Cuba: Lo primero es un cambio cultural y moral
Por Benjamín Noria
HAVANA TIMES – He leído a muchos pensadores que proponen para Cuba comenzar con la realización de cambios económicos para salir de la crisis en que se encuentra el país en la actualidad. Sin embargo, han tomado el efecto por la causa.
El doctor Jorge Luis Acanda González, filósofo de origen cubano, profesor de la Facultad de Filosofía de la Universidad de La Habana hasta el año 2018, que en la actualidad imparte clases en la Universidad Central de Ecuador, escribió en el libro que se titula Traducir a Gramsci: “Un cambio político y económico debe llevar antes un cambio cultural y moral”.
Estoy de acuerdo con este profesor. La causa de los cambios políticos y económicos debe de tener como premisas las producciones culturales y morales de un país o nación.
¿Qué quiere decir esto? Si queremos que en Cuba comience a existir un desarrollo económico, se deben cambiar todas esas producciones del gobierno cubano que a partir del triunfo de la revolución han regido la vida del pueblo. Pongamos ejemplos para que se entienda la idea de este escrito.
En el ámbito de la Moral, el gobierno cubano tendría que cambiar reglas como permitir la libertad de expresión. Es necesario que el ciudadano tenga derecho a opinar y crear su propia matriz de pensamiento. Esto posibilitaría que el individuo pueda producir sus ideas sin la intervención del gobierno.
Con la intervención del Estado en todas las acciones humanas no es posible crear un individuo activo. Más bien se moldea una persona pasiva y contemplativa cuando se le ordena qué películas puede ver y cuáles no, qué clases se puede impartir en la docencia y cuáles no, qué se puede hablar en los programas de televisión, radio y prensa y qué cosas no se pueden decir.
Otro ejemplo de lo Moral, es que el gobierno cubano debería eliminar el Ordeno-Mando como forma de dirección estatal y socialización con los subordinados. Esto propiciaría que el aparato administrativo esté integrado por líderes con capacidad de gestionar y motivar a los equipos de trabajo para dar lo mejor de sí y enfrentar con éxito los desafíos y proyectos; alcanzar la empatía, la capacidad de comprender los diferentes puntos de vista del pueblo, actualizarse con los conocimientos específicos de las necesidades de la gente, aprender a escuchar a los demás. El gobierno cubano actual es autoritario e impositivo.
En lo Cultural, el gobierno cubano tendría que cambiar la visión dogmática de dirigir al país por una actitud crítica. Es decir, el dogmatismo es no permitir que el estado de las cosas se pueda modificar, es inflexible. La crítica, en cambio, hace posible que los individuos puedan reflexionar sobre sus acciones basándose en fundamentos y argumentos que estén bien estudiados. La crítica no repara en los límites y lo somete todo a análisis hasta que llegue a la razón última de las cosas.
Este artículo no pretende ser un ensayo ni una propedéutica de algún estudio científico, sólo una manera de mostrar otras coordenadas en la búsqueda de soluciones al problema que ha creado el gobierno cubano en el tiempo.