Carta a un joven que se va de Cuba

HAVANA TIMES — Esta carta abierta de Rafael Hernandez, director de la revista Temas, fue publicado originalmente por el sitio Lajovencuba. Esta siendo republicado por la revista Envío con sede en Nicaragua y que por más que tres décadas aborda noticias y temas de análisis de Centro America y mas allá. Envío nos ha dado permiso de hacer la publicación en HT en inglés y español.

By RAFAEL HERNÁNDEZ

Foto: Caridad

Escrita en mayo de 2012 y encabezada por este texto de San Pablo:“Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza… Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina, persiste en ello, pues haciendo esto te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren”, esta carta refleja algo del cambio generacional que se vive en Cuba y algo del nuevo lenguaje político que en la isla busca explicarlo. -San Pablo, Epístola 1ª a Timoteo, cap 4, vers. 12, 16.

Seguro no recuerdas la caída  del muro de Berlín, pues quizás naciste en ese mismo año o cuando más terminabas la primaria. Para ti y tus amigos, la muerte del Che es un acontecimiento tan remoto como lo era la Revolución rusa para los que nos fuimos a alfabetizar en 1961. Tan remoto como el siglo pasado.

Aunque celebraste el nacimiento del nuevo milenio, te sientes más del siglo 21 que del 20. Si alguien te dijera que eres un cubano de transición, lo mirarías con extrañeza. (Te comento que esa frase despedía cierto resplandor en los años 60; ahora no tanto). En cambio, si alguien te preguntara si eres un ciudadano del periodo especial, quizás te encogerías de hombros o le harías un comentario mordaz, pero en el fondo estarías más de acuerdo.

La mayor parte de tu infancia y adolescencia han coincidido con ese periodo especial, que a diferencia de los viejos, a ti no te ha tocado vivir como malos tiempos o incluso como derrumbe de ilusiones, sino como único horizonte de vida.

Cuando llegaste, todo estaba hecho

En estos 22 años, que vienen siendo como una generación y media, según los expertos, no has recolectado epopeyas como Playa Girón o la Crisis de Octubre, ni siquiera la guerra de Angola. Sientes que la mayor diferencia con los viejos, sin embargo, no ha sido la falta de aquellas gestas, sino de aquellos sueños. Esa épica revolucionaria se aleja más de ti mientras más la televisión vacía sus imágenes repetidas en la pantalla. Las has visto tantas veces que no te dicen nada.

Foto: Caridad

Pero no es tanto eso lo que te falta, sino los proyectos que otros antes de ti pudieron hacerse. Cuando llegaste, todo estaba hecho, armado, por los que habían demolido lo viejo (lo que para ellos era “el pasado”) y construido y reglamentado el orden nuevo. Tú, que no llegaste a tiempo para aquellas edificaciones, piensas que aquel país inventado por otros (para ti, “el pasado”) ya no existe, y solo sobrevive un orden viejo, más bien irremediable.

Lo peor, sin embargo, no es haber nacido en un orden preestablecido, porque eso le pasa a todo el mundo, sino tus inciertas posibilidades de cambiarlo. En todo caso, no quieres invertir tu vida intentándolo, porque no tienes otra vida que ésta; y aspiras a conseguir un techo propio, un empleo que te guste y te permita lo que puedas con tu capacidad y esfuerzo, sin penurias de transporte y luz, y planear irte de vacaciones a alguna parte una vez al año, aunque tengas que quitarte de otras cosas. Piensas que la única manera de asegurarte esa vida es saltar por encima de este horizonte y buscar otros.

No quiero disuadirte

No sé cuándo lo decidiste -y quizás una parte de ti todavía duda. Puede ser que se te haya ocurrido la primera vez cuando supiste que un amigo tuyo ya no estaba aquí; cuando en un encuentro con viejos compañeros de clase, se pusieron a inventariar al grupo, y ahí se dieron cuenta de que muchos se habían ido. O porque a tu pareja se le ha metido en la cabeza y no para de hablar de eso el santo día. O porque esa misma pareja se ha hecho ciudadana española, y con ese pasaporte ya pueden irse a vivir a Europa o a cualquier país, hasta a los mismos Estados Unidos. O porque tus parientes en Miami, Madrid o Toronto pueden darte una mano. O porque simplemente necesitas respirar otro aire.

Esta carta parte de creer que piensas con tu propia cabeza. Mi intención no es disuadirte, ni hacerte advertencias, ni mucho menos endilgarte un discurso patriótico. No pretendo hablarte como tu padre, consejero o guía espiritual; ni como mensajero de una fe religiosa, verdad revelada, voz de la experiencia o autoridad de maestro.

Te invito a pensar entre los dos tus razones, pero sobre todo el contexto y significado de tu decisión de irte del país. A poner en situación tus argumentos, para sacar algo en limpio que, tal vez, pueda servirte. No creas que lo hago solo por ti. Tengo mis propios motivos, porque tu decisión de partir nos implica a todos, y sobre todo a los que no hemos pensado nunca en irnos.

Eres una criatura del socialiasmo

Te propongo primero que miremos juntos lo que tenemos alrededor. Oyes decir que los jóvenes no tienen valores, reniegan del socialismo, se quieren ir del país y no les interesa la política. Quizás los que así piensan identifican valores con sus valores, la política con movilizaciones y discursos, la defensa del socialismo con determinados mandamientos, entre otros, que este sistema es solo para los revolucionarios comprometidos, que un ciudadano cubano solo lo es mientras resida en la tierra donde nació, o que disponer de otro documento de viaje equivale a ponerse a las órdenes de una potencia extranjera.

Te advierto que los que así razonan no son nada más “algunos funcionarios”, sino muchas otras buenas personas, íntegros ciudadanos, para quienes defender la patria no es una declaración. De hecho, cuando éstos hablan de defender las conquistas sociales de la Revolución, la mayoría piensa en educación y salud gratuitas, y -si esa es la medida de la Revolución y el socialismo en el plano social-, es lógico que muchos digan que tú deberías pagarlas, si te quieres mudar a otra parte “donde no vas a defenderlas”. En cambio, tú crees que esos derechos los conquistó la Revolución para todos, y por eso mismo son tuyos, sin más condiciones que haber nacido en esta isla.

Has escuchado que, según la Constitución, los derechos básicos de un cubano están más allá de su manera de pensar; y que la justicia social y la igualdad son precisamente eso: principios y valores que hay que ejercer  de verdad, sin sujetarlos a clase, raza, género, orientación sexual, religión o ideología, porque representan la conquista más importante de todas, la de la dignidad plena de la persona. Bueno, si tú estás de acuerdo con eso, quizás te sorprenda escuchar que eres una criatura del socialismo. Si te importan el bienestar de toda la sociedad, la democracia de los ciudadanos, la libertad (incluida la de todos los que te rodean) y la independencia nacional, te advierto que eres un ser más polítizado que muchos habitantes del planeta, incluidos probablemente la mayoría de ese país para donde vas.

