Cuando la decencia obliga

Haroldo Dilla Alfonso

El accidente aereo en La Habana que puso todo un país en duelo.

HAVANA TIMES – En un reportaje de la televisión chilena, una mujer lloraba. Era la madre de un joven que hubiera cumplido 22 años el pasado domingo. Pero no pudo hacerlo, porque murió despedazado en el accidente de aviación ocurrido en el aeropuerto de La Habana. La mujer era una holguinera de mediana edad. Temblaba y cada intento de palabra era sepultado por los sollozos. No se entendía que decía. Pero no era difícil entender lo que quería decir.

La muerte de más de cien personas –cubanas, argentinas, mexicanas, saharauis-, el dolor de decenas de familias, los muchos proyectos tronchados, esperanzas caídas, sueños incompletos, nos obliga a todos –oficialistas, oposicionistas, reformistas, emigrados e insulares- a mirar seriamente al presente falleciente de nuestra sociedad y al futuro dudoso que nos espera –repito, a todos y todas- si no encaramos un asunto de esta naturaleza más allá de las condolencias. Sería yo un miserable, si intentara politizar este asunto. Pero un cobarde, si mirara hacia el lado sin exigir las responsabilidades que tantos muertos reclaman. Es un mandato de la decencia.

Haber contratado este avión para este vuelo es una irresponsabilidad del estado cubano, con probables implicaciones criminales. El avión era una chatarra voladora, con 40 años de uso cuando todo el mundo sabe que más de 25 es excesivo para cualquier aeroplano. Existían evaluaciones sobradas del pésimo talante de la compañía (que solo contaba con tres aviones en su stock) lo que fue detallado por un técnico de Cubana de Aviación quien enumeraba deficiencias técnicas de los sistemas de control, gomas en mal estado, accidentes en cabina y falta de seguridad. Guyana había rechazado la presencia de estos aviones en su aeropuerto capitalino. Entre otros indicios que hubieran motivado la no utilización de este ataúd volante, si hubiera existido una mínima consideración por la vida de los viajeros. 

Creo que todos –sin importar credos políticos o locaciones- tenemos el deber moral de exigir al gobierno cubano  la asunción de sus responsabilidades y proceder a acciones de reparación.

-En primer lugar, se impone que el estado cubano se disculpe convincentemente, ante los deudos y ante toda la sociedad, por haber sido incapaz de garantizar la seguridad de sus ciudadanos.  Y permitir que una empresa estatal atentara de esa manera contra la vida de decenas de compatriotas. No es necesario esperar mucho: que lo haga ya.

-En segundo lugar, debe proceder administrativa o legalmente contra los responsables directos de las muertes. Sería prudente que el vicepresidente explique que fue lo que hizo en un encuentro del día 22 de marzo con los directivos de Cubana de Aviación que la prensa adocenada calificó de “fructífero intercambio”. Y eventualmente ser destituido por incapaz de cumplir sus funciones elementales. También debe ser relevado el ministro de transporte, quien en un procaz intento de politización de la tragedia, lanzó sobre el bloqueo americano la culpa del accidente. Y creo que de ahí en adelante -los funcionarios del Instituto de Aeronáutica Civil y de Cubana de Aviación no sólo deben ser destituidos, sino investigados para detectar responsabilidades punibles penalmente, y obrar en consecuencia.

-Finalmente, las familias deben ser indemnizadas. No con una casita prefabricada o un televisor chino –es lo que acostumbra a hacer el gobierno cubano en medio de la miseria generalizada que se vive en la isla- sino con dinero suficiente y según estándares internacionales. Esto no devuelve a los muertos, ni paga por la tristeza, pero fija líneas de conducta. Pagar es reconocer una deuda.

El accidente que acaba de ocurrir en Cuba es producto de la insensibilidad de la élite política postrevolucionaria, de la falta de controles democráticos sobre ella, de la inexistencia de transparencia y de una pobreza vergonzosa, no por culpa del bloqueo-embargo (como declaró impúdicamente el ministro de transporte), sino de la incapacidad de un estado esclerótico, más preocupado por perseguir cuentapropistas que por garantizar el bienestar social en una isla que se está despoblando.

Nada podemos hacer por el joven que no pudo cumplir 22 años. Garanticemos al menos, que su muerte sirva para algo. En nombre de la decencia.

17 thoughts on “Cuando la decencia obliga

  • Magnífico artículo de opinión. Mis pensamientos y condolencias para las víctimas y para sus familias.

  • Muy buen comentario, es lo más racional desde la decencia. Pero me parece que el sistema cubano perdió eso hace muchos años.

  • No me gusta levantar falsos , no apoyo nunca ninguna teoria conspirativa, ni quiero politizar asunto tan doloroso, pero no es muy descabellado pensar que una aereolinea de tan pésima reputación le haya untado la mano a alguien para obtener la contratación. De ser esto así, estariamos hablando de responsabilidad criminal, no solo civil.

    Diaz-Canel en una encrucijada. Dificil de predecir qué va a pasar. Pero atreverse a echarle tierra al asunto es caer en el descrédito. La negligencia, posiblemente criminal, salta a la vista.
    Los que piden paciencia, dicen que no somos expertos, que esperemos el trabajo de los expertos , que no le demos armas al enemigo y “confiemos” en las instituciones y la revolución, ese que nunca se equivoca, no pueden con palabrerias y verborrea infecunda, parar la avalancha que les está cayendo encima.

