Cuba podría golpear al bloqueo externo

Eileen Sosin Martínez  (Progreso Semanal)

Foto: Raquel Pérez Díaz

HAVANA TIMES – Siempre terminamos hablando de lo mismo: la política, la economía, “la situación”. Cambian los nombres y las caras, en diferentes grupos, pero no cambia el tema. Invariablemente, como insecto que vuela a quemarse en el bombillo, acabamos analizando “cómo está la cosa”.

Sin embargo, últimamente nuestro asunto favorito se ha desplazado en el orden del día. Sucede que algunos de mis amigos, profesionales jóvenes la mayoría, se están dedicando a eso de viajar y traer “mercancía”, para venderla después.

Así realizan dos nobles aspiraciones: ganar algún dinero extra, y descubrir lo que hay después del mar. En buena ley, son metas universales, humanas, viejas como el tiempo. No obstante, sobre ellos también se cierne el eterno pasar trabajo, ese que parece nuestro más persistente karma nacional.

El proceso -kafkiano igual que aquel- comienza con un meticuloso estudio de mercado. Sondear la demanda, precios, tipos de artículos, y luego ajustar eso a un estimado de peso y valor en Aduana, supone una compleja habilidad que muchos desconocían tener, hasta que lo hicieron por primera vez.

Paralelamente, deben obtener el visado, si corresponde. En los sitios web de algunas embajadas, la sección para reservar entrevistas permanece cerrada, y cuando abren, se corre la voz de tal manera que resulta casi imposible acceder. Y desde una Wifi pública, peor aún. Por eso, otros con Internet suficiente cobran, pongamos, unos 50 CUC, por el mero favor de sacar el turno.

Si todo sale bien, uno recibe mensajes como este: “La buena noticia es que me dieron la visa, lo jodido es q x 6 meses, lo q c/ entradas múltiples. Voy en octubre, ya saben, listas cortas jajaja”. No es nuevo que los amigos viajeros se conviertan en proveedores de chucherías y cosas importantes (chocolates, condones “de-a-fuera”, medicina, un disco externo, un celular…).

Del otro lado ya los esperan. Dayana cuenta que en México hay un lugar nombrado Tepito, una especie de feria enorme y variada —y peligrosa— donde suelen comprar los paisanos. “Bienvenidos cubanitos”, se leía en la puerta de una tienda. Por su descripción, yo me lo imagino como La Cuevita del D.F.

Dicen que el Zócalo deviene punto habitual de encuentro, y que al primer vistazo se puede identificar a los que están “en la lucha”. Dicen que si tienes una mano de Orula te tratan con más respeto, porque los mexicanos saben de mambo y de santería igualito que los cubanos, o casi.

Los dos últimos días de su estancia, Dayana se quedó en un hotel de mala muerte (once dólares la noche), también frecuentado por los coterráneos. Aunque claro, existen otros más costosos para quienes los paguen.

Alejandro fue a Panamá acompañado, pues se supone que en grupo la travesía es más segura, además de que se ayudan entre sí con las compras. Y juntos la pasan mejor, por supuesto. Pero con todo y triquiñuelas, los cubanos —mil veces sabichosos— pueden terminar como el cazador cazado. Esa parece la moraleja de un reciente caso de estafa.

En el grupo de Alejandro iba un muchacho extrabajador de la Aduana. El Hombre Llave, le llamaban los demás; el conocedor del abracadabra que los haría cruzar ilesos por las puertas de la Isla. Porque aun si lo traen todo en regla, volver llenos de bultos y realizar la bendita primera importación del año, siempre resulta complicado y estresante.

Alejandro utiliza una coartada maestra. Para despistar se disfraza de businessman: camisa de mangas largas, afeitado perfecto, gafas Ray-Ban, perfume matador. Su personaje es un cubano adinerado que vive “allá”, y ahora viene con regalos para la familia.

Llegado el momento, regala piropos a las aduaneras. Por ejemplo, dice: “No seas mala chica, con esos ojos tan lindos que tú tienes”. Si ella sonríe y le devuelve la zalamería, Alejandro sabe que ya ganó. Personalmente prefiere los vuelos después de medianoche, porque a esa hora los funcionarios de Aduana están cansados.

Vender constituye la recta final, un tramo fatigoso donde los merolicos transnacionales abastecen a los domésticos, o directo a los clientes. El saldo neto serán unos 300 CUC, con suerte 500, y la aventura que para muchos significa montar en avión o en metro, comer fresas o carne de res.

Apuesto que las autoridades cubanas conocen esas historias. Saben, además, que seguirá ocurriendo, porque padecemos lo que algún economista llama “demanda acumulada”, porque la escasez está a punto de transformarse en endémica. (Ojo, perseguir el papel sanitario o el picadillo conspira contra el pensamiento estratégico; la supervivencia nos roba perspectiva.)

