Cuba debe actuar para evitar daños mayores

Por Michael Ritchie

Foto: Cristina Souza

HAVANA TIMES Reuters informa ahora que Cuba ha incumplido sus pagos con un préstamo reestructurado por parte del financiero internacional, el Club de París. En ese acuerdo realizado en 2015, dicho Club perdonó 8 500 millones de dólares a la Isla de una deuda que tenía de 11.100 millones.

Tremendo trato.

Ese incumplimiento es imperdonable no solo por la gran deuda en intereses que Cuba tiene ahora con el Club de París, además de su deuda principal, sino por el mensaje que envía al resto del mundo financiero de que el país no solo está en quiebra, sino que también es una mala inversión comercial.

¿Qué o quién tiene la culpa de esto? ¿El embargo de los Estados Unidos? ¿El régimen?

En realidad, ambos la tienen.

El embargo ha dificultado cada vez más que Cuba realice negocios internacionales tales como: comprar equipos y materiales que necesita enormemente. La nación caribeña está limitada en la mayoría de los casos a realizar transacciones en efectivo solamente. Y eso significa dólares estadounidenses, que son cada vez menos con la pérdida de cruceros, vuelos y turistas estadounidenses.

Pero al mismo tiempo, el régimen simplemente no tiene sus prioridades establecidas en un primer plano.

El nuevo presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, ha mantenido una presencia pública muy alta, ha pronunciado discursos y citado obedientemente a Martí y a Fidel.

Él ha atravesado el país mirando cosas, todo tipo de cosas.

Ha besado a abuelas y a bebés. Ha examinado las plantas de harina y las granjas de tabaco.

En resumen, se le ve especialmente presidencial.

Solo que a Cuba no le ha dado absolutamente nada.

La Asamblea Nacional del Poder Popular reflexiona sobre la unificación monetaria, lo que llevará al país a una mayor y peligrosa confusión financiera.

El régimen se ha embarcado en esfuerzos masivos de construcción, todos dirigidos a lujosos hoteles nuevos que, una vez terminados, quedarán vacíos de cubanos o turistas.

Al mismo tiempo, barrios enteros como Centro Habana se desmoronan por la erosión y caen a pedazos todos los días. El sistema de agua está fallando. Hay largas colas de horas de duración por la poca gasolina disponible. Los alimentos y los elementos básicos, como son el papel higiénico y los artículos de higiene personal, son difíciles de encontrar y difíciles de pagar con los escasos ingresos cubanos.

Prioridades

Es hora de que tanto Díaz-Canel como la Asamblea se sientan a realizar debates de varios días sobre cómo reconstruir la economía nacional de manera general.

La respuesta es mirar a esos problemas de frente. Mirar al propio país.

Todos los visitantes que vuelan a la Isla por primera vez se sorprenden por la cantidad de espacios verdes abiertos que existen en esta enorme isla. Tierra sin desarrollar, sin plantar, sin cultivar, que ofrece algunos de los suelos más ricos del mundo.

No existe una razón real por la que Cuba deba importar carne, vegetales o frutas. El país debería ser un importante exportador de ambos. Y las exportaciones son un gran impulso para cualquier economía.

Nuevamente, el problema con la producción de esas exportaciones recae tanto en el embargo como en el régimen.

Primero el régimen necesita actuar.

Los bueyes ya no son suficiente. El régimen debe rogar, pedir prestado o robar tractores, pero muchísimos de ellos. Conseguir un poco de ganado. Conseguir algunas gallinas. Comenzar a sembrar caña de azúcar nuevamente. Cultivar productos. Y permitir que los agricultores produzcan tanto como puedan y con un beneficio razonable.

Luego, pedir, pedir prestado o robar algunos camiones, me refiero a muchos camiones, con refrigeración o sin ella, para entregar el producto al mercado. Las carretas de caballos no funcionarán más.

Pueden llamarlo una segunda ley de reforma agraria. Un movimiento revolucionario para producir.

Olvídense de la unificación monetaria. Olvídense de la construcción de nuevos hoteles.

Arreglen lo que ha sido destruido. Me refiero a la infraestructura cubana, a toda ella.

He escrito muchos artículos para Havana Times, en la mayoría de ellos he incluido sugerencias como estas. En casi todos esos textos me referí a estos como “pequeños pasos”, lo que significa que se necesitaba paciencia.

Ahora me opongo a eso por completo. Ahora se necesitan pasos gigantes para que Cuba pueda sobrevivir y, algún día, prosperar.

4 thoughts on “Cuba debe actuar para evitar daños mayores

  • La deuda externa de Cuba es ilegal e ilegítima; puesto que se contrajo de espaldas al pueblo. Un grupo de cinco decidió que hacer con el país en 1973. Pidió dinero prestado a medio mundo. Esta gente apostó a industrializar el país con ese dinero. Apenas en 5 años la vida le hizo saber que aquello era una locura y adoptó la política de exportar el problema que tenía enfrente. Envió a cubanos a escuelas en Alemania, a cortar árboles en la Siberia, hacer la guerra en África… Hipotecaron el futuro del país por cuatro generaciones. Cubanos que no habían nacido en la década de 1970 hoy deben 3,450 dólares a un acreedor que ni conocen. Explica esto que el tema sea un tabú en la política nacional y no aparezca ni en las estadísticas oficiales el Gobierno.

  • Tuít que le pongo a Díaz-Canel en su página de Twitter

    // HAY SOLUCIÓN DEUDA EXTERNA, PROTESTAS X CARENCIAS //
    1. Gobierno legítimo, elegido libremente.
    2. Economía en que cada uno pueda producir con libertad siempre que no haga daños, y sea dueño del fruto de su trabajo.
    3. No tener PAÍS SECUESTRADO POR UNA ENTIDAD PARÁSITA, el PCC.

  • Mí criterio es que cuanto antes se hagan ejecutivas las nuevas sanciones a FINCIMEX, todo irá mejor para el pueblo cubano.

  • No explicas en todo el artículo, como se debería hacer, para hacer producir todo lo que planteas sobre la economía interna. Un buen artículo Económico lo debería explicar, luego de decir que el bloque, lo único que hace es, dificultar la compra de artículos y limitar las transacciones, ¿solo eso?.
    Es fácil decir lo que se debe hacer, si yo te pongo una cadena en el cuello, amarrada a una pared y te pido que corras, explícame tú, como puedo hacerlo.

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