Dolor en el pecho

Mujeres cubanas víctimas de la violencia machista. Fotocollage: Alas Tensas.

Por Javier Moreno Diaz

HAVANA TIMES – Levantarse, encender un cigarrillo,  beber café.

Otro feminicidio en la ciudad y a nadie parece importarle, ya suman 36 en lo que va de año.

Las autoridades culpan al bloqueo, a la carestía, miran hacia otro lado.

Otro feminicidio como para que se nos estruje la razón por tanta impunidad.

El gobierno usa sus recursos para reprimir y anunciar una casa aparente donde sus habitantes conviven, con algunas diferencias, pero en paz y  armonía.

No puede haber armonía en un calabozo.

Cuba exporta mentiras como caramelos, la falsa seguridad de sus calles se patentiza a partir del anochecer,  donde nadie está a salvo.

Tomar un auto de alquiler cuando es posible, presupone un riesgo de no llegar a buen recaudo. Uno puede ser víctima fácilmente de un atraco, un crimen.

A esta sociedad machista no le preocupa que una madre, una hermana o una hija, fenezca en manos de la falsa moral y el acertijo inexpugnable en los cerebros de los perpetradores.

No hay píldora posible, el mal ha profundizado su raíz y no parece importarle al poder, que encausa ahora sus esfuerzos en una ley sobre comunicación social.

A diario se escuchan bravuconadas de diversa índole, la mayoría tiene por objetivo coaccionar a una determinada mujer.

Es doloroso, las mujeres son nuestras primeras casas, nuestros primeros albergues, el principal sustento durante los nueve meses de gestación.

¿Cómo olvidar el abrazo primigenio después de la alimentación temprana?

Es nuestro deber como ciudadanos tomar medidas y hacerlas valer bajo cualquier circunstancia.

Levantar voces y accionar cívicamente para que el feminicidio pase a ser un mal recuerdo y no el día a día.

En mi niñez este tipo de casos por lo general se derivaban por comportamientos de ciertos sectores que la sociedad ha encasillado como antisocial.

Ya no sé qué pensar, de niño vivía en una burbuja.

Tengo la edad de las pasas maduras y duele, duele el corazón, el alma.

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