Cuba cierra por todo lo bajo
Por Francisco Acevedo
HAVANA TIMES – Una frase popular dice que el año debe cerrarse por todo lo alto, en cuanto a fiesta, celebraciones y buenos deseos, pero la actualidad de Cuba, si ya era dura, lo es más luego de la más reciente sesión del Parlamento.
Si no era suficiente con la profunda crisis que se apoderó de Cuba tras la caída del Campo Socialista, y el recrudecimiento de las medidas económicas en los últimos años, ahora la Revolución pide más sacrificio, y subirá los precios de la electricidad, el agua, el gas y el transporte.
Para maquillar un poco esto, además de echarle la culpa como siempre al bloqueo, se estableció el pago a personal de la salud y educación de todos los emolumentos especiales que cobraban antes por antigüedad, docencia, etc. O sea, que les están devolviendo lo que les quitaron antes, no es un verdadero incremento salarial.
Tomando en cuenta el valor del dólar en la calle asumieron que quien tiene un dólar compra nueve litros de gasolina y por eso van a subir el precio. ¿Pero aquí alguien gana en dólares? Yo cobro en pesos cubanos, y si gano 5000 al mes no me da para asumir ese nuevo precio, junto con el incremento de los otros servicios que sí son básicos, sin entrar en los alimentos, disparados hasta el cielo. Un bajo por ciento de la población cubana tiene vehículo propio, pero todos tienen que ir al mercado ilegal a comprar alimentos, y nadie habla de bajar eso.
En el marco de la sesión del Parlamento Alejandro Gil, ministro de Economía y Planificación de Cuba, reconoció que en 2023 no va a ser posible alcanzar el crecimiento proyectado, pero sí será en el 2024. ¿Les suena esto?
Es la misma perorata todos los años, y luego viene la cadena de justificaciones, otra vez con el bloqueo (en voz alta el de Estados Unidos y bajito el interno), las medidas de Trump, el precio del petróleo, la falta de insumos y de combustibles, entre otras. No solo se dejó de crecer el tres por ciento previsto, sino que se decrecerá un dos por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) con respecto al año anterior.
Sus números abstractos (supongamos que son los reales) se traducen en lo que saben todos los ciudadanos: la vida del cubano medio no mejoró en nada, más bien empeoró porque los precios siguieron subiendo, y ahora subirán más con estas nuevas orientaciones.
Gil dijo que las exportaciones totales son inferiores a lo planificado, “aunque se aprecia una recuperación en algunos rubros como el tabaco y la pesca”, la falacia de siempre para no reconocer el fracaso total.
Repitió una vez más que existe un potencial que no se aprovecha por falta de insumos, cuando muchos de estos productos se están importando por particulares, con la consecuente fuga de divisas, y sin generar nada para el país, y en este sentido se propuso incrementar los aranceles a los productos terminados.
El turismo también cierra por debajo, pero el Partido Comunista de Cuba (PCC) ha hecho un gran esfuerzo para garantizar la canasta familiar básica, cada vez más contraída y con menos consumidores porque medio país se ha ido en los últimos dos años, pero no puede ocultar que no se ha podido satisfacer ni siquiera esos productos mínimos. Por ejemplo, el pollo para dietas médicas no llega desde hace alrededor de un año, y la leche por el mismo concepto ya va para tres fuera del alcance de quienes la necesitan para mejorar su salud.
Las afectaciones de generación eléctrica fueron un 32 por ciento más que en 2022, la inflación del 30 por ciento, que el Gobierno no puede controlar según sus propias palabras, en las que también apuntó que las medidas implementadas hasta ahora no han tenido la efectividad esperada. Pero no importa, él y los demás seguirán en sus cargos, nosotros a sufrir todos sus experimentos y ellos como si nada, con sus refrigeradores y tanques de gasolina llenos.
Tal parece que son ellos los únicos capacitados para planificar la economía cubana, que no se puede apelar a nadie más. Mientras Gil ostenta su cargo sus pares en muchas partes del mundo han cambiado varias veces porque no los respaldan los resultados, pero con él no pasa ni pasará mientras no se meta con el mono y siga jugando con la cadena, como dice el viejo refrán.
Tan seguros están todos de mantener sus puestos que no solo comentan públicamente que no cumplieron con lo pronosticado, sino que está todo mal, y se pondrá peor, así, sin ningún tipo de pudor.
Para 2024 esbozó un mecanismo diferenciado para producir alimentos que parte de generar ingresos frutos del trabajo (aquí está el agua tibia ciudadanos del mundo) y, en el mismo tono distendido, como quien está por encima del bien y del mal, promete que en 12 meses todo mejorará. En diciembre del año entrante podremos asistir al mismo discurso con algunas cifras cambiantes, pero el mismo estado calamitoso de la economía.
De entrada, en el propio Parlamento quedó claro que aquí los inversionistas extranjeros no pueden usar su dinero donde quieran, es en los sectores que a ellos les interesa, y así quieren más inversiones. En todo 2023 se aprobaron 42 negocios, casi la mitad (20) en turismo, ¿en serio? Así no se puede levantar economía alguna.
Nuestro entrañable Miguel Díaz-Canel remató la sesión con el llamado de siempre al respaldo, sin importar que cada vez tengamos menos, pero en fin, esto es lo mismo de siempre.
En cualquier otro país del mundo te suben un centavo en el costo del diésel y se llenan las calles de manifestantes, pero aquí falta vergüenza y sobra represión, por eso llego a pensar que la solución tiene que empezar de afuera hacia adentro, aunque de alguna manera sea injusto pedir a otros que se sacrifiquen por uno.
Entonces nada de cierre por todo lo alto en Cuba; los pocos que se sacrificaron para poder tener carne de cerdo este fin de año estarán cabizbajos, pensando que en 2024 probablemente no podrán.
Amigo Francisco, permítame algunas precisiones: «la revolución pide», llamar revolución a esa etelequia macabra es hacerle un gran favor, larevolución concluyó en 1976, con la aprobación de la constitución socialista, ahora, en puridad idiomatica es el gobierno quien anuncia.
por otra parte sobre el «bloqueo» repito un párrafo de un artículo aparecido recientemente en el portal Cubaencuentro escrito por el Dr. Francisco Almagro y dice:
» Propagar la idea de que es bloqueo y no embargo, es además de falso malevolente. Con un bloqueo Cuba no sería el sexto importador de pollo norteamericano, ni uno de los mayores receptores de dólares per cápita de américa. Con un bloqueo no viajarían a la isla cientos de miles de cubanos afincados en la Florida todos los años. Bloqueo es un acto de guerra. Embargo es lo que hace un banco a cualquier hijo de vecino mala paga desde los tiempos de los cobradores de frac».