No eres un cero a la izquierda

También tú tienes, como esos otros buenos ciudadanos que acabo de mencionar, tus propias verdades asumidas, que compartes con tus amigos, y que ustedes tampoco ponen nunca en tela de juicio. Por ejemplo, piensan que son un cero a la izquierda, y que nada pasa por ustedes. Sin  embargo, te comento que este sistema nuestro te consulta y te pide que te movilices, porque tu movilización y tus opiniones le son necesarias para que la mayoría de las políticas funcionen-aunque ni tú ni muchos burócratas lo entiendan así.

En efecto, aunque ellos sigan pensando que lo decisivo es aceitar la cadena de mando y cumplir el plan, y tú creas que eres una nulidad en el sistema, cuando pides la palabra para criticar los Lineamientos, reclamas tus derechos en cualquier parte, protestas ante desigualdades y privilegios, aplaudes una crítica dicha sin pelos en la lengua, pides que las políticas no solo se enuncien sino tengan resultados, incluso cuando acudes a la Plaza refunfuñando, para hacer quórum en la misa de Joseph Ratzinger, estás contribuyendo activamente a la política, y a mantener vivo un tejido
sin el cual este sistema languidecería, y que los sociólogos llaman consenso.

Por cierto, ese tejido es lo que sostiene también al capitalismo. La diferencia consiste en que el capitalismo requiere de que participes activamente. Basta con que no intentes subvertirlo, tengas la sensación de estar informado y puedas decidir quién gobierna, yendo a votar (o no) cada cierto tiempo.

Naturalmente que allá puedes expresar muchas opiniones y escuchar otras miles, elegir entre varios candidatos, enterarte de quiénes son y cómo piensan, sus planes y propuestas para los grandes problemas del país, e ir a votar (si eres ciudadano) por el que te parezca.

Estás cansado de oir esos argumentos

Quizás te hayas preguntado a veces por qué este sistema nuestro, que tiene sus elecciones, no puede darle a la gente que piensa como tú la posibilidad de expresar sus opiniones políticas en la televisión, proponer tantos candidatos como quiera (no sólo abajo, sino a todos los niveles), escucharlos, hacerles preguntas y saber lo que tienen en la cabeza, antes de votar por ellos y sus propuestas.

Siempre has oído que la confrontación política en la televisión, una lista abierta de candidatos y el debate entre ellos no es otra cosa que la politiquería del capitalismo. Que si abrimos ese espacio, los americanos, la mafia de Miami y los disidentes se van a aprovechar para usar sus dineros y confundir al pueblo. Y al enemigo “no se le puede dar ni tantico así”. Etcétera.

También debes haber oído, sin embargo, que nosotros mismos podemos acabar con esto que tenemos más probablemente que ese enemigo. Y que ese enemigo y sus planes no pueden ser la causa de que dejemos de hablar de nuestros problemas, porque al final, la verdad se impone. Lo has oído, en la voz de los principales dirigentes, una y otra vez, pero es como si nada, los argumentos de siempre siguen ahí.

Estás cansado de escuchar anuncios de cambios que no acaban de llegar, y que no dependen de “factores objetivos”, sino de una “vieja mentalidad” que sigue sujetando las riendas.

¿Has leído al ché?

Por cierto, ahorita que mencioné una frase suya, me pregunto si alguna vez has leído al Che Guevara. Hasta no hace mucho saludabas todas las mañanas recordando su nombre. Me figuro que lo admiras como protagonista de mil hazañas de guerra, y sobre todo, por haber sido capaz de morir por sus ideas.

Te es familiar el guerrillero heroico, pero lo que sabes del pensador político del socialismo es apenas unas frases sacadas de contexto en vallas y muros despintados, y ciertos lugares comunes, como el tema del “hombre nuevo” y los “estímulos morales versus materiales”. ¿Por qué será que nunca te hicieron leer en clase “El socialismo y el hombre en Cuba”?

El Che no creía en la infalibilidad del gobierno o de lo que él llamaba la vanguardia. Decía: “El Estado se equivoca a veces. Cuando una de estas equivocaciones se produce, se nota una disminución cuantitativa de cada uno de los elementos que la forman, y el trabajo se paraliza hasta quedar reducido a cantidades insignificantes. Es el instante de rectificar”.

También advertía que la participación ciudadana era esencial: “El hombre en el socialismo, a pesar de su aparente estandarización, es más completo. A pesar de la falta del mecanismo perfecto para ello, su posibilidad de expresarse y hacerse sentir en el aparato social es infinitamente mayor. Todavía es preciso acentuar su participación consciente, individual y colectiva en

Es bajísima la participación de jóvenes electos

Tú también piensas que la participación no puede ser solo cosa de marchas, actos y reuniones, donde tu presencia no cambia nada ni incide “en los mecanismos de dirección”, sino por el contrario, se diluye en “cumplimiento de metas” y otras formalidades. Sientes que en esa participación falta compromiso, sinceridad, espontaneidad.

Si te piden que pongas un ejemplo de formalismo, tal vez menciones a las organizaciones juveniles y los medios de comunicación, cuyo estilo y retórica te hacen “desconectar” a ti y a tus amigos; o los CDR y la FMC, donde tampoco te sientes participante de nada sustancial.

No sé si sabes que, en un país donde puedes votar y ser elegido para cargos en el Poder Popular desde los 16 años, la presencia de jóvenes delegados en municipios y provincias ha ido bajando, desde 22% (1987) hasta 16% (2008).

En la Asamblea Nacional, esa presencia promedio cayó al 4% en los años 90; y aunque creció en las últimas elecciones, sigue siendo inferior a 9% de los diputados. Como habrás oído, el porciento de viejos en el país ha aumentado y hoy es el más alto que hayamos tenido nunca (17.73%); mientras el de niños y jóvenes ha disminuido.

Sin embargo, los de tu edad, 16-34 años, son todavía el 31.41% de toda la población que puede participar en el sistema político, muy por encima de los mayores de 60, que son solo el 21.6% de los que tienen ese derecho. Obviamente, la presencia de jóvenes en cargos elegidos por voto está muy por debajo de su peso en la población adulta.

Sea cual sea la causa de ese bajísimo perfil, está claro que mientras más jóvenes como tú salgan del país, menos será su presencia en cargos políticos. Y si resides afuera no vas a poder votar ni mucho menos ocupar ninguna responsabilidad. Como ves, tu decisión de irte tiene hondas implicaciones también para los que nos quedamos.

