Amor interracial en Cuba
Irina Pino
HAVANA TIMES — Sus primeras palabras fueron: “me acosté con un negro”. Esa frase a rajatabla me dejó estupefacta, viniendo de mi amiga Ana y tal como la conozco. Quise seguir indagando, pero noté que a ella le era embarazoso hablar del asunto.
Después de algunas semanas me la encuentro en una exposición de una galería en La Habana Vieja y la invitó a tomar chocolate. Mientras las tazas humeantes se enfriaban un poco, decidí tocar el tema. Esta vez tuvo el valor de contar su experiencia.
Se habían conocido durante el Festival de Nuevo Cine Latinoamericano, conversaron antes de ver la película y continuaron después que finalizó. Me confiesa que la plática era interesante y coincidían en gustos estéticos, y en el arte en general. Una simpatía mutua había surgido entre dos personas.
Cayó en una especie de influjo de besar, de abrazar al joven, pero algo en su cabeza le decía que eso estaba mal, que cómo le iba a gustar esta clase de hombre, si toda su vida, en su casa, con su familia, le inculcaron odio y rechazo a esta raza, incluso su madre le preguntaba cuando venían compañeros de curso a estudiar, si eran todos blancos como ella.
Esa semilla de discriminación estaba muy bien sembrada en su conciencia, y a pesar de no sentir odio hacia los negros, nunca se planteó una relación amorosa con ninguno, ni siquiera mulato. Entonces qué hacer ante semejante dilema: ceder ante la pasión, o dejar que los prejuicios se hicieran más arraigados.
Quedaron en verse, y después tuvieron dos o tres citas. En una de estas se hallaron solos en la casa de él, y pasó lo que tanto había sido evitado toda su vida. Tuvo sexo con una persona negra, y fue tal su desconcierto al percatarse que experimentaba placer, –como si lo hubiera hecho con un blanco–; era una cosa que no tenía que ver con la diferencia de sus pieles, algo totalmente conectado a lo espiritual.
Ya en la calle, cuando tomaron el ómnibus, él quiso abrazarla, acercarse a ella, pero instintivamente se alejó, y con el rabillo del ojo observó a la gente que estaba alrededor, preocupada de lo que pensarían de su comportamiento, de aquella relación entre “ellos”. Desde los días siguientes evitó sus llamadas, sus encuentros. Lo borró, como si hubiese sido algo irreal.
De esa historia no he querido sacar conclusión alguna, solo expresar como nos pueden hacer un daño irreversible nuestros padres, nuestra familia, en los medios masivos, y hasta en las mismas escuelas. La segregación nunca ha dejado de existir. Pero en el amor no debe haber segregaciones de ningún tipo. ¿Tendrán color las almas?
Soy negro y en los años 90, trabajaba conmigo una muchacha blanca como la leche, que su expresion preferida era “pa negro los zapatos”. Aquello me molestaba, no por la frase, sino por el tono despreciativo que lo decia. Me propuse darle una lecciòn y demostrarle que eramos iguales, pero de diferente color. Estreme mi amabilidad con ella, comence a enamorarla, le regale frases dulces, flores, versos, cariño, atenciòn, una buena conversaciòn y empezo a ceder. Me le hice algo imprescindible, me converti en su sombra y confidente,debo reconocer que a mi tambien me fue gustando, porque era en el fondo buena persona y agradable. El roce termino la idea original. Nos hicimos novios, primero a escondidas, hasta que tuvimos sexo. Cuando estabamos unidos justo a la mitad del cuerpo y ella se retorcia de gusto, le recorde: Tu no decias que pà negro los zapatos, me respondio: Estaba equivocada. Duramos dos años y fue por mi no por ella. Al final me celaba delante de cualquiera y me reclamaba cuando no la abrazaba en la calle, no he conocido mujer mas celosa que ella, me la formaba donde quiera, sin pena a los demas, ya no le importaba, si yo era un tizon o una tiza. Aun cuando nos vemos, recordamos con nostalgia aquella epoca, en que ella aprendio que el alma no tiene color. Esta es una historia totalmente real, mas aca en el tiempo, he percibido algunos rasgos de racismo de ambas partes, porque a veces el racismo esta en nosotros: Los negros.
