Cuba Vs Embargo ¿usted qué vota?

Vicente Antonio de Castro

HAVANA TIMES – Un año más la mayoría en la ONU vota y condena el embargo estadounidense contra Cuba. Esta votación se ha realizado durante 27 años sin ningún resultado práctico. Pero el Estado cubano continúa llevando el tema ante la Asamblea General, buscando el efecto simbólico hacia el exterior y la legitimación del régimen hacia el interior.

El primer argumento del Gobierno de la Isla es que el embargo es ilegal, sin embargo, no lo llevan a la Corte Penal Internacional o a algún otro tribunal internacional de arbitraje, incluido cualquiera dentro de los propios Estados Unidos.

Justifican no hacerlo diciendo que, aunque fallen a favor de Cuba y se compruebe la ilegalidad, los Estados Unidos no acatará la sentencia, ¿pero no es eso exactamente lo que pasa en la ONU todos los años? ¿No es el valor simbólico lo importante? ¿No sería más simbólico aún tener un verdadero aval legal, una sentencia firme?

Algunos piensan que La Habana no demanda legalmente a Washington por temor a que un tribunal de verdad, no una asamblea política como la ONU, probablemente confirme el derecho de los Estados Unidos de comerciar con quien deseen, lo cual dejaría a la Isla sin uno de sus argumentos más socorridos.

La otra gran justificación es el daño que el embargo provoca al pueblo. Eso es innegable, ¿pero es lo que más daña a la población cubana?

Nadie tenía embargada a China o a Vietnam, aun así, eran extremadamente miserables mientras se aferraban al modelo de economía centralizada, solo comenzaron a desarrollarse cuando aceptaron, con todas sus consecuencias, la economía de mercado liberal.

Cuando la URSS subsidiaba al Gobierno de Fidel Castro con ingentes ayudas ¿se desarrolló Cuba? No, en el instante que perdió las ayudas se visualizó cuán desastrosa era nuestra economía, una gran falsa sostenida en la mendicidad política.

El mismo desmorone del imperio soviético mostró lo atrasado tecnológica, cultural, social, y científicamente que estaba esa parte del mundo, desde la metrópolis rusa hasta la última de sus colonias, todo debido a la falta de libertad y al estatismo, no a un embargo.

Así visto, no parece que sea esa la principal causa de nuestro calamitoso estado actual, quizás el sistema económico centralizado y planificado tenga mucho que ver en nuestras penurias.

Lo más importante, muchas personas dentro y fuera del país entienden que el Gobierno cubano mantiene un sistema antidemocrático y totalitario, que coarta la libertad individual y la de conciencia y de propiedad, bases de todas las otras, y muchos pensamos que no hay prosperidad sostenible sin autonomía individual.

Por lo tanto, desde la lógica de los que apoyan el embargo, lo amoral sería eliminarlo, pues eso solo redundaría en la perpetuación de un gobierno, no electo, que impide la libertad, y por ende, el desarrollo económico de su propio pueblo.

Los que lo apoyan el embargo creen que lo moral, lo humanitario sería una presión internacional tal, un aislamiento internacional tal, que el Gobierno cubano se viera obligado a ceder y conceder la libertad a su pueblo, y que solo a partir de esa transferencia de soberanía hacia el pueblo, donde la conciencia y las ideas pudiesen circular y agruparse libremente, se podría mejorar la difícil situación de los ciudadanos.

Por cierto, personalmente no creo que detrás del embargo haya un interés humanitario, sino el geopolítico de una nación con intereses globales, como mismo pienso que los que defienden su derogación lo hacen desde su propio interés político, no por humanidad. Así que cuidado, el POR QUE existe es solo relevante para juzgar la ética del Gobierno estadounidense, pero para juzgar su CONVENIENCIA lo relevante es si es útil o no para el futuro del pueblo cubano.

Por cierto, es un extraño embargo. Estados Unidos está entre los 10 primeros socios comerciales de Cuba, por delante de “amigos” como Rusia. Hace apenas unos días se inauguró una compañía farmacéutica de capital mixto cubano y estadounidense. Los turistas yanquis siguen viniendo (menos desde Trump) y el pollo que le compro a mis hijos, que mi Gobierno me vende al precio de tres días de salario/el kilo, viene de los Estados Unidos