Se van de todos los países

Esto de irse del país no es nada nuevo, claro. Desde antes del 59, cada vez más gente se iba, sobre todo al Norte. De hecho, ya íbamos en camino de alcanzar una cifra como la de hoy, con más de un millón de nacidos aquí en el exterior. Cientos de miles, incluida la clase alta y muchos profesionales, se fueron en los 60. Cuando el Mariel (1980) y los balseros (1994), partieron otras decenas de miles, entre ellos muchos que no trabajaban, administrativos y obreros. En esas oleadas de los últimos treinta años, no había tantos jóvenes, profesionales y mujeres como ahora.

Algunos te dirán, sin embargo, que de otros países -México, Centroamérica, el Caribe, para hablar solo de los vecinos- se va más gente que de esta isla y no pasa nada. Que hay más dominicanos, jamaicanos y guatemaltecos tratando de llegar a Estados Unidos o adonde sea, que cubanos. Y que en definitiva, las remesas de los que se han ido mantienen a flote la economía de sus parientes y de su país.

¿Por qué tanto trauma con el caso de Cuba, si eso le pasa a otros muchos? ¿No habría que empezar a pensar que somos otra isla del Caribe, en vez de asumirnos como los raros y de vivir esta experiencia tan normal como una tragedia nacional?

Tú sabes lo que pasa fuera de cuba

Otros consideran, en cambio, que somos un caso diferente, porque aquí la gente sale por razones políticas, no económicas. Algunos incluso nos miran como una isla rodeada de caña de azúcar por todas partes, donde nadie sabe lo que pasa afuera. Pero seguro tú sí te has enterado de lo que se dice sobre Cuba y los cubanos en el mundo.

Aunque no tienes Internet en tu casa, conseguiste un buzón de correo electrónico, oyes la BBC o Radio Caracol o Radio Exterior de España u otra de las muchas estaciones en español que se cogen desde cualquier radio.

Es probable que hables con alguno de los millones de turistas que caminan por nuestras calles; que tengas un primo en Hialeah o Alicante o un amigo que viaja porque es médico, académico, músico o funcionario. Por alguna de estas vías, o por discursos que escuchas aquí mismo, habrás notado que se ha puesto de moda hablar del éxodo y de la diáspora cubanos.

¿Te has fijado que nadie se refiere a los japoneses en Sao Paulo, los turcos en Alemania o los gallegos en toda América Latina desde que llegó Colón como un éxodo o una diáspora, y son muchísimos más que nosotros en cualquier parte? ¿Por qué será? Estas palabras resonantes vienen de la Biblia, donde se usan para describir el éxodo desde Egipto a “la tierra prometida” del pueblo de Israel; y su posterior dispersión por el mundo.

Tú serás uno más de la diáspora

¿Acaso seremos los judíos de estos tiempos? ¿Otro “pueblo elegido”, que paga la culpa por sus pecados? ¿Debería tocarle entonces a la iglesia, vicaria de Dios y ajena a los éxodos, la misión de reconciliarnos? Como ves, el lenguaje no es totalmente inocente. En todo caso, esa afición a creernos excepcionales y esa marea de palabras no nos ayudan mucho a ganar claridad sobre lo que somos y nos está pasando realmente.

A fin de cuentas, dentro de poco, tú también serás “un cubano de la diáspora”, lo que siempre será mejor, por cierto, que si te llamaran “exiliado”. Cuando llegues allá, verás con tus propios ojos que algunos se fueron a la diáspora y han terminado en el exilio. Las causas de esa enemistad radican allá y aquí. En ciertos países, la industria del anticastrismo, con ramificaciones en muchos sectores, ha creado un mercado laboral, donde es posible conseguir un cierto empleo o modo de vida, si uno se radicaliza en contra.

Tu decisión personal tiene un significado mayor

Como podrás comprobar, al revés que aquí, lo políticamente correcto allá es hablar mal de todo lo que pasa aquí, y esa norma, en ciertos lugares, puede ser muy estricta, ya lo verás. Otros, en cambio, se han puesto así porque del lado de acá les han hecho pagar costos elevados, no sólo en dinero. Se han sentido castigados, sujetos de prohibiciones y separaciones, obligados a pagar una multa personal que les resulta injusta y onerosa, solo por haber decidido probar fortuna en otra parte.

No importa que se haya reconocido oficialmente el origen económico y familiar de la emigración, se sigue cultivando insensiblemente entre muchos de los que parten un encono, cuyo costo rebasa todas las recaudaciones y contabilidades de corto plazo, porque deja una huella indeleble en las personas, y por lo mismo, en el cuerpo real de la nación. El precio de esa enemistad, naturalmente, es inestimable.

Como ves, aunque tu decisión personal parece sólo eso, tiene un significado social y político mayor. Te reitero que nada de lo comentado hasta aquí intenta cambiar tus planes. Estoy seguro de que si te quieres ir, no hay papeleo, ni trabas, ni condicionamientos familiares, ni tarifas, ni medidas punitivas que te detengan. Eso lo saben bien aquellos cuyos hijos se han ido, experiencia que incluye a todos los grupos y jerarquías.

Si fueras artista o escritor

Algunos parecen olvidar, sin embargo, que sobre este tema de la política migratoria ha habido experiencias provechosas, que deberían tener un efecto demostrativo. Por ejemplo, en el sector de la cultura. Justamente, si fueras artista o escritor, no tendrías el dilema de quedarte aquí para siempre o de irte para siempre.

Podrías decidir trabajar afuera durante años, y finalmente regresar a tu lugar, para salir cada vez que quieras, como han hecho muchos. O seguir allá, mantenerte en contacto y colaborar con proyectos aquí, retornar una y otra vez, como hacen otros. Lo cierto es que la mayoría de nuestros artistas y escritores no se ha ido del país de modo definitivo. Si se tratara solo de términos “estrictamente económicos”, está claro que, para los intereses del país, su valor como capital humano es muchas veces superior a las gabelas migratorias. Esa política alternativa ha dado frutos no sólo para ellos, sino para todos nosotros.

Viajar te educará

No me vuelvas a decir entonces que la política no te interesa, porque la verdad es que todo esto te importa mucho, igual que a la mayoría de los jóvenes como tú, que viven afuera, pendientes de lo que pasa aquí.

Si te preguntaran por tus sentimientos como cubano, quizás digas que estás orgulloso de que seamos así como somos, de nuestra herencia cultural, tradiciones, luchas por la independencia, creencias, valores, patriotismo. Ya ves que tu “apoliticismo” es muy dudoso, digan lo que digan o lo que pienses de ti mismo.

Ahora bien, probablemente sí te va convenir mucho conectarte en directo con las realidades del mundo, y aprenderlas por ti mismo, cosa difícilmente alcanzable solo con Internet, la antena o el mp3. Salir de Cuba, además de probar fortuna, te da el chance de crecer por ese lado.

Nada contribuye más a la educación política que viajar, conocer otras gentes y culturas, valores y creencias ajenas, palpar directamente y hasta experimentar los problemas de otros, para darse cuenta de dónde uno está. Si hubieras tenido la oportunidad de viajar y regresar, una y otra vez, el contexto en el que tomarías tu decisión ahora sería diferente.

