Bernie Sanders se equivocó al defender a Fidel Castro

En su forma actual, los frutos de la Revolución de Fidel están podridos

Fidel Castro y Bernie Sanders. Foto: Crédito: The Sun Best

Por Chris Vázquez

HAVANA TIMES – Sin saber lo que sucedería el domingo antepasado, tuiteé que “los frutos de la Revolución Cubana están podridos”. Luego, en un episodio de 60 minutos, Bernie Sanders defendió los comentarios positivos que había hecho en apoyo a Fidel Castro y a la Revolución Cubana de 1959, en una entrevista que se le realizara en 1980, en la cual dijo al periodista Anderson Cooper: “Estoy totalmente en contra de la naturaleza autoritaria de Cuba, pero bueno, es simplemente injusto decir que todo es malo”.

En aquel momento Sanders promocionó los laureles del programa de alfabetización masiva llevada a cabo por Castro, así como la educación y la atención médica gratuitas implementadas en Cuba, como las únicas razones por las cuales no se había desarrollado un levantamiento popular contra el Gobierno cubano en los primeros años de la Revolución.

Uno podría pensar que la reacción de los cubanoamericanos a la proclamación de Bill de Blasio de Viva la Revolución, después de aterrizar en Miami hace unos meses, sería más que suficiente para disuadir a cualquier candidato -con esperanzas de ganar en la Florida- de realizar comentarios tan atroces en apoyo al movimiento que los obligó a exiliarse en primer lugar -pues al parecer no es así.

Desde mi punto de vista, aquí hay dos cuestiones en juego: el elogio de Sanders y su evidente admiración por Fidel Castro, y su defensa de los méritos sociales de la Revolución Cubana, los cuales mencionó. Aunque eso es extremadamente difícil de hacer, debido a las reacciones apasionados que provocan en tantos refugiados que huyeron de la Cuba de Castro, me gustaría examinar los problemas por separado. La razón es que la primera idea es más una cuestión subjetiva de opinión, mientras que la segunda puede evaluarse de manera objetiva y se vincula directamente con mi tweet sobre los frutos podridos de la Revolución.

1 – Bernie defiende sus elogios hacia Fidel Castro

Recuerdo que durante la carrera presidencial de 2016, un pinzón aterrizó en el podio de Bernie Sanders, en su mitin en Portland. Entonces, Bernie hizo un comentario a sus seguidores presentes sobre el pájaro, diciendo que el pinzón era en realidad una paloma disfrazada y que había un simbolismo en juego.

Lo más probable es que se estaba refiriendo a la paloma que aterrizó en el hombro de Fidel Castro, durante su discurso de 1959 en La Habana, solo siete días después del triunfo de la Revolución. Supersticiosos por naturaleza, la multitud de decenas de miles de cubanos estalló en vítores: Castro había alcanzado el estatus de Dios entre sus seguidores. No es secreto para nadie que Sanders ha reflejado su admiración por el líder revolucionario, al comentarlo varias veces a lo largo de los años y al defender su posición en el programa 60 Minutes.

La gente formará sus propias opiniones sobre la admiración de Bernie por Fidel, así que me percato de que no hay mucho espacio para el debate aquí. Sin embargo, considero que idolatrar a un dictador narcisista y autoritario que incumplió sus promesas, eliminó las elecciones libres, nacionalizó negocios, ejecutó inocentes en nombre de la “justicia revolucionaria” y encarceló a otros miles más sin el debido proceso, es censurable e insultante para los 1,5 millones de cubanoamericanos que viven en un estado que Sanders espera ganar; sin mencionar que la mayoría de esos cubanoamericanos están allí como refugiados políticos de un régimen liderado por el hombre que Bernie elogió. Dada la naturaleza subjetiva del tema, no hay mucho más que pueda decir aquí.

2 – Bernie elogia los méritos sociales de la Revolución

En cuanto a esto puedo decir que los frutos de la Revolución Cubana existen, pero están podridos, debido a que ya no sirven a las personas para las que fueron creados. ¿De qué sirve la educación y la atención médica gratuitas si ninguna de las dos se traduce en una mejor calidad de vida?

La Revolución de Castro abogó por una reforma progresiva, pero la naturaleza absolutista de su movimiento contaminó sus contribuciones sociales.

Según lo planteado por los rebeldes en el Manifiesto de la Sierra, la Revolución Cubana era increíblemente progresista para su época y enormemente popular entre la población, principalmente debido a la corrupción imperante dentro del Gobierno cubano en ese momento.

Fulgencio Batista, el dictador a quien Castro derrocó, dormía en la misma cama con el Gobierno de los Estados Unidos y con la mafia estadounidense. Batista autorizó a los funcionarios gubernamentales para que abusaran de la autoridad de sus oficinas y obtuvieran ganancias financieras, y a menos que usted se beneficiara directamente de esa desenfrenada corrupción, usted quería un cambio.

Entonces, al contrario de las limitadas narraciones cuasi oficiales que se formaron en el exilio sobre Cuba en la década de 1950, la Isla no estaba exenta de problemas. La Revolución Cubana, por lo tanto, fue vista como un síntoma y un antídoto ampliamente respaldado por los problemas que enfrentaba el país. La Revolución de Castro abogó por una reforma progresiva, pero la naturaleza absolutista de su movimiento contaminó sus contribuciones sociales.

La Campaña de alfabetización

El hecho es que Fidel Castro se preocupó más por sí mismo que por el avance social de su pueblo. En abril de 1961 cerró todas las escuelas del país, durante ocho meses, para que el plan de estudios pudiera ser “reestructurado” y fuera ajustado a los ideales revolucionarios: las escuelas privadas nunca más volverían a abrir en la Isla.

