Cuba 2013: Prosperidad para quién
Rogelio Manuel Díaz Moreno
HAVANA TIMES — Con el tradicional triunfalismo de nuestra prensa, mezclado con los nuevos aires de demagogia reformista, presenta el diario Juventud Rebelde su artículo sobre los resultados del Censo efectuado en nuestro país el año pasado.
A partir del título y un puñado de tablas con promedios estadísticos, se intenta convencer al lector de que el país experimenta un proceso maravilloso, y que comienza a florecer el bienestar de sus habitantes.
Tal vez si el título hubiera sido un poco menos pretencioso, no nos hubiera motivado a asentar aquí un puñado de cuestionamientos. Unos cuantos de los índices y estadísticas que presentan en el material, no pueden enarbolarse como señal de llegada de bienestar sino con una muy alta dosis de cinismo.
En última instancia, se puede hablar de una magra disminución de la situación de precariedad que viven tantos compatriotas. Por ejemplo, los muchos que, después de 60 años del Programa del Moncada, todavía no poseen una vivienda digna y se hacinan en cuarterías sin baño propio, o carecen de acceso a agua corriente.
Se lanzan al ruedo de Juventud Rebelde, además de estos datos sobre las viviendas, unos índices de posesión de equipos electrodomésticos, como para ilustrar que los cubanos estamos muy bien apertrechados.
Pero no me convencen. Para empezar, los periódicos cubanos se la pasan hablando mal de lo que ellos tildan de “consumismo”, que consistiría en el consumo de artículos como esos. ¿Se volvieron buenos, ahora que llegan a nuestras manos? Y antes que nada, ¿de verdad llegan a nuestras manos?
Cuando me dicen que existen 0.78 televisores en color por cada vivienda –y 0.2 aparatos en blanco y negro – , ¿es eso un verdadero índice de prosperidad, u otro valor más de precariedad? Porque lo que indica es que hay menos de uno, del tipo que sea, por cada hogar. Lo mismo pasa con los refrigeradores.
Yo sé que hay países que están mucho peor. Pero no me pretendan convencer que estamos en algún lugar aventajado. Y si vamos a la cifra de teléfonos, ya sean fijos o celulares, nos hundimos en los niveles más retrasados que se pueda encontrar en el mundo.
La de automóviles ni se dice –aunque yo no sea fanático de ese medio de transporte, no deja de ser un indicador de boyancia material.
Lo más triste del caso es pensar que, en la época del capitalismo, podíamos hacernos envidiar en cuanto a esos mismos promedios por unos cuantos países de Europa, como España o Portugal.
Es verdad que en aquella época, las desigualdades implicaban una masa de cubanos hundidos en la miseria, el tiempo muerto, el desempleo crónico, la desnutrición y el analfabetismo.
Porque, como se sabe, los promedios en abstracto son ciegos a las diferencias sociales. No es propaganda comunista, se puede encontrar en encuestas de organizaciones como la Juventud Católica.
Y eso es lo otro y más escandaloso que no se refiere en el artículo de Juventud Rebelde. Se habla de un crecimiento de bienestar, como si este alcanzara a todos por igual. Como si no se acrecentaran cada día las desigualdades de nuestra sociedad.
Yo sí creo, porque lo puedo ver a cada paso, cómo en este país, los panes y los peces se multiplican en las canastas de unos cuantos.
Sin embargo, por aquellas residencias que todos sabemos, que tienen un televisor, reproductor de video y un aire acondicionado por habitación; en donde todos los residentes tienen uno o dos teléfonos celulares, entre otras condiciones, ¿cuántas familias existen en niveles de marginalidad y pobreza, para equilibrar los promedios exhibidos con tanta autosatisfacción en el periódico?
¿La saciedad de unos se puede promediar con el hambre de otros? ¿Los pies descalzos de los niños que pululan ya en tantos barrios se compensan con los tenis de marca que portan un número de afortunados?
¿Actualización hacia el pasado? Si se analiza entre líneas la mismísima prensa oficial, se pueden apreciar algunas consecuencias del rumbo reformista actual.
Me pregunto qué tipo de prosperidad implica el cierre de los pequeños centros escolares en zonas de difícil acceso, los mismos que antaño eran un motivo de orgullo del sistema educativo cubano.
Esta misma falta de prosperidad parecen sufrir algunas escuelas de arte y centros de atención de salud “racionalizados”, sobre todo aquellos a los que asisten los parientes pobres de Liborio.