Seguimos contando contigo

Quiero terminar esta carta, naturalmente, con una despedida. No queremos que te vayas. Pero si ya lo decidiste, ninguna talanquera burocrática te lo impedirá, y lo que más cuenta ahora es que no te vayas para siempre. Queremos que no partas del todo, y para asegurarlo, lo primero es poner un calzo para que la puerta siga abierta.

Donde quiera que estés, piénsate uno de nosotros, y que perteneces aquí, pase lo que pase. No rompas ni nos dés la espalda ni te dejes provocar por nadie, de allá o de aquí, que pueda convertirte en un enemigo. Levántate cada día recordando esta nave donde seguimos remando, que sólo se mueve si todos la empujamos. También tú puedes remar desde allá, para que siga a flote y se encamine a buen puerto.

No dejes que te entre el bicho de la soledad o la nostalgia, que no sirve para nada; ni te resignes a la idea de que estás lejos; ni dejes de estar pendiente de todo lo que nos pasa. Nosotros seguimos contando contigo.

Te esperamos siempre, como al que vuelve de un viaje. Lleva con orgullo que eres un ciudadano de este país, porque la cubanía no es un documento de viaje, ni la patria un pedazo de tela. Habrá quienes te digan que somos una isla virtual o imaginada, un territorio diaspórico y otras metáforas. Tú y nosotros sabemos que Cuba es el espacio real donde compartimos cosas tangibles como riesgos y resultados, costos y aspiraciones, entre todos. Así debe ser y así será si nos lo proponemos duro. Buena suerte y hasta pronto.




26 thoughts on “Carta a un joven que se va de Cuba

  • Que manera de hablar boberias este señor

  • Los jóvenes no pueden estar donde no hay cambios, ni le permiten expresarse abiertamente.
    Como mismo existe la mafia anticubana, existe la cubana, que se escudan detrás de muchas de las palabras utilizadas en esta carta.
    Emigrar ya no parece una alternativa para muchos de los jóvenes, casi que lo inducen a eso.
    A lo mejor es más beneficioso un jóven emigrante, por lo que abona el país, para poder ver a su familia. Incluyendo entrar por una fila especial, la de los cubanos.

    Nosotros destruiremos lo que tenemos nos dicen; hay que ver de quién es lo que hay? Prostitución, doble moral, división de familias y amigos.
    Hablar de iguales con los emigrantes que le tiraban huevos por irse del país y le quitaban sus negocios. Creo que muchos son mejores, porque aprendieron a perdonar y son los que le llevan la canastilla al sobrino tercero o al primo cuarto.

    Emigrar ya no se ve como una opción, es una meta. Desagradable situación.
    Por qué en las elecciones todos votan a favor de todo de lo que se propone?

    Para quedarnos los que decidimos irnos, enfrentar la situación, sería la lucha armada. Queremos derramamiento de sangre? Con carteles y protestas te cogen preso, además que esto no resuelve nada.

    Lo de estar contento con nuestras raíces lo creó nuestro pueblo, no el gobierno!!! Mucho antes del 59.
    La consigna que nos debieron enseñar cuando pequeños era, Viva el pueblo cubano!!!!
    Como dijo el Ché una vez cuando alguien dijo: Viva el Ché!!, a los hombres vivos no se les dice que vivan.
    El triste final de nuestro país es un capitalismo pobre, donde los millonarios serán nuestros dirigentes, que no son el pueblo.

  • . Nosotros seguimos contando contigo…

    Nosotros quien?

    Solamente para hacerte pagar un pasaporte de 400 dolares y ponerte medidas draconianas en Aduana. Claro que cuenta. Y como cuentan… claro, cuando si te quedas a los 11 meses llegan a tu casa a decirle a tu mama si eres un “no regreso”.

    Conmigo (que ya no soy tan joven pero era bien joven cuando me fui) cuenta mi familia para comer y vestir. Lo demas es politiqueria y bla bla bla.

    La carta es ridicula, hipocrita y vacia.

  • Que babosadas, puros sofismas…es un “coco whas bolchevique”…hasta da risa, …racimo de idioteces.

    ¡Niño!, agarra tus chivas, y vete…para que veas lo que es vida, y comerte un racimo de uvas…dulces y sin semillas, ah, y con tu trabajo, no jineteada, ni por la libreta, ni del dinerito que te mandan de fuera, jajajaja…vuela, se libre, salte de ese nuevo laberinto de Creta,…te comerá el Minotauro, y la vida…es una sola y allá, no se vive…

  • adoctrinamiento masivo en misiva. ah, estos viejos, que no se acuerdan que ellos sí hicieron con su fondillo… y todo el país… un tremendo tambor hueco. a ningún joven cubano se le puede reprochar que se quiera ir, por las razones que tenga, como a ninguno se debe tachar por quedarse y tratar de mejorar lo inmejorable, pero a los que se quedan a defender a capa y espada lo mismo con los mismos… alabao, escoba y pa´la calle.

  • ciertamente… eres un señor muy inconstante.
    defender las conquistas ehhh…
    las mismas conquistas que nos roban y ultrajan cada dia.
    mira en esta misma ediciòn lo ocurrido con la” opera de la calle. ”
    cada dia es triste estar aqui… y ateciòn estimado señor.
    hay otros mucho que no se van…
    pero no para defender nada…
    sino para asegurar cambiar todo.
    incluso a usted a su tiempo…
    me indigna tanta boberia sentimental… la verdad es una sola, y esta alla afuera.

  • ya opino la extrema derecha como siempre. Yo estoy fuera de Cuba y mientras sea asi hare todo a mi alcance por el bien de mi patria y pueblo. Por que mejoren el camino, rectifiquen errores y se reencuentren con todos los que fuera de Cuba queremos lo mismo. Una cuba independente, sin bloqueo, con autodeterminacion, en el camino de alcanzar la dignidad plena de hombre y el bien comun.

