Amnistía para los presos políticos cubanos del 11J

HAVANA TIMES – Con las elecciones de 1954 el régimen de Fulgencio Batista, para dotarse de una aparente legalidad democrática y tras varios indultos a opositores, anunció una amnistía de los centenares de presos políticos encarcelados en cárceles cubanas, pero la lista de los posibles excarcelados excluía a Fidel Castro y el resto de los asaltantes al cuartel Moncada el 26 de julio de 1953.

Las protesta ante la exclusión, iniciada por los familiares de los Moncadistas, se transformó en una formidable campaña nacional apoyada por diversos sectores de la sociedad. La presión popular creció día a día. Dentro del marco de la limitada libertad concedida por la tiranía, gran parte de la prensa radial y escrita, proclives a obtener mayores audiencias ofrecieron sus espacios a los partidarios de la excarcelación sin condiciones, lo que contribuyó a generalizar aún más un estado de opinión favorable a la amnistía.

Excarcelacion Fidel Castro en 1955.

Finalmente, la presión generalizada rindió frutos, se dictó la amnistiá reclamada y el día 15 de mayo de 1955 los prisioneros de los eventos del 26 de julio fueron liberados y con lo mismo el régimen, sin saberlo, firmaba su sentencia de muerte. La represión desatada, encubierta y no tan encubierta, solo hizo crecer el sentimiento de que no existía vía democrática para devolver la institucionalidad a la república, dejando solo la opción de la lucha armada.

En el presente, a 69 años de la amnistiá concedida, familiares de los presos políticos por los eventos del 11 de julio del 2021 presentaron una demanda para tramitar una ley de amnistía a la Asamblea del Poder Popular.

Las manifestaciones del 11 de julio del 2021 surgieron espontáneamente a partir de las duras condiciones de confinamiento, desabastecimiento y miseria generalizadas durante la pandemia de Covid-19 desde el pueblo San Antonio de los Baños, al sur oeste de la capital y pronto se extendieron a decenas de pueblos de la geografía nacional.

Protesta del 11J de 2021.

Las protestas comenzaron de manera pacífica con los reclamos de “Patria y Vida”, “Abajo el comunismo”, “Libertad”, entre otras consignas antigubernamentales. En un principio los órganos represivos de la tiranía que esclaviza a Cuba hoy se abstuvieron de reprimir, limitándose a ser meros espectadores mientras la gente marchaba por las calles; los policías esperaban “órdenes de arriba”.

No fue hasta que el Presidente de la República de Cuba, Señor Miguel Díaz-Canel, en presentación pública por todos los medios radiales y televisivos, incitó al enfrentamiento al decir abiertamente que la calle “es de los revolucionarios” y “la orden de combate está dada”, que las protestas se convirtieron en violentas teniendo lugar enfrentamientos con piedras entre los manifestantes y grupos adeptos al régimen, organizados en las tristemente conocidas “brigadas de respuesta rápida”.

Es importante señalar que las brigadas de respuesta tapida también estaban armadas con piedras, más hierros y palos que usaban como armas contundentes, amen de estar dirigidas por oficiales del Ministerio del Interior vestidos de civil y más de uno de sus integrantes ser miembros de tropas especiales altamente entrenadas.

Junto con los enfrentamientos también tuvieron lugar diversos hechos vandálicos, donde tiendas y mercados estatales fueron asaltados por manifestantes, en más de un caso incitados por infiltrados de los órganos de inteligencia para desvirtuar el verdadero carácter de  las protestas.

Represión del 11 de julio de 2021. (CNS Photo/Reuters)

La respuesta policial fue implacable en contra de los manifestantes.  Durante varios días todas las fuerzas represivas del MININT se volcaron a las calles, fundamentalmente Tropas Especiales, con perros agresivos que no dudaban en lanzar contra el pueblo, dando golpes y hasta realizando disparos de armas de fuego contra la muchedumbre. Luego de aplacadas las protestas callejeras comenzó un proceso de búsqueda y captura de manifestantes casa por casa basados en delaciones y videos filmados durante las protestas.

Los manifestantes apresados fueron sometidos a brutales golpizas, amenazas y humillaciones en diversos centros de detención dentro de los que destaca Villa Marista, sede de la tristemente notoria policía política del régimen. Los detenidos, mayoritariamente jóvenes, fueron luego sometidos a juicios en los que no hubo ninguna garantía procesal y fueron condenados a penas que van desde un año de privación de libertad hasta los treinta. Todos fueron juzgados por delitos comunes como desorden público, vandalismo  y sedición, dejando de reconocer cualquier matiz político dentro de las protestas.  

Luego de más de dos años de los tristes acontecimientos permanecen encarcelados más de 790 de estos presos, siendo considerados presos políticos por diversas organizaciones defensoras de los derechos humanos, por la Union Europea y por, lo que es más importante, el propio pueblo.

Brigadas de respuesta rápida

Precisamente familiares de más de una treintena de estos presos, apoyados por varias organizaciones pro- derechos humanos y disidentes, presentaron a finales de enero la petición de una ley de amnistía para lograr su excarcelación incondicional, sin venganza y con una salida política, a la Asamblea del Poder Popular, el Parlamento cubano, petición similar a la que ha sido presentada por el Vaticano y varios gobiernos europeos.

Como sucede siempre que se presentan al gobierno peticiones que no parten desde el mismo poder o de organizaciones civiles pertenecientes al mismo, dígase CDR, FMC o alguna otra adepta del régimen, dicha petición fue denegada sin dilación esgrimiendo diversos motivos.

El sábado 10 de febrero el parlamento cubano se expresó acerca de dicha petición declarándola como improcedente. La declaración la realiza en base a que no reconoce el carácter político de las manifestaciones ni de los privados de libertad declarándolos presos comunes, contrarrevolucionarios y financiados desde el exterior con la finalidad expresa de dar al traste con el caduco sistema socialista, imperante desde 1959.

Parlamento cubano.

Al igual que el régimen de Fulgencio Batista, el actual cierra cualquier vía negociada o democrática para la conciliación nacional. ¿Es que acaso le temen que al igual que con la amnistía de 1955, una actual termine por derrocar al ya moribundo régimen?  ¿Asaltaron los jóvenes hoy presos cuarteles, armados y provocando decenas de muertos en ambos bandos? ¿Es al ejemplo de estos valientes hombres y mujeres que hoy sufren junto a familiares y amigos el ignominioso encierro a lo que le temen?  ¿Acaso están tensando la situación hasta el punto de convencer al pueblo de que el gobierno actual no es un interlocutor válido y razonable, dejando solo la vía del enfrentamiento directo y el derrocamiento del mismo?  ¿Está usando el régimen a estos presos como moneda de cambio en el juego geopolítico para obtener prebendas de la Union Europea y los Estados Unidos?

Hablando en términos deportivos, la pelota está del lado de la cancha del régimen, con su inmenso aparato represivo es poseedor de la fuerza, que no de la razón, le toca a él tomar decisiones que traigan alivio a tantas familias que sufren, más allá de la falta de libertades y carencias diarias del cubano, la prisión de sus hijos, hermanos y padres. El momento de traer paz y conciliación a la nación es ya, demorarlo solo puede traer funestas consecuencias.

Los familiares de los presos políticos esperan un gesto desde el poder y el pueblo, aunque no se atreve a expresarlo, los acompaña en el sentimiento.

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