Todos estos eran símbolos de lo que se entendía, hasta hace poco, como “prosperidad”, en el socialismo. !Perdón, lo olvidaba!, el socialismo es un modelo “obsoleto”, como explicó el papa Benedicto cuando vino aquí, y ningún periodista oficialista le llevó la contraria.
Una figura tan comprometida con el régimen como Raúl Antonio Capote observa con preocupación que las mujeres llevan las de perder en este proceso de “prosperidad” de timbiriche y reguetón.
Aunque algunos quisieron linchar al escritor Roberto Zurbano por su atrevimiento, quedó en evidencia nuevamente la falta de capacidad del sistema de eliminar la brecha racial en la sociedad cubana.
Yo entiendo que hablen de prosperidad aquellos que pasan sus vacaciones en “Golf resorts” en Varadero, o hasta en París y Nueva York, pero, qué tipo de prosperidad le toca al que solo le queda el insalubre y peligroso Malecón, o al no menos peligroso empleo del alcohol como medio recreativo. Más ahora que la espada de las prohibiciones cae alegremente sobre cuales quiera medios particulares de holganza.
Ni un médico chino especialista en malabares con distintas monedas parece capaz de arreglar el problema de la ínfima remuneración salarial de la población trabajadora cubana sin acceso a monedas fuertes. Si pensamos en la reducción continua de la subvención de los alimentos racionados, o en los ancianos sin otro sostén que su minúscula pensión, escarbando en los basureros nos preguntamos, angustiados, dónde ven los periodistas la dichosa prosperidad.
Me parece prematuro, cuanto menos, ponernos a hablar de prosperidad general, para las personas trabajadoras de Cuba, en las condiciones que estas atraviesan. Espero que la redacción de Juventud Rebelde no se acomode de ese lado rosado, donde se olvidan las penurias de los prójimos menos favorecidos.
Estimado Compan`ero Rogelio Manuel Diaz Moreno:
Acuerdese que no se puede ‘condenar al gobierno cubano’ como origen de todos los males, dijo alguien por ahi que ‘la crisis cubana es un invento’, otro que el ser humano es ‘mas complejo’ que esas carencias.
Ademas paciencia que esas «desigualdades que implicaban una masa de cubanos hundidos en la miseria, el tiempo muerto, el desempleo crónico, la desnutrición y el analfabetismo» ya no existen.
Sientanse orgullosos de tener un pueblo «identificado con su gobierno» , que ha resistido todo lo peor, y que ‘el cierre de centros escolares en zonas de difícil acceso’ como cuenta usted, han sido compensado con los nuevos ‘centros de salud mental’ con desayuno, almuerzo y merienda, alli dicen que lo ‘des-estresan’.
Vaya no quiero ser ironica, pero es que para el bien de la situacion de Cuba ya no se sabe como aportarle, siento mucho por los ancianos que escarban los basureros, por las penurias que pasan los menos favorecidos, por todos ellos le pido a Dios que tenga piedad y le deseo siempre lo mejor al pais que me vio nacer.
As an avid reader of your site, I’m saddened by these articles. My grandfather left the island in 1920, starting anew in the USA, long before Castro was a thought. Your «freedoms» and «equality» are few, if any. Cubans are hard working people whose government «rewards» them with poverty and hunger. No rights to think for themselves, or enjoy the fruits of their labor. I would not define this as Socialism, but a Dictatorship.
In a perfect world none of these aristocracies would exist, but unfortunately there is no perfection anywhere. If Cuba would conduct an experiment for 2 weeks, and allow it’s citizens to flourish as in other countries, I seriously doubt the masses would return to the current policies.
It is time for a change for all concerned. There is hope that one day the Cuban people will be able to enjoy the things in life, that so many of us take for granted. God willing that one day I will be able to visit a country whose blood runs in my veins.
Espero que nunca se vuelva al plan de machete.
Realmente su articulo descalifica y minimiza todo cuanto se hace en Cuba por este pueblo, que desde que dejó de ser colonia de España a sufrido los desmanes de casi todos los goviernos entreguistas y ladrones que pasaron hasta enero del 59. Es muy facil criticar desde una posición cómoda fuera de la realidad y desconociendo todo cuanto hacen los enemigos y anexionistas por neutralizar los avances siempre bloqueados desde elexterior por sus amos. Vean ustedes hasta que punto que los mas beneficiados por este sistema que los combirtió en personas con todos los derechos de un real ser humano, son los que le piden al presidente de USA que arrecie el bloqueo, que en Cuba hay cambios cosméticos. Y son negros disidentes.Que desilución!.
Rogelio:
Que aires triunfalistas recorran los pasillos de nuestras redacciones de prensa no es nada nuevo. Ya es mal endémico que costará años desterrar.