  • Saludos cordiales,

    Lo primero que quiero dejar claro es que soy un cubano que vive en Cuba, de esa generación de la que hablas en tu artículo. Te agradezco el gesto de escribir sobre el tema, aunque no has puesto ningún punto sobre la i, con tantas interrogantes no has dado un respuesta, no tienes que darla, pero al buscarlas nosotros (los lectores) ha surgido en nosotros el deseo de irnos de del país.
    Reflexionamos juntos

    Cuando llegamos todo estaba hecho, pero además, estructurado para que no cambiara, hoy mucho de lo que se cambió en los 60-70 (hablando solo de economía) se quiere retomar, los pequeños negocios, la nueva reforma agraria, los impuestos, más o menos activar el comercio y la prestación de servicios no estatal, pero con una banca nacional sin liquidez lo que dificulta toda inversión. ¿Qué está pasando? Que los cubanos de fuera están financiando las inversiones de sus familiares en Cuba, envían productos instrumentos de trabajo y hasta materia prima, la respuesta del “Estado” que todos tendremos que pagar por cada trapo o lata que entre al país según una muy elaborada y compleja resolución que tiene en cuenta hasta el número de viajes de una persona, el resultado la quiebra de los pequeños negocios que se quieren rescatar, la agudización del contrabando y la corrupción en la aduana, pero sobre todo la perdida de los negocios de los cubanos en Cuba. En lo político también cunado llegamos todo estaba hecho y no cambiará, si no podemos cambiar la política que nos impone una difícil relación económica a toda la sociedad, si no tenemos instituciones al margen del estado y el partido único que nos representen y respalden y podamos canalizar nuestras insatisfacciones ¿qué hacer?

    1 le planteamos el problema al joven delegado, que a su vez lo planteará en la Asamblea municipal del Poder Popular del Municipio, la cual la tendrá en cuenta como un planteamiento y en la próxima reunión de rendición de cuentas nos dará la respuesta, la respuesta que ya todos conocemos.
    2 decidimos crear un sindicato de trabajadores por “cuenta propia”, luego los 40 000 afiliados decidimos crear un aparato económico que nos garantice nuestras relaciones monetaria con el banco y las actividades comerciales de vienes y servicios.

    La primera variante es posible, pero los resultados desastrosos o acaso no has participado en las rendiciones de cuenta, las preguntas son ¿cual es el ejercicio de gobierno de la Asamblea municipal? ¿Tiene poder de decisión sobre las actividades económicas o de otro tipo? O solo administra y distribuye los recursos y presupuesto que le asignó el estado.

    ¿Si no podemos cambiar la política que nos impone una desastrosa situación económica? ¿Se marchan los jóvenes del país, por problemas económicos o políticos? Si hablan de su realidad, algunos dicen que mal de Cuba, en la forma que no pueden hacerlo en su país, creo que tienen el derecho. Si lo hace un mexicanos aquí le damos todo el credito.

    La segunda opción ni pensarla ya que según la política no puede haber más que un solo partido, un solo sindicato que por demás apoya todas las decisiones del primero ejemplos, en los últimos años se aprobó la ley que aumentó la edad del retiro tanto para hombres como para mujeres, según se dio a conocer se hicieron todos los estudios y análisis pertinentes donde la CTC participó y estuvo de acuerdo en todo, dos o tres años después se decidió que sobraban 1 300 000 trabajadores a los cuales había que despedir, apoyo total del sindicato. No quieres disuadirme y si quisieras no podrías.

    Es cierto soy una criatura del socialismo engendrada por éste y que le pertenezco y dependo del socialismo y el socialismo decide que debo estudiar, cómo no vestir y pelarme, que no debo leer, que música no debo escuchar, con qué no debo estar de acuerdo, y todo porque el socialismo me enseñó a leer y a escribir y porque soy negro y me dice además porqué tengo que ir a la guerra y quien es el enemigo, y como no puedo decidir entonces no puedo negar que soy una criatura del socialismo que tiene la certeza de que no está informado, que no puede dar su criterio critico y sincero en una reunión ni escuchar la opinión de otros y por querer hacerlo me dicen desde niño que tengo problemas ideológicos, nuestra constitución nos la impusieron igual que le imponemos nosotros a nuestros hijos las ultimas cláusulas, como cunado vino j. Carter y es contradictoria porque si yo como ciudadano no puedo expresar (en reuniones o asambleas) que estoy de acuerdo con Obama en un punto o dos sin ser tildado gusano, disidente mercenario, de ser separado del trabajo o de tener problemas ideológicos, eso no garantiza dignidad ni justicia plenas. Hasta hoy a quedado demostrado que si somos un cero muy a la izquierda, porque tenemos que expresar una critica de forma correcta en el lugar adecuado y en momento oportuno, más bien debe ser de la forma que se oriente, en el lugar que se oriente y en el momento en que “alguien” esté dispuesto ha escuchar porque es lo que está orientado. En cuanto al Che si los que hicieron la parte más peligrosa para sus vidas de la revolución no lo escucharon y lo desestimaron porque era mas provechoso tal vez la alianza estratégica con la URSS que lo que el decía lo vamos a tomar ahora nosotros, él en aquel momento era un revolucionario y predijo la caída del socialismo soviético, hoy es un símbolo de la revolución, donde sus lideres a hurtadillas hacen lo que él planteaba en su momento aunque lentamente, pero hoy estamos en peores condiciones que en los años 60-70. Hoy la participación de los jóvenes en su realidad objetiva es nula y se limita a marchas y protestas, por eso hay planes de incorporar jóvenes las instituciones, de igual forma pasa con negros y mujeres todos tienen una cuota de participación en las principales instituciones, no importa su preparación, hoy es mucha la apatía.
    De todo lo malo que ocurre fuera de Cuba estamos muy enterados es lo único que ponen en el noticiero, hay violencia en Colombia, USA y protestas en España por despidos masivos, creo que no llegan a 1 300 000, claro acá se da la posibilidad de ir a la construcción o la agricultura, tienes 50 años, lo tomas o lo dejas, total, te faltan 15 para retirarte, pero no hay problemas en China ni Venezuela, en Cuba no hay problemas ni violencia, eso no sale en el noticiero.
    Si fuera artista o escritor seguro que haría lo mismo y aprovecharía los viajes y estaría nueve meses en Francia y dos en Portugal y el resto acá en Cuba y luego me aparezco con un libro o una canción de cuanto extraño a mi patria o produciendo programas de TV con mis amigos artistas que alguna ves han sido victimas de una bajeza por parte de un funcionario de cultura y que contra viento y marea siempre ha estado al lado de la revolución, entrando y saliendo porque se lo permite el ministerio con previo permiso de “alguien” ese “alguien” que nunca se sabe quien es, eso si teniendo siempre presente que dentro de la revolución todo, contra la revolución nada.

    Viajar nos educará pero no está en los planes del ministerio de educación superior promover tal iniciativa, no está orientado.

    Te juro Rafael que puedes contar conmigo, yo no tendré nunca el dinero para pagar los tramites de salida del país, incluyendo sobornos, tampoco a mis amistades las pondré a financiar tan incierto proyecto, ni los tiburones del golfo de México se alimentaran con mi carne. Que es el gran dolor que sienten madres y padres y que estoy seguro que tu compartes, por eso repito agradecemos tu artículo que es un noble intento.

