Cuba: un encuentro inédito

Osmel Ramírez Álvarez

papa kirillHAVANA TIMES — Hace pocos días se reunieron en La Habana dos importantes líderes cristianos, el papa Francisco de la Iglesia Católica y el patriarca Kirill de la Ortodoxa Rusa. El primero de paso en su viaje a México, el segundo en visita oficial a nuestro país.

De inédito se cataloga el encuentro, tras un milenio de distención entre ambas secciones de la cristiandad. Un gran paso sin duda para el ecumenismo, que desde principios del siglo XX gana adeptos importantes y viene dando pasos sólidos.

Cuba, por su parte, se está consagrando como escenario de paz y concordia. La declaración de América Latina y el Caribe como zona de paz fue aquí en La Habana, también el diálogo entre el Gobierno colombiano y la guerrilla, y ahora esta reunión histórica entre líderes religiosos.

El Patriarca ruso en visita oficial tiene también gran connotación. La Iglesia rusa sufrió persecución, muerte y destrucción durante la etapa comunista. El clero fue exiliado, encarcelado, asesinado o doblegado. Muchas iglesias destruidas y otras convertidas en museos. El ateísmo impuesto robó a sus fieles, vaciando los templos.

Resultado de tanta aberración fue la separación de la Iglesia Ortodoxa Rusa en dos ramas, una dentro del país y otra en el exterior. Luego del derrumbe de la URSS comenzaron los acercamientos que culminaron con el acta de comunión canónica en 2007, que hizo posible la unificación formal.

Hoy, al menos dos tercios de los ciudadanos rusos se consideran cristianos ortodoxos, lo cual certifica que el ateísmo era impuesto. En Cuba pasó lo mismo aún sin destruirse el sistema. Solo fue necesario que el Partido Comunista aceptara a los religiosos en sus filas y dejara de considerarlos ciudadanos “marcados”.

La política exterior cubana sigue su escalada de éxitos. Todo eso equivale a más reconocimiento internacional y más apoyo al liderazgo oficial, a pesar de su origen no democrático. Ya nadie exige un cambio en la Isla. Está de moda venir y reconocer la labor de Cuba contra el ébola, sus logros internos y lo que hace por la paz de otros, pues con el promisorio fin del bloqueo, todos quieren comerciar.

Eso es bueno, claro que sí, pero mucho mejor si viniese acompañado de otras buenas acciones. Si el Gobierno anunciara que bajo la nueva situación (sin tanta distención) se considera a sí mismo “gobierno provisional”, por un período tal, para reorganizar nuestra economía y reformar la Constitución, entonces podríamos celebrar.

Pero solo se habla del derecho de Cuba a la autodeterminación y a escoger su sistema político sin intromisión foránea. Lo cual se traduce en el derecho de los líderes cubanos a gobernar como les plazca sin que nadie se entrometa en cómo lo hacen, ni a quién le suprimen un derecho soberano. La idea ahora es no meterse con el Gobierno cubano para poder aprovechar las oportunidades de negocios. Una moda que no luce tan bien como quisiéramos.

El Estado cubano parece fuerte, consolidado y enrumbado. Detrás, un lastre inmenso de pobreza, de falta de fe en el sistema, de desconfianza hacia los que dirigen; un pueblo dividido y en diáspora, un millón de trabas que hacen la vida insoportable y mucha sed de justicia.

¡Loas para el ecumenismo!; ¡loas para el Papa y el Patriarca! Es bueno ver al mundo cambiar, abandonar el odio y la distención y batallando por un futuro mejor. En la religión, en la política, en la economía, en todo.

Pero el Papa sabe lo difícil y peligroso que resulta reclamar derechos cuando no hay democracia: lo vivió en Argentina. Y el Patriarca debe recordar que los mismos que hoy lo reciben amablemente, ejecutaron en el pasado prácticas similares a los que diezmaron su Iglesia por siete décadas.

Rectificar es de sabios y es un derecho. Pero no vale rectificar solo donde conviene a unos pocos, hay que rectificar haciendo justicia completa para todos. Martí dijo: “Conquistaremos toda la justicia”. No es un poquito de justicia por aquí o por allá, porque me conviene este o aquel apoyo, es ¡toda la justicia!

Está claro que para los cubanos el camino siempre va a ser el más largo y el más difícil. Lo fue para librarnos de España; lo fue para tener república, y ahora lo está siendo para tener democracia y prosperidad.

Bienvenido el Papa, bienvenido el Patriarca y bienvenida su reunión inédita. Ellos representan un mundo nuevo que se está gestando. Cuba es parte inevitable de ese mundo y hoy está en boca de todos. Nuestra causa por “toda la justicia” un día triunfará.

Gritémosla para que todos la oigan, pero sin odios y sin ofender a nadie. Imitemos a los que se juntan en medio de las diferencias: un día tendremos Patria nueva.

One thought on “Cuba: un encuentro inédito

  • Tiene razón OSMEL en que detrás de tanta información de éxito internacional, somos los cubanos los que tenemos todas las de perder. Ninguno de los patriarcas papas gobiernos y organizaciones internacionales nos están ayudando a una Cuba democrática y próspera. Todo lo contrario, el mundo que visita y alaba a Cuba vira la cara frente a su pobreza y falta de oportunidades para sus nacionales.Mientras, el Partido único sigue sin enterarse de las necesarias transformaciones económicas y políticas que faciliten la democracia económica y política.Están absolutamente desconectados de la realidad y haciendo planes según sus intereses de cúpula del poder.El VII Congreso del PCC será otro evento que demostrará la esquizofrenia del Partido en el poder.

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