Cuba, entre la gran división y la neutralidad

“Los lugares más oscuros en el infierno están reservados para aquellos que mantienen su neutralidad en tiempos de crisis de moralidad” -Dante

Por Carlyle MacDuff

Foto: Margarita Fresco Crespo

HAVANA TIMES – Es fácil detectar en Havana Times a quienes expresan abiertamente su apoyo o su oposición a la dictadura comunista de los Castro. Ellos demuestran la gran división entre los que creen en la libertad o en la represión.

Los que apoyan abiertamente son discípulos del marxismo-leninismo del siglo XIX y, en particular, de la interpretación hecha por los hermanos Castro, la cual está basada en el estalinismo, en la que basan también la Constitución, así como el control y las políticas del Partido Comunista de Cuba.

El hecho de cambiar recientemente las palabras comunista y comunismo por socialista y socialismo y describir el régimen como “socialista democrático”, es simplemente una táctica para engañar a los ignorantes, al inferir que el comunismo en Cuba ha cambiado.

Los seguidores del régimen siguen creyendo que los deseos y las necesidades del individuo deben ser subyugados o erradicados a favor de tratar a la sociedad en su conjunto sin distinción individual, a través de la creación de una “masa” o un proletariado. En apoyo a ese sistema, hablan de la necesidad de un estado de un partido único, con los medios de producción y distribución controlados por el propio Estado.

La historia demuestra que la búsqueda de tal propósito da lugar a una dictadura (frecuentemente autonombrada) ya que el líder tiene total control y poder sobre las masas. La conformidad se impone de manera involuntaria. Se realizan elecciones, pero solo con candidatos aprobados, quienes en su totalidad apoyan al Partido Comunista. Ningún otro partido político está permitido por la Constitución anterior o la “nueva”. De ese modo, a los ciudadanos se les niega cualquier otra opción.

Foto: Margarita Fresco Crespo

Los que se oponen a la dictadura comunista defienden a las sociedades que permiten o incluso fomentan el desarrollo individual. Ellos aceptan que eso crea una sociedad en la que algunos progresan más que otros, pero en la cual las oportunidades están abiertas para todos. También esperan y aceptan que una sociedad democrática desarrollada proporcione redes de seguridad social, aunque la opinión sobre el tamaño de la malla y el nivel en el que deben establecerse dichas redes de seguridad varía.

El sistema que ellos respaldan, de una empresa libre en lugar de una de control estatal, es descrito como capitalismo. Debido a que las opiniones individuales cambian, se desarrolla una variedad de puntos de vista políticos y partidos políticos, un sistema pluripartidista con elecciones abiertas basadas en un voto por cada persona adulta.

Sin embargo, existe un tercer grupo, aquellos que se hacen pasar por pensadores libres neutrales (según se han autodefinido), supuestamente capaces de encontrar lo bueno y lo malo de cada uno de los sistemas anteriormente mencionados, y afirman que pueden presentar un punto de vista “equilibrado”, pero son siempre cuidadosos de condenar al capitalismo, mientras al mismo tiempo encuentran excusas para cualquier, e incluso para todos los excesos dentro del sistema comunista.

Tales personas han sido descritas históricamente como “compañeros de viaje”, ya que buscan la oportunidad de reducir las críticas al comunismo, al tiempo que apoyan las diatribas al capitalismo, y al hacer esto, viajan en un camino paralelo de comunión con el grupo marxista-leninista, mientras niegan de manera rotunda apoyarlo.

Los argumentos de los compañeros de viaje incluyen el señalar a los críticos del régimen comunista cubano que las cosas en otros lugares del mundo son aún peores, pero evitan, de manera cuidadosa, reconocer que también son mucho mejores en otros lugares, particularmente en los países capitalistas.

Foto: Margarita Fresco Crespo

Ellos ponen los pies sobre el camino desgastado del mínimo común denominador. Son constantes en sus ataques al mundo democrático libre y, en particular, a los Estados Unidos, estado que aparentemente no puede hacer bien, pero al cual millones de personas que viven bajo regímenes socialistas/comunistas buscan emigrar.

Mientras que los compañeros de viaje critican continuamente a la intervención militar de los EE. UU. en otros países, ellos eligen no mencionar nunca una participación militar similar del régimen cubano en muchas otras naciones, o de la historia de la antigua URSS y del Imperio soviético que durante décadas encarceló a otros trece estados después de finalizada la Segunda Guerra Mundial, negándoles la democracia, hasta que la URSS colapsó, para el alivio de cientos de millones de personas que posteriormente, cuando se les dio la opción, sin excepción, eligieron la democracia multipartidista.

Pocos dirán que la democracia pluripartidista con el capitalismo es perfecta, pero la historia demuestra un éxito mucho mayor y niveles de vida promedio más altos que cualquier otra alternativa. Pero los compañeros de viaje negarían esa oportunidad a los cubanos, encontrando infinitas excusas para los excesos, la evidente incompetencia y la represión del régimen comunista de los Castro.

Ahí radica el peligro que presenta los compañeros de viaje, ya que afirmarán que simplemente están expresando razón y equilibrio cuando encuentran motivos para elogiar las acciones del régimen. No condenarán a la dictadura cuando esta sea proclamada de “izquierda” socialista (en realidad comunista), pero sí la harán abiertamente cuando sea la llamada “derecha fascista”.

Critican que los anticomunistas solo consideran que el mundo político es “bueno o malo”, lo que demuestra su opinión de que no todo (si es que algo) en la dictadura comunista es malo, ni tampoco debería describirse como tal. Tales puntos de vista deberían compararse con los partidarios de los sistemas democráticos pluripartidistas que condenan de manera abierta las dictaduras de cualquier tipo.

Es algo muy notable que el tercer grupo, el de los compañeros de viaje, no buscan que ellos mismos sean sometidos a la represión de un estado comunista de partido único, sino que de manera habitual elijen vivir donde puedan disfrutar de los derechos y privilegios de los estados capitalistas democráticos y pluripartidistas, lo que se demuestra por la libertad de expresión que disfrutan, pero lo cual seguirían negando al resto de los cubanos con su apoyo tácito al régimen de los Castro. Sus afirmaciones de equilibrio, moralidad y neutralidad son totalmente falsas y distorsionadas, ¿tal vez la manera más exacta de describirla será la hipocresía?

One thought on “Cuba, entre la gran división y la neutralidad

  • Hola, muy halagada por ver tres de mis fotos en este artículo tan lleno de verdades..saludos cordiales Margarita Fresco

Comentarios cerrados.