  • El texto de Rafael Hernández es plañidero y sentimentaloide, lago y tonto como una versión mala de una telenovela.
    Aunque deja entrever que los jóvenes no tienen participación sustantiva en nada del país, el autor no llega a analizar las condiciones reales que hacen imposible la reproducción digna de los seres humanos en Cuba, causas materiales, económicas, sociales y políticas por las cuales los jóvenes abandonan el país siempre que puedan.
    Lo lamentable realmente es que me enviaron este texto hace rato mis amigos en Cuba con la ilusión de que al menos alguien dijera que “los que se van, de todas formas los queremos”. Una fantasía que es contradicha todos los días del mundo con la aberrante política migratoria del país.Algo así como “no te pongas bravo porque prácticamente te desterremos” a pesar de todo, te queremos.
    Una intención que pretende tomarnos a todos por inválidos mentales.
    Hay que reconocer que el autor ha evolucionado. En el 2000 nos llamaba a los emigrantes “mutantes disidentes” ahora al menos se preocupa porque no nos enojemos ante la obligación de tener que buscarnos la vida fuera de Cuba.
    Muy lamentable la postura de este intelectual.

  • Yo no pertenezco a la generacion de jovenes a la cual se refiere el autor de la misiva pero si tengo un hermano que si. Mientras el estuvo en Cuba, pude ver su transito por sucesivas etapas de frustracion y desencanto tal y como yo las pase muchos anos antes de emigrar. El resultado fue llegar a la misma conclusion “Aqui lo que hay es que irse. Esto no hay quien lo arregle”. Definitivamente no fuimos ni somos apoliticos, tomamos nuestra decision, entre otras muchas razones, despues de efectivamente sentir que de ninguna manera nuestras opiniones, esfuerzos, etc, etc serian tomados en cuenta. Desde mis anos de pre, pasando por la Universidad y despues en mi vida laboral, cuestione la falsa unanimidad, la doble moral y el oportunismo en algunos jovenes igual que yo para obtener algunas prebendas. El merito no importaba, ni si eras un buen estudiante academicamente y te brindabas a ayudar a otros alumnos desventajados desinteradamente, solo gritar consignas mas fuerte que nadie, hacerte bien visible en cualquier actividad de la FEEM, FEU, etc, aparecerte en un trabajo voluntario o en una marcha de las antorchas, o ir a protestar por el regreso de Elian. No los culpo del todo, pues esa es la via que encontraron y encuentran los que entraron por el aro. Tambien recuerdo mi frustracion por las respuestas que siempre recibi, no importa cual fuera el delegado de turno. pense que una peticion ciudadana directamente al parlamento tendria mas exito de ser al menos escuchada, pero los que conoci que la firmaron lo menos que recibieron fue ostracismo. Entonces me pregunto, que opcion quedaba. La lucha por otros medios? Confieso que no tengo vocacion de heroe, pues todos sabemos a lo que eso conlleva. Asi que por decantacion, la opcion antes y ahora sigue siendo la unica. Emigrar.

  • Excelente respuesta!

  • No hay joven, adulto o anciano que se “suene” esa “muela” insulsa. Por Dios, Rafelito, ya hasta Raúl abrevia, mi hermano!!!

  • Te aplaudo, Rafael.

  • Seria justo querer un sistema que no te quiere simplemente porque piensas diferente ?
    Que salida les queda a los que dia a dia intentan cambiar las cosas, solo recibe golpes por intentar cambiarlo todo y de los que te golpean escuchas cosas como sigue intentandolo.
    Que podrias esperar de un gobierno que te impide a toda costa y bajo pena de carcel que salgas de tu pais y cuando logras salir entonces te pide dinero aludiendo ayuda porque economicamente todo esta muy jodido.
    Preguntas como estas pudieran seguir todo el dia …
    Me duele ver como los jovenes que crecieron conmigo se marchan lo mismo volando que en lanchas, pero mas me duele verlos luchando contra lo absurdo y estrellandose contra la pared de sus frustraciones solo porque algunos son tercos, orgullosos y no quieren dejar la silla del poder ..
    Habria que buscar entonces como respuesta un carta del que se fue …

  • Creo que mejor no se puede responder…

  • Bueno mi simple opinión ahí va:

    Me da la impresión que el que escribe el artículo no ha vivido fuera de Cuba, puede haber ido y venido afuera, pero vivir en otro país que no sea donde naciste, es bastante duro para cualquier ciudadano del mundo. Los cubanos no somos muy distintos; solo que el imaginario ideológico que se construye a partir de las disputas de la derecha e izquierda, las disputas entre el norte y el sur; y entre los amigo y enemigos; han provocado análisis muy sesgados sobre la situación.
    Por un lado, los cubanos no son los que más emigran de su país. Tenemos un vecino cercano como El Salvador; donde las remesas que envían sus paisanos desde USA, determinan el producto interno bruto de ese país. Por otro lado la forma en que escribimos aquí también es un producto de un proceso que ha permitido a miles, y lo sigue permitiendo, como dice Buena Fé: “Ser lo menos domesticable posibles”. Puede ser que subestimen lo de salud y educación porque a pesar de las dificultades y carencias, todavía se mueve. Con relación a esto un ejemplo: un ciudadano de un país de Centroamérica, que tiene seguro social, comenzó con un cólico biliar, fue al cuerpo de guardia de unos de los mejores Hospitales del país, y después de haber esperado dos horas con el dolor, lo atendieron y lo trasladaron a una silla de ruedas en el medio del pasillo, con un suero y un analgésico, el cual no le alivió el dolor, y estuvo así dos horas mas. Su esposa llama a un amigo que es médico para ver qué puede hacer. Este llega pasa al cuerpo de guardia, habla con la residente que estaba al cargo, le hacen unos exámenes nuevamente, un ultrasonido, y observan que está peor, y que de inmediato lo van a operar, porque además se les dijo que era el padre del colega. A la hora de la llegada del “hijo”, el señor había sido operado y en perfecta evolución. Tenía unas piedras en le vesícula, que le estaban inflamando el órgano y casi inicia una peritonitis. Y eso puede pasar en China, en Cuba, y en un país de Centroamérica. Ah, y en USA; porque éste mismo paciente había ido en febrero de este año a ese país, y le había dado una crisis similar, y le sucedió lo mismo, solo que quedó con una deuda de más de 10 000 dólares y sin ser operado. Otra cosita, ese personaje operado, la esposa y el supuesto hijo son cubanos.