Excelente Iri
Irina, cuando las almas son nobles no deben tener color.
me encanto tu relato yoel
El racismo,de cualquier tipo,porque en mi opinion existe el politico,el religioso,el de grupo etc etc,es parte innegable de esa estupidez de la que todos tenemos un poquito..Quien no se ha creido superior por ser hombre,mujer,joven,inteligente,con diploma,por el dinero,las amistades,las parejas etc etc??
Gracias ana.
Una de cosas que me gusta y distingue a HT, es que a diferencia de otros blogs se toca regularmente el tema racial tan importante en Cuba. Mi único comentario es sobre el Titulo. Lo que nos narra Irina yo lo llamaría relaciones sexuales, no Amor. La historia es algo que pasa diariamente en muchas Universidades y discotecas en el mundo. A veces sin existir ni siquiera los dos días de cortejo. Esa misma noche, interracial o no. Para que exista amor tiene que haber algo mas aparte de caerse bien y atracción física. No creo que Ana lo llamaría amor, probablemente tampoco el muchacho. De ser así, seria un amor bastante descafeinado. El amor es un sentimiento mas profundo. Si algo sabemos con certeza es que cuando existe amor de verdad, las parejas brincan todo tipo de barreras sociales, aun las raciales. Tampoco Cuba es Sudáfrica.
Bonita o fea historia pero real. No es importa si es amor o sexo, en todo caso los dos son construciones culturales como mismo la ” raza”. Abrazos y feliz anyo nuevo
en verdad existe mucho razismo hasta en el extranjero,
en tiempos como estos,,
el amor nace en la cama como todas las cosas,,
y para que hablar,,
mas vale morir de alegrias y hacer lo que deceas envez de decir porque no lo hice y recordarte siempre.
buen 2014 a todos.
Muy bueno interesante y refrescante el articulo ,esa realidad existente no solo en Cuba a pesar del origen multietnico y multiracial de la cubanidad,originada de la mezcla fundamental de espanoles, africanos y chinos, si no tambien traspolada a otros escenarios donde cubanos como yo residimos ,mencionese Miami ,Madrid, Barcelona ,Roma ,Paris o cualquier ciudad donde nos encontremos es una viva esecia del prejuicio que se arrastra tabues sociales y familiares ,pero algo si es cierto cuando en una relacion crecen sanos sentimientos es inevitable que el cafe y la leche se unan para disfrutar el cafe con leche y aun mas, es innegable que a muchos nos gusta ese sabor .
El prejuicio racial esta presente en blancos y tambien en negros por razones culturales,y frases como la que sigue es muestra de ello desde antano , en que por ejemplo se decia entre muchas otras frases popularmente.”EL MULATO ES LA ENVIDIA DEL NEGRO Y LA PREOCUPACION DEL BLANCO” y la cito porque siendo yo mulato, con ascendencia de espanol, negro y chino , he vivido y experimentado ese sentimiento repulsivo de que por ignorancia no se respete a las personas por su valores, honestidad ,profesionalidad,cultura y decencia hasta que el decursar de la vida nos hace deomstrar tan tamana estupides.
Como resultado de la mezcla de las razas es excepcional la belleza humana que se origina y mi prueba es una encantadora descendencia de incalculable belleza, que aun en estos tiempos mas presentes sigue encantando a todos por por igual ,arrebatando pasiones e iluminando y alegrando al mundo.Por eso mi recomendacion,HAGAN COMO ANA , EL PERSONAJE DECENTRAL DEL RELATO ,PRUEBEN QUE NO SE ARREPENTIRAN…..
Saludos a Irina ,me gusto tu forma de escribir y ya tienes a un nuevo seguidor ,Un mulato de Miami.
Bernard, gracias por tu apoyo y comprensión. En Cuba no hay blancos verdaderos, eso es lo mejor que tiene este país: ¡una mezcla maravillosa!
Soy blanco como la leche. Rubio y de ojos claros. La primera mujer con la que me accost;e fue una negra de trece anos. Yo tenia catorce. Era bellisima y negrisima. De talle juncal. El dia que me fue a presenter a su abuelita, a la senora le dio un patatuz. Fue el fin.
Yo amo a las mujeres. El amor se encuentra por afinidad y no por raza.