Díaz-Canel y su incremento de salarios en el sector presupuestado

Por Osmel Ramírez Álvarez

El presidente cubano Miguel Díaz Canel y su ministro de Economia y Planificación, Alejandro Gil Fernández

HAVANA TIMES – La noticia es bien recibida y sorprende a todos. Cuando menos se esperaba, llegó este aumento salarial para el sector estatal presupuestado, precisamente el que no produce. La verdad, tenían hasta ayer un sistema de pago horrible, que rozaba con la burla y el trabajo esclavo.

Mi hermana, por ejemplo, que es graduada universitaria y representante del Ministerio de Trabajo y la Seguridad en un Consejo Popular, solo ganaba 385 pesos, apenas unos 15 o 16 dólares al mes. Así más o menos era el salario, hasta hoy, de todos esos funcionarios del Poder Popular, las entidades relacionadas con Vivienda, la administración de Justicia y otros, que se han dedicado por décadas a entorpecer la vida de los cubanos, en vez de ayudar.

Realmente no han vivido de su magro salario, sino del tráfico de influencias, de los recursos del Estado puestos a su disposición y de la corrupción, al menos los que pueden y salvo raras excepciones. Los que no, se robaban el tiempo laborable para dedicarlo a otras actividades más rentables, o simplemente como protesta silenciosa. No por gusto un trámite cualquiera, aunque fuese sencillo, ha costado años de espera o grandes “regalitos”.

Ahora de la nada, cuando menos recursos económicos y financieros tiene el país; cuando vamos entrando en una etapa de retroceso hacia la parte más crítica del Periodo Especial, (que realmente nunca acabó), o de un nuevo Periodo Especial para los que creen que es otro; sin que la productividad del trabajo se haya incrementado, deciden aumentar los salarios dos o tres veces en un santiamén.

¡Qué bueno! -Lo celebro, porque es instantáneamente algo bueno para millones de cubanos, incluyendo las familias.

¡Qué bueno! –Porque de momento beneficiará al sector privado, que trabaja con productos bien caros vendidos por el Estado y sus clientes potenciales tienen hasta hoy muy bajos ingresos.

¡Qué bueno! Pues encierra la esperanza de que la burocracia disminuya un poco y podamos ver nuestras gestiones más agilizadas.

Quisiera ser más optimista, pero me lo impide la objetividad y el poquito de conocimiento que tengo sobre la política y la economía. También la realidad, que es bien adversa. Si la medida fuera acertada, si estuviera bien sustentada y si pudiese tener un impacto movilizador en nuestra economía y sociedad, podríamos elogiar a Díaz-Canel, o al que sea que autorizó subir los salarios en las condiciones actuales. Pero le faltan ingredientes al menú.

Subir los salarios es correcto, pues el salario en Cuba es más que una injusticia, es una locura. Se paga menos que lo que recibiría un esclavo solo con las atenciones básicas que sostienen la vida. Eso es lo primero que hay que hacer para que Cuba pueda mejorar. Pero no como medida populista para dar un ánimo efímero y tramposo, sino como premisa elemental que estimule a los trabajadores a ser eficientes y haga posible que los empleadores puedan exigir un desempeño de calidad.

Sin embargo, no basta con eso por sí solo. Debe ir acompañado de otras muchas medidas también de carácter económico que permitan la liberación de las fuerzas productivas, y lo hagan sostenible, real, e incluso se pueda incrementar más, hasta equipararse a la región o al primer mundo, de manera paulatina.

Debe incluir permitir la libre empresa a los cubanos (todos), no solo a extranjeros; establecer una política impositiva justa y estimulante; liberar el comercio exterior al sector privado; liberar el mercado interno para que satisfaga todas las demandas y opere con autonomía; y también podrían, al menos, convertir las empresas estatales más importantes en capitalistas con autonomía y ofrecer muchas de las menos importantes a formas socializadas entre los trabajadores y a la gestión privada, de diversas maneras, según sea más factible. Inicialmente sería suficiente para destrabar un poco el óxido de la planificación y el estatismo que embotan los rodamientos de nuestra economía.

Pero nada similar se ha hecho. De súbito se incrementan tanto el salario nominal como el real. Luego es previsible que solo el primero quede, como un espejismo, porque el segundo volverá a ser el mismo por la disminución del poder adquisitivo. De darse este indeseable pronóstico, terminarán dañando más a la gente.

Esta iniciativa en medio de una crisis tal parece un consejo de Nicolás Maduro, para ver si otro país amigo lo acompaña en el liderazgo mundial de la híper-inflación. De pronto, le están sacando mucho provecho propagandístico y han llevado un soplo de esperanza a un porcentaje significativo de trabajadores, pero es un alivio similar al que proporciona una droga fuerte con el dolor de un enfermo terminal.

No sé por qué me recuerda a los Lineamientos, la zeolita y la moringa. Más de lo mismo.

 

Osmel Ramirez

Soy de Mayarí, un pueblecito de Holguín. Nací el mismo día en que finalizó la guerra de Viet Nam, el 30 de abril de 1975. Un buen augurio, ya que me identifico como pacifista. Soy biólogo pero me apasionan la política, la historia y la filosofía política. Escribiendo sobre estos temas me inicié en las letras y llegué al periodismo, precisamente aquí en Havana Times. Me considero un socialista demócrata y mi única motivación comunicacional es tratar de ser útil al cambio positivo que Cuba necesita.

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4 thoughts on “Díaz-Canel y su incremento de salarios en el sector presupuestado

  • En tus consideraciones o receta , no hay condimentos , que tienen a Centroamérica como esta ?

  • Pero bueno, Osmel. En que quedamos? Has criticado en otras ocasiones el alto costo de vida con relacion al salario y ahora,que hubo un aumento de salario, tambien lo criticas. Palos porque bogas y palos porque no.

  • Centroamérica tiene muchos problemas, algunos comparte con Cuba, pero es una situación diferente. allí la democracia no ha funcionado y las fuerzas productivas legalmente libres, no se han desarrollado lo suficiente. Falta de una acción política y económica efectiva. Pero en Cuba ni siquiera legalmente se liberan las fuerzas productivas, y no tenemos ni siquiera una democracia nominal, sino una dictadura de izquierda, que no permite la libre iniciativa y discrimina al cubano dando preferencia en derechos económicos al extranjero. es diferente amigo, no hay que tener ni sexto grado para entenderlo.

  • Me parece que no leísyte el artículo completo. Digo claramente que lo celebro. y que creo imprescindible subir los salarios. Dónde está la contradicción. Tienes deseos de ver contradicciones en mis ideas, pero la tendrás difícil, porque trato siempre de ser muy coherente. Ahora, eso no quiere decir que subir salarios es o debe ser una acción voluntarista y populista. Para subirlos hay que crear las condiciones imprescindibles que lo sostengan, que lo hagan viable. no apelar a la conciencia, como partece ser el caso, por lo que se dice desde arriba. eso por sí solo no generará mayor eficiencia productiva, solo un entusiasmo efímero. le faltan condimentos, es mi opinión, no es que esté mal, al contrario. mal está no hacer lo necesario para que sea sostenible y progresivo.

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