    Acá la gente está condicionada a pensar también de una manera, no hay libre albedrío. Por ejemplo, para muchos jóvenes cubanos preguntarles: ¿Te vas a casar por la iglesia o por lo civil? Díganme si esa pregunta se la hace la mayoría de los jóvenes que viven en Cuba. Pues sepan que en el mundo lo que no pase por el juicio y aprobación de la religión de su familia es un sacrilegio, una ofenza, una inmoralidad, y así podríamos mencionar innumerables situaciones que están mediatizadas por el contexto socio político económico y religioso. Por tanto libertan de expresión es una mentira en el mundo. Seguimos viviendo en un mundo occidental donde la cultura juedeo cristiana atraviesa al sujeto. La crisis existencial que viven muchos cubanos, no es muy distinta a la de muchos españoles, que si lo han leído; en lo que va de año han migrado hacia el exterior en busca de nuevos horizontes un número importante de jóvenes. Y eso se repite en casi todo el mundo.
    No seamos ingenuos, los ciudadanos de los países tienen el deber, de re-significar su existencia, pero de manera creativa y constructiva, sin perder todos los elementos que se necesitan para acercaron un tanto la a verdad, una verdad que será mirada de diferentes ángulos. Podrían intentarlo hacer en sus propias familias, para que veamos lo diversos que somos y lo difícil que es llegar a un acuerdo; y cuando la cosa se pone mala; ¿Qué sucede? El Padre dice la última palabra. Por supuesto que los hijos se revelan, pero en muchos después viene la frase: No me digas que no te advertí. Pero no importa camina, y si yerras poco es que realmente entendiste mis enseñanzas, sino es que tu interpretación fue la que construyo tu camino.
    Y si bien “El Socialismo y el Hombre en Cuba” no lo dimos en la escuela, el librito estaba en todas las bibliotecas, y en logrerías. Pero depende de tu motivación.

    Hoy por hoy, la caída del Padre (como el gran Otro), está dando al traste con los caminos de la humanidad, si es que somos humanos hoy por hoy. Las noticias en el mundo fuera de Cuba, son artísticamente muy bien manipuladas, y aunque la anorexia como enfermedad, es de una de los últimos dos siglos, y más frecuente hoy en día; es un producto del “glorioso capitalismo”, y muchas mas situaciones donde se resquebraja la dignidad humana.

    Yo invitaría a que probaran el Síndrome de Ulises, a los que desean vivir fuera de su país de origen, y evaluar en el tiempo, cuántos llegan al supuesto éxito ilusionado, esperado.

    Mi intensión al escribir, ha sido para opinar y contribuir a la discusión, dar mi interpretación de mi experiencia.
    Y repetir una vez más no todo lo que parece brillar es Oro.
    Saludos

  • De la carta del señor Hernández se desprende, la necesidad UGENTE de emprender en Cuba una REFORMA MIGRATORIA radical. Para que salga y entre el cubano que lo desee. Pero el General Presidente en Cuba sigue estudiando el asunto dándole la espalda a las decenas de cubanos dentre de Cuba que lo han reclamado. Lleva casi 2 años en eso.

  • Felicidades Rafael por el articulo. La ficcion y el sub-realismo se te da muy bien.

  • Como diria Magdalena ” Que comicoooo chico”

  • Hola Rafael
    en Cuba leí muchas veces tu revista Temas, muy buena, de lo mejorcito en la actualidad…pero tu carta me ha dejado con un cierto sabor extraño….
    Cuba, no es el gobierno o mejor, no es SOLO el gobierno, y aunque hay garantías y derechos que se cumplen a rajatabla, también hay cosas y leyes que son francamente anticonstitucionales y permanecen y lo han hecho desde hace mucho tiempo sin que a nadie le importe cambiarlo, por ejemplo, mi generación, esa a la cual va dirgida tu carta, estuvo 20 años sin poder visitar los hoteles de nuestro hermoso país, sin contar que necesitabamos un extranjero para tener un celular, y que necesitamos un extranjero HOY para tener internet en casa, la cual , más allá del bloqueo externo es bloqueada una y otra vez…muchas veces pensamos “11 millones de cubanos conectados a internet son un peligro para el imperialismo yanqui” y yo me pregunto que hubiera pasado si 11 millones de cubanos, conectados a internet, hubieran debatido las más recientes regulaciones aduanales?? las puedes encontrar en Cubadebate con más de 100 comentarios y muy pocos favorables… Mi generación lo encontró todo hecho ¿en serio? ¿tuvo falta de ideales? creo que no. nosotros los jóvenes los de allá y los de acá hemos hecho muchos logros , en la ciencia,el deporte, la cultura y el arte ahhhh pero también nos hemos preguntado ¿por qué? y no hemos tenido respuestas. y con infinita tristeza hemos oído ” esto no hay quien lo tumbe, pero tampoco quien lo arregle” evidentemente a alguien de adentro, no le interea que se arregle….a pesar de todo preferimos quedarnos, y algunos aunque duela, prefieren irse.
    salud y educación gratuitas…cierto, la mejor educación de américa latina…y luego con tu salario no puedes vivir y no puedes hacer una larga lista de cosas y sueños que se te van quedando truncos…los sueños truncos a la larga se convierten en odios…saludos y educación gratuitas que cuestan muy caro, que los profesionales nunca terminamos de pagar, y que cuando, por alguna razón, decides irte te la cobran en la moneda más cara del mundo: tiempo, si te reniegas a pagar y te escapas te espera, pasados los 11 meses y 30 dias de rigor, en muchos casos el exilio….pues tu país te prohíbe regresar. que triste.
    también a veces, el gobierno, o los burócratas, o alguien anónimo te confunden con un “medio básico” y te tratan como tal…denigrante condición, suerte de esclavo moderno que está obligado a….pedir permisos o a resignarse con situaciones injustas y kafkianas, los ejemplos te los dejo de tarea.
    Hable con los jóvenes, con los de a pié, escuche sus sueños y viva con ellos las decisiones, haga esto un año y luego reescriba su carta.
    muchso saludos
    ULISES 31

  • Que suerte que vi esta carta, ya se me habia acabado el papel higienico que me mando mi hermano de Miami

  • Bravo!
    Creo que es lo que sentimos todos, dentro o fuera.

  • Tenemos las puerta abiertas para regresar claro después que nos ponían un cuño con salida difinitiba y cuantos otros que después que han regresado en el mismo aéreo puerto lo montan en un avion y lo regresan.claro que a muchos bis gustaría estar allá en Cuba para poder cambiar las cosas que por mas de 53 años han empobrecido al pueblo de Cuba.

  • Estimado Rafael :

    Permítame presentarme, me llamo Maykel y mi nombre es de ortografía extraña. Mi nombre y mis apellidos me siguen donde quiera. Mi nombre es mi pasaporte. A donde quiera que me dirija, ese nombre de ortografía extraña me seguirá. Él nació en Cuba, y como yo, se fue.

