Buscando paciencia… y que no sea china

Por Aurelio Pedroso  (Progreso Semanal)

Servicentro Tángana, lunes 10 de febrero de 2020. Foto: Progreso Semanal.

HAVANA TIMES – La ancestral y conocida paciencia china está pasando ahora mismo a otros planos acompañada de la recomendación de acudir a la de países vecinos tal y como ocurre con determinados medicamentos de igual eficacia y denominados en la jerga médica como genéricos.

La recomendación del amigo psicólogo no deja lugar a dudas de su profesionalidad y sentido del humor que tenemos los cubanos ante cualquier tipo de situación por muy escabrosa que sea. Nada de paciencia china, no sea cosa que nos contagiemos con ese temible virus que ya ha traspasado las fronteras de la ciudad de Wuhan. En el caso nuestro, de Cuba, lavarse bien las manos y rociar la cabeza con agua fría cuando veamos lo insólito [el agua] como cotidiano para entonces recuperar la paciencia.

Son estos tiempos los más indicados para hacerse de una sobre dosis de paciencia. Y ayuda, que se vuelva a saber, cuando recibimos una mala noticia u otra que se ha “maleado” por obra y gracia de algún funcionario tal vez nacido para crear dificultades a sus congéneres.

No nos llamemos a engaño. Hay capacidad de resistencia en el pueblo cubano ante situaciones objetivas. La vida lo ha demostrado. En cambio, capacidad de resistencia ante tanta subjetividad, mentiras y burocracia, no se encontrará por mucho que nos esforcemos en buscarla. Todo lo contrario, una inconformidad y malestar que en ocasiones muy precisas, será salvable gracias a esa dosis de paciencia para evitar un fulminante infarto que ningún médico forense dictaminará como encabronamientos del día a día.

Bloqueo que ha arreciado por una parte y por la otra, la falta de transparencia de algunos dirigentes en trasladar a la población lo que realmente está ocurriendo. O algo mucho peor. Como decía Don Corleone, “ese insulto a la inteligencia humana” al querernos vender gato por liebre como ese tema de la venta de automóviles.

Ejemplos a las dos manos que desde las primeras horas del día hasta las últimas de la noche precisan de paciencia. Hay para seleccionar lo mismo cuando se mira a la agricultura que cuando escuchamos de esas cifras millonarias en la construcción de tantos y tantos hoteles en esta capital donde se desploman las viviendas y sus calles parecen un campo de batalla.

De nuevo, crisis con el combustible. Y por decir, ni se ha dicho nada de cara a la población hasta hoy martes 11 en la edición del diario Granma digital. Una hora y media bajo un temporal previo a un frente frío y al llegar a la bomba, un empleado encerrado en una garita, que hasta aquí es por la libre, que de ahora en adelante la prioridad la tendrán quienes paguen contra tarjeta magnética (estatales y taxis). Por qué no se anunció públicamente por la TV o por los medios nacionales, o mediante los sitios web y tuiters de los funcionarios, que para eso fueron alentados.

La gente, con razón, se molesta. Algunos más que otros. Y esos sobresaltos no conducen a nada bueno. Cualquiera pierde los estribos y otros le secundarán. Entonces que venga la policía y con ella la discusión y el llamado a la calma, a la paciencia.

Resistencia ante los desmanes del imperio; guerra cuerpo a cuerpo a quienes se burlan de la gente. Todo ello, con paciencia vietnamita de la que mucho hay que aprender por su eficacia en crear mediante cambios económicos un antídoto socialista.

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