Entonces, ¿cuán descabellado sería reconocer este mercadeo como actividad económica legal? El Decreto Ley 162, “De Aduanas”, establece en su Artículo 49: “Podrán efectuar importaciones y exportaciones comerciales las personas naturales y jurídicas autorizadas a estos efectos por el Ministerio del Comercio Exterior”.

En teoría, mientras más bienes de uso y consumo entren al país, se erosiona un poco la corteza pétrea del bloqueo. Esa “pacotilla” —tan fea palabra— representa más champú, más ropa, más televisores y computadoras para el pueblo cubano. ¿O no? Y eso, hasta donde se permite. Pues si dejaran importar tractores para la agricultura, tractores traería la gente.

Veamos un ejemplo. Las TRD venden en 24 CUC una cajita con cuatro repuestos de máquinas de afeitar Gillette Venus. Dayana trae de México esos mismos repuestos y los vende a 2.50 CUC cada uno, o sea, cuatro costarían 10 CUC.

Imaginemos por un minuto qué grande sería comprar lo que sea rebajado por encima del 50 por ciento. Imaginemos, de paso, si ese descuento se consiguiera aplicar a productos más necesarios.

Mientras el bloqueo dure —como parece que hará— hay otras cosas que podemos desbloquear.

6 thoughts on “Cuba podría golpear al bloqueo externo

  • Tremenda ingenuidad la de este post (con el perdón del autor); suponiendo que “abran el banderín” al tráfico de las “mulas” , dónde quedará la ganancia y el monopolio de las TRD? (administradas por quien tu sabes).

  • Economia de pacotilla. Lo que deben hacer es autorizar la importacion mayorista privada, los negocios de manufacturas para producir en el pais y no seguir portándonos como los españoles y los indios. Den prestamos bancarios solidos y dejen que la gente monte sus manufacturas y ya veran como el bloqueo interno se cae.

  • Dice la autora:

    “Veamos un ejemplo. Las TRD venden en 24 CUC una cajita con cuatro repuestos de máquinas de afeitar Gillette Venus. Dayana trae de México esos mismos repuestos y los vende a 2.50 CUC cada uno, o sea, cuatro costarían 10 CUC.

    Imaginemos por un minuto qué grande sería comprar lo que sea rebajado por encima del 50 por ciento. Imaginemos, de paso, si ese descuento se consiguiera aplicar a productos más necesarios.”

    Pues no me explico cómo la autora no se explica por qué el gobierno cubano JAMÁS permitirá la importación “por la libre”. ¿Por qué renunciar a cobrar más caro? Es como con el pasaporte, que es válido por seis años y al mismo tiempo hay que renovar cada dos. Parece absurdo, ¿si es válido por qué hay que renovarlo? Para sacarle más dinero a los gusanos apátridas odiadores profesionales que son malos cubanos, por supuesto.

  • el gobierno cubano puede hacer esto o aquello y sabe perfectamente como funciona todo en el resto del mundo, como es la economia de mercado y la libre competencia, las ventajas y desventajas y sabe perfectamente como implementarlo si quisiera y como controlarlo, pero ese no es el punto.

    Independencia economica es independencia politica y cuando un ser individual tiene amparo legal para ser justamente “independiente”, la revolucion y todos sus mecanismos, doctrinas, planes, lineamientos etc dejan de tener sentido y mueren.

    el gobierno cubano tiene empresas en cuento pais capitalista hay en el mundo incluidos los estados unidos y como mismo aqui en USA hay gente que tiene testaferros en Cuba para carros de alquiler, paladares, casas, rent rooms, fincas, clinicas ilegales y cuanto negocio hay por alla, incluido el negocio de las remesas para mover capital sin fisicamente tener que moverlo, pues el gobierno cubano lleva 60 años haciendo lo mismo y sabe perfectamente como moverse en la legalidad del capitalismo y burlar el bloqueo.

    el pueblo cubano esta asi por diseño, porque asi quieren ellos que esten y a veces los dejan escapar por aqui y a veces por alla para mantener el equilibrio interno, pero ya, solo eso, no esperen mas…

  • La importacion directa de esa mercaderia desde China es muchisimo mas barata ; pero eso nunca el gobierno lo va a permitir; con los sobreprecios de las tiendas la cupula mantiene su tren de vida

  • Imposible, el problema es la balanza comercial, no se puede importar sin una contrapartida en exportación, y mucho menos importar artículos de consumo. Al estado no le es negocio importar en dólares para vender en CUC porque ellos fabrican el CUC. El problema no es el bloqueo. Todos sabemos que en Cuba hay boutiques que venden en CUC y después se llevan el dinero en dólares. El gobierno pudiera hacer lo mismo con supermercados, tiendas de muebles, etc. pero el asunto es que cuando esas tiendas vendan millones y millones van a cambiar los CUC por dólares y el gobierno tiene las arcas vacias. Hay hiperinflación de CUCs sin respaldo en dólares.

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