    Tengo 28 años. Salí de Cuba con 19 y sin pensármelo. Nunca soñé con otros mares pero sí con otra Cuba. Con 19 años mi léxico cubano era demasiado pobre. No conocía la palabra disidente, pero sí la palabra «contrarrevolucionario». Estudiaba en primer año de la Facultad de Lenguas Extranjeras. Conocí una pareja de extranjeros europeos a quienes les hice el favor de alojar en mi casa los últimos días porque sus tarjetas bancarias estaban bloqueadas. Le recuerdo algo, hace 10 años no podía caminar en compañía de un extranjero por las calles de La Habana, dos era el colmos. Quedarse en mi casa fue sobornar a todo tipo de persona para que no denunciaran ante la compañera cederista, y esta no informara a las autoridades de migración. La multa iba a ser muy elevada. Nadie me explicó en 18 años por qué no podía caminar con extranjeros en «Mi» ciudad y menos aún, por qué debía pagar una multa por ofrecer humildemente mi cama. Me reservo la humillación que me hizo pasar un agente de seguridad de un hotel cuando para agradecerme, estos «extranjeros» me invitaron un trago de despedida en el único lugar que había luz cerca de casa. Sin rodeos, me fui. Los exranjeros no me pagaron el trago esa noche pero sí todo el trámite que vino después, que , por el detalle de no dejarme entrar en aquel hotel, permitió que ellos me abrieran las puertas de su casa, 1 año más tarde, a 12 mil kilómetros de donde nacía el edificio. Yo no pude entrar a aquel hotel estando a pocos metros de la puerta de mi casa. Me fui sin preguntarme nada, sin cuestinar nada. Con ganas de conocer. Y con ganas de regresar. Me fui con pasaje de ida, y de vuelta.

    Seré breve. Con mi partida entraron las prórrogas, el costísimo pasaporte, la segregación aeropuertuaria (« cubano?, por aquí), la tristeza de darme cuenta de que en el país en el que viví 18 años de mi vida bajo un régimen en el cual creía, me había mentido. Mi léxico creció (incluso, en otros idiomas), «contrarrevolucionario» ya no era quien contestaba el sistema, el «contrarrevolucionario» era la cederista chismosa y el agente de migración que me pedía los 50 dólares por pasarme las maletas sin pagar en la aduana un centavo. Le digo algo más, ese sistema de educación del que usted habla me hizo sentir analfabeto la primera vez que me senté en una clase de la universidad pública en la que estudio (en este país todas las universidades son públicas y subsididas por el gobierno. Estudiar no es cosa de ricos, es cuestion de querer hacerlo). Recuerdo que cuando estudiaba en La Habana me hablaban de esos niños del imperio que tenían todo a su alcance, que no estudiaban porque bajaban todo de ese diablo llamado «Internet» (los tiempos cambian, a pesar del inmobilismo y rigidez de su discurso, veo que tiene otra imagen de la web) He seguido clases de derecho sin saber lo que es una asamblea, un parlamento, debiendo revisar todo tipo de conceptos porque nunca me los explicaron, porque no me dijeron como funcionaban. Porque no querian que supiera. Mis primeras clases de Filosofía fueron un horror, para mi aquello era chino. Conceptos, nombres, conocimientos que se enseñan por estos lares, en la escuela secundaria. Economía, no le digo. Me di cuenta que la educación que me ofrecieron no correspondía a la educacion que ofrecen en otros países, gratis hasta los 18 años y de universidades a precios accecibles. La gratuidad del sistema cubano no solamente ha envejecido, sino que, además de enseñarnos a leer y a escribir (y manejar algunos temas como el Marxismo-leninismo, que de hecho, nunca me dijeron que Marx al final de su vida tenía otra visión de su Manifiesto y que Lenin también pensaba de otra manera, al final de la suya, sin contar los horrores cometidos por Stalin) no nos preparan para vivir en un mundo moderno del cual Cuba se desconectó hace más de 50 años en detrimento de su pueblo. Y no me hable del embargo, que lo mismo pasaron los chinos, los vietnamitas y están más lejos que nosotros los cubanos, los mismos que un día acogieron a ese pueblo que sufría lo que hoy nos toca sufrir.

    La salud, se lo resumo en breve, donde vivo, es casi gratis. La gente vota por gobiernos que mantengan vivo un sistema social, de los más justos que naciera después de la Segunda Guerra Mundial. No daré cifras, porque al final lo que se pagó por la operación de mi madre en La Habana supera lo que ha pagado mi cónyugue por operarse una hernia discal aquí. Con baños limpios, doctores sin fatiga y que no tienen que vender pan con pasta para sobrevivir, pero que además, pueden radicarse donde les dé la gana.

    No me hable de épocas y de fechas que no conozco. No me hable de logros que nunca ví. No me hable de una Cuba que para mi nunca existió, que no me interesa. No me interesa Angola, me interesa Cuba. No me interesa la generación de cubanos de los 60 sino la de los 80. Su generación luchó contra los males de su época, yo lucharé contra los males de la mía. Mi estancia en el extranjero, siendo emigrante, me ha demostrado que he ganado 50 años de adelanto con respecto a los compatriotas de la isla, y no le hablo de lo material, porque como bien le ha dicho alguien en otra carta, soy de izquierda, altermundialista y estoy contra el exceso y las injusticias que existen en muchos sistemas, que están lejos de ser perfectos. Pero funcionan. Soy emigrante, voy a la Universidad y pago como un local, tengo derecho a la seguridad social, pagando casi nada, y voto, soy emigrante y voto en las elecciones municipales. Sin ser ciudadano, solo residente.

    Me llamo Maykel, ese nombre me seguirá donde sea. No soy parte de un país, no, soy parte de una Nación que anda regada por todos lados. Salí, como muchos, con un pasaje de regreso…pero regresaré solo el día en que la Cuba que usted me pinta, exista de veras. Hoy nos llaman de regreso, ayer los que se iban, también eran jóvenes, y los llamaban escorias, gusanos. Me fui y no pretendo regresar. En el imperio que tanto me prohibieron es donde me siento más cubano. Si no estoy, no es mi culpa, es la de ellos. Y aunque no lleve una boina, no diga nunca más “hasta la victoria siempre!”, no seré menos cubano. Defenderé el sistema donde vivo actualmente, porque me representa. Porque el acceso a la salud y a la educación es accesible a todos. Porque si trabajo, viajo. Porque voto, porque no hay doble moneda y porque a los indignados no les llaman amigos del imperio. Porque mi profesores me enseña Marx y me habla de Washington. No porque sea más feliz, pero si más ciudadano.

    No he perdido el tiempo. Cuanto me alegro de que me esté escribiendo esto, es seña de que al final nos damos cuenta de que algo no funciona, aunque no lo admitan.

    Maykel Rodriguez

    Bruselas, agosto del 2012

  • Aquí mi respuesta, publicada en otro Blog. Si nos escriben, que nos escuchen. Me gustaría muchísimo que mi carta fuera publicada en el periódico Granma, o cuando menos, en Cubadebate. No se atreverían.

    Saludos!

  • Hola Maykel:
    Si no te interesa Cuba y no quieres regresar o aportar, ¿para que dedicas tiempo en responder la carta y para qué quieres que salga en el Granma?. Puedes engañarte lo que quieras, pero no tomes por tontos a los demás.

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