Luego, Castro instituyó y armó la campaña de alfabetización -igualmente alabada por Bernie Sanders- para adoctrinar a la juventud cubana en su ideología revolucionaria. Los estudiantes debían ser pioneros de la Revolución, aspirando a “ser como el Che” en todo lo que hicieran, incluso aunque eso significara espiar a sus padres en nombre de la Revolución.

El aumento de la alfabetización cubana después de 1959 tuvo un alto precio. El individualismo y el pensamiento crítico fueron sacrificados en nombre de la conformidad social, y el esfuerzo personal y el logro pasaron a un segundo plano de la lealtad devota en la nueva Cuba.

Temiendo que el Estado asumiera la tutela legal sobre sus hijos, muchos padres cubanos se apresuraron a sacarlos de la Patria, en lo que se conocería como la Operación Pedro Pan. A lo largo de 1961, el mismo año en que se implementó la campaña de alfabetización, aproximadamente 14 mil niños cubanos fueron montados en aviones con destino a los Estados Unidos, en lo que fue el mayor éxodo de menores no acompañados en todo el hemisferio occidental.

Si nada de esto es aún suficiente para demostrar la naturaleza corrupta de la campaña de alfabetización de Castro y la reorganización que él hiciera del sistema educativo nacional, examinemos, entonces, los datos de alfabetización antes de 1959.

En 1950, casi una década antes de la llegada de Fidel Castro al poder, Cuba contaba con una de las tasas de alfabetización más altas de toda América Latina, según la Unesco. Con casi un 78 por ciento, la Isla estaba a la par con Costa Rica y Chile, dos de los países más exitosos de América Latina, que actualmente también cuentan con casi el 100 por ciento de alfabetización, sin la pérdida de libertades humanas básicas, conflictos económicos y adoctrinamiento comunista.

La artista cubana Tania Bruguera lo resumió de una mejor manera cuando dijo: “Sí, nos enseñaron a leer y escribir, y luego nos prohibieron leer lo que queremos y escribir lo que pensamos”.

Foto: Sven Creutzmann / Polaris

Servicios de salud

Si bien la isla caribeña tuvo gran cantidad de problemas antes de la Revolución, no se puede refutar que ya había liderado la región en métricas clave de atención médica antes de 1959, tal como lo había sido en alfabetización: los números no mienten.

La investigación realizada por el especialista cubano Carmelo Mesa-Lago muestra que Cuba lideró a América Latina en baja mortalidad infantil durante la mayor parte de la década de 1950. A la par, en 1959 estaba al frente de casi todos los países de la región en cuanto a esperanza de vida. Según las estadísticas oficiales publicadas por el Gobierno cubano, cuya credibilidad a menudo es cuestionada, la esperanza de vida en la Isla hoy es esencialmente la misma que en las prósperas Costa Rica y Chile, dos naciones que Cuba superó en la esperanza de vida en dos y siete años, respectivamente, en 1960.

La triste realidad es que hoy los médicos cubanos no son valorados por sus habilidades. Carecen de incentivos para ir a trabajar, ya que se les pagará independientemente de lo que hagan, y sus escasos salarios estatales fomentan la aceptación de sobornos para atender pacientes.

Aunque no es necesariamente la norma, la naturaleza distópica del sistema cubano incentiva aún más a los médicos a robar en sus consultas y vender lo que puedan en el mercado negro, que en Cuba consiste en pasta de dientes y tampones, en lugar de drogas y armas. Si son asignados a cumplir una misión médica en el extranjero, los médicos deben dejar atrás a sus familias; deben entregar hasta el 70 por ciento de sus salarios, y frecuentemente son utilizados para apoyar los fines políticos del gobierno cubano y sus anfitriones aliados.

Según la información presentada, está más que claro que existen muchos problemas con la situación actual de la educación y la atención médica en Cuba. Sin embargo, no perdamos el bosque por los árboles aquí: Fidel Castro hizo lo que hizo para garantizar la preservación de su Revolución y promover la imagen de Cuba a nivel internacional, intentando enmascarar los atroces abusos contra los derechos humanos que llegaron acompañados con un paquete de medidas con las reformas.

Hasta el día de hoy, Cuba continúa promocionando su excelente capacidad para desarrollar capital humano a través de su sistema educativo. Luego despilfarra ese mismo capital suprimiéndolo en casa a través de la eliminación de incentivos, obligándolo a mudarse al extranjero o desperdiciarse.

Entonces, nuevamente les pregunto: ¿de qué te vale la educación gratuita si tu título no te sirve para alimentar a tu familia? ¿Si tu casa derrumbada podría incluso colapsar de un momento a otro? ¿De qué sirve la atención médica gratuita si los hospitales carecen de camas y suministros básicos? ¿Si tienes que pagar para hacer diez viajes en autobuses públicos atestados de usuarios antes de que finalmente puedas llegar a ver a tu médico?

No te dejes atrapar por las minucias. En su forma actual, los avances sociales del movimiento de Fidel Castro no sirven a las personas para las que fueron destinados a servir: los frutos de la Revolución Cubana están podridos.
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“Para contactar con Chris Vazquez sigue: @cubanochris_ en Instagram y Medium.com.”

One thought on “Bernie Sanders se equivocó al defender a Fidel Castro

  • Sander ignora olímpicamente el costo humano, el costo social, el costo que como ciudadanos todos los cubanos hemos tenido que pagar y que continuamos – repito -continuamos pagando sesenta años después por esas reformas. Nada de lo que pueda haber hecho Fidel Castro, absolutamente nada, justifica ese costo. Los resultados están a la vista.

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