Cuba, ¿lejos del movimiento MeToo?

Ilustración: tlnt.com

HAVANA TIMES – En Cuba todavía no ha calado profundo la esencia del movimiento MeToo (Yo También). El país prefiere permanecer atado a sus cifras y consignas. Son ciertos, sin duda, los números que hablan de la incorporación de las mujeres al trabajo, a las universidades, a la realización de trabajos que antes se pensaban para hombres, a la superación en general.

Tampoco se puede negar su incursión en los espacios públicos o en los cargos de dirección. Incluso, es un gran logro que nuestra Asamblea Nacional tenga más del 52 % de mujeres diputadas. En las universidades hay cátedras para el estudio de género, y son mujeres el 62% de quienes culminan estudios superiores. El tema del reconocimiento de la mujer es cada vez más recurrente en los medios: prensa oficial, alternativa, audiovisuales, festivales, celebraciones de fechas importantes a nivel mundial.

Todo es cierto, pero también hay problemas, y la violencia es uno de los peores, porque está muy arraigada. El acoso sexual, en cualquiera de sus posibles y reales escenarios, es una constante en nuestras calles, escuelas, centros de trabajo, familias. De eso se habla poco, y casi siempre mal enfocado.

Si se piensa bien, es casi “comprensible” ese silencio, porque se trata de cuestionar al poder, y ya sabemos las consecuencias que eso trae. Poder no quiere decir solo personas que ocupen cargos relevantes, sean una figura pública o hayan sido tocados por la fama, sino gente acostumbrada a someter a otras, ningunearlas, verlas como objeto.

Para que se produzca el acoso sexual hacen falta, al menos, dos personas; pero en un entorno machista como el nuestro, involucra a toda la sociedad. Unos son acosadores, otros cómplices (voluntarios o no), y otras lo padecen. Puede que una persona transite de un rol a otro sin darse cuenta; muchas víctimas en algún momento han sido cómplices. Y eso sucede por la normalidad con la que vemos ciertos hechos violentos dentro de la relación entre un hombre y una mujer, independientemente del vínculo afectivo que tengan.

Dianelis Alfonso «La Diosa» y José Luis «El Tosco» Cortés (Facebook / ICRT)

Varias voces alternativas y organizaciones independientes llevan años visibilizando el asunto, exigiendo estadísticas, analizando, escribiendo. Ahora, a raíz de la denuncia de Dianelis Alfonso contra el músico José Luis Cortez, cobran protagonismo las feministas que brindan su apoyo a la muchacha, y el asunto se ha tratado en la vida digital. Sin embargo, la cubana de a pie que poco sabe de la red de redes -pues cuando accede a Internet es solo para comunicarse con familiares y amigos-, casi siempre se queda fuera, ignorante de esos vaivenes mediáticos.

A pesar de la novedad de la noticia y del apoyo que ha recibido, la denuncia no ha tenido la repercusión que debería. En otro países, cuando algo así sale a la luz, tiene un impacto inmediato en la vida del maltratador, aquí todavía no sabemos la postura oficial sobre el tema.

El silencio de parte del Ministerio de Cultura y de la Federación de Mujeres Cubanas es también violencia por omisión, encubrimiento o subvaloración de nuestra capacidad de análisis. Según alguien cercano al Mincult: “Se está pensando qué medidas se tomarán con el Tosco, aunque no es sencillo”. La FMC tuv,o al menos, una reunión con él, pero el secretismo impide que nos enteremos qué se debatió, cuál fue su postura, qué podemos esperar.

No debe haber silencio en un caso de maltrato o acoso sexual, porque no es un asunto privado, sino público, que afecta a toda la sociedad.

Hacer público un evento de acoso sexual y maltrato no significa que solo tengan importancia las historias de gente conocida, al contrario, lo mejor sería desentrañar esos cuentos oscuros en cualquier lugar donde sucedan.

Havana Times ha recopilado testimonios de mujeres acosadas sexualmente, pero hasta ahora ninguna ha querido dar su verdadero nombre. Otras esconden incluso el lugar donde ocurrió y el nombre del acosador no aflora nunca. Por eso es tan importante la denuncia de Dianelis, no solo porque es justa, sino porque da fuerzas a otras mujeres violentadas, y muestra a los hombres los peligros a los que se exponen cuando maltratan.

#MeToo marcha de mujeres, Los Angeles, EUA – 12 Nov 2017 Foto: MediaPunch/REX/Shutterstock-

Consideramos que todavía falta mucho para que en Cuba reconozcamos masiva y públicamente este tipo de hechos. Y no porque no existan eventos de acosos que denunciar ni violaciones que sacar a la luz; al contrario, sucede en las escuelas, los centros de trabajo, en las unidades militares, en nuestras calles y en la familia.

Las mujeres cubanas no vivimos en un país tan seguro, aunque cuando comparemos cifras comprobemos que los hay mucho peores. Las historias de vida de nuestras amigas, familiares, vecinas, colegas nos confirman que falta mucho por hacer.

Todas tenemos algo que contar si de acoso y maltrato se trata, no importa el lugar donde vivamos, trabajemos o estudiemos, tampoco la ropa que vestimos ni cómo lucimos, si somos una celebridad o desconocidas, ni la edad; en todas partes es igual, se trata de la vida de las mujeres en una sociedad machista.

Sabemos que no muchas querrán hacer pública su historia, que todavía quedará cierta reserva o temor a las represalias, y en algún caso se sentirán hasta culpables; es hora de dejar todo eso atrás, no se puede avanzar si no reconocemos lo que nos pasa. Las invitamos a contar, analizar y exorcizar esos demonios ocultos que nos atormentan, aunque haya pasado el tiempo.

También nuestras páginas están abiertas a las historias de los hombres que en algún momento han acosado a sus compañeras. No importa las circunstancias, queremos que lo cuenten y reflexionen sobre lo que pasó. Es un camino arduo, doloroso que hay que transitar si en verdad pensamos en una sociedad mejor.

Anímate a contar tu historia de acoso en cualquiera de los roles que la hayas vivido al correo: [email protected].

One thought on “Cuba, ¿lejos del movimiento MeToo?

  • Como bien se dice en este post, el acceso a internet es muy limitado, y en la prensa no se publica nada sobre el tema…abrir las alas de la información es bien importante para que llegue a todas el impulso para alzar la voz sobre este tema tan lacerante

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