayarí, un pueblecito de Holguín. Nací el mismo día en que finalizó la guerra de Viet Nam, el 30 de abril de 1975. Un buen augurio, ya que me identifico como pacifista. Soy biólogo pero me apasionan la política, la historia y la filosofía política. Escribiendo sobre estos temas me inicié en las letras y llegué al periodismo, precisamente aquí en Havana Times. Me considero un socialista demócrata y mi única motivación comunicacional es tratar de ser útil al cambio positivo que Cuba necesita.

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One thought on “El 349 y La lucha por los derechos civiles en Cuba

  • Saludos estimado Osmel.
    Yo creo que el despertar -todavía timorato y discreto en mi opinón- de “cierta” conciencia cívica que se va activando, responde a la situación de crisis de valores y material; más el abuso y descaro por parte de la nomenclatura; junto a la rotura del bloqueo informativo por parte de gobierno al pueblo ante el imposible freno a las fuentes de Internet -aunque esta aún no sea masiva-
    Ya la dictadura no puede tapar el sol con un dedo, ni la “Mesa Redonda” -véase circo obtuso- convence tan si quiera ya ni a los mismos panelistas de una sola arista política que la conforman.
    Este fin de año: sin carne de puerco, harina o huevos en la mesa del cubano de a pie será decisivo. Y no es que el cubano sea jamaliche nato; sino que para nosotros el comienzo del año es una señal de lo que nos espera. Por otro lado, se nota que el miedo va cediendo, tanto en la gente, como, también; lo está haciendo la dictadura, aunque disimuladamente, tal y cómo ya ha sucedido -que donde dijeron Digo, quería decir Diego-. Al final, ¿Qué queda ya por perder?
    No abogo por un derramamiento de sangre masivo, pero ¿Qué es lo que falta ya para que esos tiranos saquen los tanques a las calles? Casi nada. Así que… se verán horrores. Un saludo.

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