  • Ya se advirtió que no se va a buscar responsabilidades del accidente, sino las causas “para que no se repitan”. Aqui la decencia ha sido suplantada por el descaro.

  • La responsabilidad al gobierno cubano que pretende endilgarle el articulista, simplemente carece de objetividad con solo leer el comunicado de la Secretaria de Transporte de México ( lease Gobierno Mexicano) https://www.gob.mx/sct/prensa/accidente-de-la-aeronave-xa-uhz-ocurrido-el-dia-18-de-mayo-de-2018.
    Las irregularidades eran rumores y hay una investigacion en curso. Los aviones de esa Cia aerea en Mexico habian pasado todos los controles y requisitos. Cuba contrató lo que tenia el aval del gobierno mexicano, por lo que si de responsable se trata, hay que buscarlo en la tierra Azteca.

  • Muchas gracias por haber sabido ponerle palabras al sentimiento de ira, impotencia e indefensión que muchos cubanos llevamos muy dentro.

    No tengo la más mínima esperanza de que ningún gobierno, pero menos aún este que no tiene contrapoder alguno, hagan lo que decente y humanamente deberían hacer, harán como siempre han hecho lo que más le convenga a ellos mismos como casta privilegiada que no rinde cuentas a un pueblo atontado.

  • Que verguenza me da que haya personas, imagino que este sujeto es cubano, que aplauda a los causantes de tanto dolor. Que asco me dan estos individuos.

  • A mi me pasa otro tanto con los que no se atienen a los hechos, independientemente de la filiación política y despues vienen a querer darnos ” lecciones” con embustes y dobles raseros.

  • La corrupción fue el principal ingrediente. ¿Habrá quien se jacte de vivir en un país lleno de funcionarios probos y pulcros en su actuar? Ni un centímetro, ni un gramo, ni un segundo de impunidad a estos cabrones, nada, ni la más mínima condescendencia, absolutamente nada. Basura mecánica como esta, en la que subieron para matar a más de una centena de personas, fue aprobada para su funcionamiento por estiércol mexicano que se maneja habitualmente en la corrupción. Ese mismo estiércol, pero cubano(aunque poco importa en última instancia la nacionalidad), aprobó la contratación de algo inservible, que estaba diagnosticado que no serviría sino para ser fundido como hierro viejo. Ni un gramo, ni un centímetro, ni un segundo de impunidad. Esta basura, aquí o en México o en cualquier parte del mundo, no merece la libertad, no merecen quedar impunes, no merecen nada, ni la vida. Hay responsables de estos hechos y exigir que se muestren y sean llevados a la justicia es responsabilidad de los familiares pero también de toda la ciudadanía que en algún momento está a expensas de los actos tan viles como los que estos llevaron a cabo. Ni un poco, ni lo más mínimo de condescendencia, CERO IMPUNIDAD, QUE PAGUEN LOS RESPONSABLES, CON CÁRCEL, Y CON INDEMNIZACIONES A LOS FAMILIARES.

  • he intentado acceder al enlace y me dice que no existe o ha sido movido, error 404.

  • Se te “olvida” que ya desde el 2009 un inspector cubano, después de una revisión técnica recomendó a Cubana de Aviación” no contratar “bajo ningún concepto” (Sic) a esta aerolínea. También se te “olvida” que dos países se negaron a que este mismo avión operara en su territorio, Guayana y Chile; este último lo calificó de “cafetera volante”; se te olvida que el dueño de la compañía está acusado de sobornos en más de un país; ignoras a conveniencia las declaraciones de ex empleados de la compañía que han declarado las pésimas condiciones técnicas en que operaban esos vuelos. Se sabía que esa compañía era pésima; y la contrataron para hacerse ahorrarse plata. Tan sencillo como eso, no hay que darle más vueltas. No es ni de lejos la primera vez que a la dictadura cubana lo barato le sale caro, solo que esta vez hay más de cien muertos.

  • me gustaría saber si hablarías de la misma forma con un familiar tuyo muerto en ese accidente. infeliz.

  • Estamos en el 2018, y pones un supuesto informe del 2009 y el del gobierno mexicano es de Octubre del 2017 por favor.

  • Se te pasaron 2 detallitos:
    1. Que esos mismos aviones fueron expulsados de Chile y Guyana por no reunir las condiciones tecnicas basicas, lo que dice que cada pais realiza sus inspecciones independientemente de los certificados que presente la empresa.
    2. Que en Cuba al igual que en Chile y Guyana se le realizaron inspecciones a esos aviones y el informe final fue contundente cuando recomendaron dejar de contratar esa empresa por las serias fallas tecnicas y de mantenimiento.

  • Humberto, me imagino que Odebrecht tambien tenia todos los papele en regla y mira la megacorrupcion que se escodia detras de la legalidad. Me pregunto donde esta la contraloria general del estado en un caso con tantos visos de corrupcion y violaciones de las normas que ha costado decenas de vidas y desprestigio a la seguridad aerea de Cuba.

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