Ahora, de igual manera te exhorto a que nos situemos en el momento que vive el país. Estamos en medio de una transición de modelo socio-económico (más que «actualización»), cuyos efectos apenas comienzan a hacerse sentir. A mi juicio, es premisa sine qua non para todos los cubanos que acabemos de asumir la realidad, desde el Gobierno al ciudadano más sencillo, porque por momentos me asalta duda de que realmente hayamos tomado conciencia del hecho: hace rato se nos acabó la Cuba del subsidio y ahora vamos a tener que lidiar con fenónemos nuevos, o desaparecidos. Es inevitable.
Pero igual que cambiará la economía – para bien y mal- que de todo hay ya y habrá bajo nuestro cielo, deberá transformarse la mentalidad del ciudadano. A eso me refiero cada vez que elevas alguna queja vinculada al accionar de tu sindicato, o de la CTC toda.Como en el título d aquella película de los años setenta «ustedes tienen la palabra.»
«los mas beneficiados por este sistema que los combirtió en personas»
El problema es que, si a ti fidel te bajó de la mata y te cortó el rabo, no todos estamos en ese caso. yo nunca necesité de ningún gobernante para que me conVirtieran en persona: Yo nací persona.
A propósito, ni el gobierno más entreguista que haya tenido Cuba, ha legislado jamás que los extranjeros puedan hacer inversiones en Cuba, pero los cubanos no; ni tampoco que la tierra cubana pudiera ser vendida a extranjeros por 99 años o a perpetuidad, pero no a cubanos., como han hecho los cuatreros que te gobiernan. Así que deja la lloradera y mira a tu alrededor, que mientras ellos vacilan, el que se come la soga sin sebo eres tú.
Rogelio felicidades por tu post. Creo que no se debe «naturalizar» la falta de contacto con la realidad de la prensa cubana, creo que nadie se tiene que cambiar ninguna mentalidad porque se esté cambiando el modelo socioeconómico y no se haya consultado con nadie. El primero que tiene que cambiar su mentalidad de ser sordo mudo y ciego ante el crecimiento de la pobreza en Cuba es el propio gobierno cubano.Creo que no hay que acostumbrarse a la pobreza. Al contrario hay que no parar de denunciarla porque el primer responsable es el gobierno cubano con sus políticas de supresión del subsidio en un 78% del 2006-al 2011, sin medidas efectivas para proteger a los sectores perdedores de las mal diseñadas y aplicadas reformas.
Nada justifica el desamparo de toda la población que no recibe remesas ni tiene ingresos en divisas. Y no se justifica porque se pueden aplicar medidas compensatorias reales y efectivas pero no es prioridad de la dirección del país.
Te felicito por tu post.
Marlene:
Creo que precisamente porque al Gobierno le cabe la mayor cuota de responsabilidad en el rumbo que el país deberá tomar inevitablemente, es que sostengo lo del cambio de mentalidad. Terminada la era de los grandes subsidios – y tal vez de los pequeños también- se impone una ciudadanía capaz de lidiar con los nuevos problemas, que irán desde variadas formas de desempleo hasta un creciente papel de la iniciativa privada, e incluso un eventual resurgimiento de las obras caritativas en beneficio de los más vulnerables, y a cargo de ese sector empresarial que ahora apenas despunta, pero que por fuerza deberá crecer, fortalecerse y prosperar. Personalmente, no concibo a los afiliados a los sindicatos bajo esta nueva situación, recibiendo instrucciones y edictos desde arriba, sin que se produzca réplica y debate real, como se estiló por muchos años. A eso me refiero.
Isidro,
la Organización Internacional del Trabajo lleva años señalándole al gobierno cubano que debe reconocer en su legislación, la no discriminación política para despedir a sus trabajadores, la independencia para crear sindicatos al margen de la estatal CTC y el derecho a huelga.
Si te refieres al cambio de mentalidad ciudadana en este sentido, en realidad no es la mentalidad de los trabajadores lo que tiene que cambiar es el reconocimiento del gobierno a los derechos que le han sido conculcados a los trabajadores cubanos.
Por lo tanto el cambio de mentalidad tiene responsables, la dirigencia del país.
No dejas de tener razón. Sólo que a mi juicio esa sería apenas la mitad de la solución. Si los avances que pudiera promover eventualmente el Gobierno no van aparejados con el accionar de una base (léase «la masa») con criterio y capacidad para defenderlo, no iremos muy lejos. Por eso siempre pregunto de algún modo a Rogelio, cuando cuelga alguna queja acá, «¿Y qué dice o hace tu sindicato? «