Díaz Canel niega que Cuba aplique un paquete neoliberal

Captura de pantalla

Por Eloy Viera Cañive

HAVANA TIMES – Durante una reunión del Consejo de Ministros celebrada el 29 de enero de 2024 para —en teoría— analizar las nuevas medidas económicas y su comunicación política, Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez aseguró: «Las medidas son necesarias e impostergables, corrigen profundas distorsiones y desviaciones estructurales que lastran el desempeño de la economía y están orientadas para el beneficio del pueblo». 

El designado presidente cubano mostró preocupación por la labor del «enemigo» que, según él, tras el anuncio de las medidas trató de sembrar el desánimo en el pueblo para promover un estallido social. Díaz-Canel aseveró que el plan del «enemigo» también consistía en afirmar que se implementa en Cuba un «paquete neoliberal». 

Para refutar la «matriz» de información, Díaz-Canel pidió a los presentes que nombraran un paquete neoliberal en el mundo que hubiera empezado por aumentar los salarios en dos sectores básicos de la sociedad (Salud y Educación). 

El mandatario se refería al reciente aumento del salario de los trabajadores de la Educación y de la Salud Pública implementado mediante la Resolución 22 de 2024 del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Díaz-Canel utilizó la medida para afirmar categóricamente: «por lo tanto, esto no es un paquetazo». 

La aseveración de Miguel Mario Díaz-Canel y la lógica defendida ante sus ministros debería ser suficiente para que el sistema de propaganda cubano, por ejemplo, deje de llamar «paquetazo» a las medidas que intenta impulsar en Argentina el recientemente investido presidente Javier Milei. 

La propaganda de la isla ha dicho en reiteradas ocasiones que las medidas de Milei son un «paquetazo económico» de gran impacto para el pueblo argentino. Sin embargo, el paquetazo argentino, de acuerdo con la lógica de Díaz-Canel, debería considerarse un catálogo de medidas para corregir las distorsiones que el Gobierno de La Libertad Avanza recibió del kirchnerismo. 

No obstante, las medidas anunciadas por Milei no han podido implementarse porque, a diferencia de Cuba, en países donde la democracia y las instituciones estatales son mínimamente funcionales, el poder tiene resortes y contrapesos que pueden dilatar la entrada en vigor de decisiones del ejecutivo. 

Tribunales argentinos han suspendido cautelarmente la implementación de muchas de las disposiciones del Decreto de Necesidad y Urgencia que firmó Milei el 20 de diciembre de 2023. La norma pretendía impulsar —entre otras cuestiones— una reforma laboral para disminuir el tamaño del Estado. Asimismo, la otra gran propuesta legislativa del presidente argentino —que contiene segmentos importantes de sus medidas y que se denomina popularmente «Ley Ómnibus»— todavía lucha para ser aprobada en el Congreso. 

Milei no tiene un grupo de medidas efectivas, sino aspiraciones. A pesar de lo anterior —y contrario a lo que el presidente libertario negó en algún momento—, después de anunciados los recortes se han implementado en Argentina aumentos salariales a médicos, docentes y trabajadores de la Administración pública. 

Desde enero de 2024, en las diferentes provincias argentinas se realizan las paritarias con los Gremios de Docentes. Las «paritarias» son negociaciones entre miembros y organizaciones de trabajadores con el Gobierno para gestionar o mejorar derechos como el salario. Los docentes de la provincia Buenos Aires concluyeron su paritaria y el resultado devino un aumento del 25 % en los salarios de los educadores. 

Si lo anterior fuera poco, el 26 de enero de 2024 Milei firmó el Decreto 90/2024 que formaliza un acuerdo con varios gremios relacionados con la Administración Pública. La norma dispone un aumento del 16 % en los salarios de los trabajadores del sector y de los médicos que se desempeñan en los establecimientos hospitalarios y en organismos que dependen del Ministerio de Salud. 

¿Por qué se molesta entonces Díaz-Canel cuando califican sus medidas de igual forma que la propaganda cubana lo hace con Milei? ¿Cómo deberían llamarse las medidas más recientes impulsadas por el régimen cubano, las cuales, por más impopulares que sean, no tendrán —a diferencia de Argentina— un sistema institucional, democrático e independiente que las pare o las retrase? 

No importa cómo se nombren las últimas medidas del Gobierno cubano. Las medidas neoliberales y las socialistas pueden compartir igual esencia —recortes y subidas de impuestos y precios—. 

Lo que importa es que los cubanos no tienen las posibilidades que todavía conservan los argentinos. A saber: gremios y sindicatos que pelean aumentos salariales con el Gobierno y con los empresarios. La autonomía sindical que conserva el neoliberalismo —y que ha permitido que en medio de un anuncio de recortes radicales se produzcan aumentos salariales en Argentina—, paradójicamente, no existe en el paraíso socialista cubano. 

A diferencia de los argentinos, los docentes y los médicos cubanos tienen que aceptar en silencio el aumento insuficiente de sus salarios. Al mismo tiempo, mantienen pésimas condiciones laborales y enfrentan el riesgo de ser sancionados penalmente por errores achacables a la falta de los recursos que debe proveer el Estado que no duda en sancionarlos. 

Los cubanos hoy sufren los impactos de un «paquetazo» o de un ajuste fiscal bajo el amparo del socialismo. Pero a diferencia de los argentinos, no pueden apelar al sistema de Justicia para detener las medidas. 

Quienes impulsan el nuevo catálogo de medidas para eliminar «distorsiones» son quienes ayer reordenaron la economía y fracasaron y quienes hoy quieren hacer creer —con escasos y deficientes argumentos— que no se trata de la misma situación y que tampoco es un paquetazo.

Lea más desde Cuba aquí en Havana Times.