Aclaraciones sobre el operativo contra migrantes cubanos en Ecuador

Por Ahmed Correa  (en Quito, Ecuador)

HAVANA TIMES — En el artículo publicado por Havana Times en relación al proceso de detención de un grupo de cubanos en el Ecuador, es necesario hacer varias correcciones.

En la madrugada del martes 6 de julio, entre las 2:30 y 3:00 am, un operativo policial, con vehículos y demás equipamiento antimotín, desalojó de manera violenta al grupo de más de quinientas personas ubicadas en el parque El Arbolito.

Es necesario aclarar, que el grupo no deambuló por días para llegar al parque del que fueron desalojados. El operativo de ayer, fue la resolución de un proceso similar ocurrido la noche del 26 de junio, cuando tropas antimotines les expulsaron, también de manera violenta, de los exteriores de la Embajada Mexicana. En este acto fueron despojados de sus partencias: carpas, cobijas, documentos y hasta pasaportes. En medio de la noche, encontraron resguardo en el parque de La Carolina en el centro norte de la ciudad. Después de varios días en este lugar, durmiendo a la intemperie, recibieron un permiso del Municipio de Quito, pero debían reubicarse en el parque de El Arbolito, cerca del centro de la ciudad.

Aun encontrándose vigente el permiso municipal, fueron brutalmente desalojados del parque. Como consecuencia de lo anterior, fueron detenidas 147 personas, entre las que se encuentran cuatro menores de edad, dos embarazadas, y varios adultos mayores. Un adolescente recibió una lesión en uno de sus brazos al momento de la incursión militar.

No es real que todos los migrantes llegaron al Ecuador de forma ilegal. En el grupo de El Arbolito, hay personas con visas vigentes, que llevan en el país más de cinco años. Personas que, en el actual contexto de crisis económica que vive Ecuador, han reorientado sus proyectos migratorios, y que tienen sobradas experiencias de rechazo y discriminación. Además, es importante destacar que el artículo 40 de la Constitución de Montecristi plantea que “No se identificará ni se considerará a ningún ser humano como ilegal por su condición migratoria.”

Tampoco es real que se haya atentado contra los bienes de la ciudad o contra la seguridad de los habitantes. No pocos ecuatorianos o cubanos, contribuyeron con donaciones de alimentos o cobijas para el grupo de cubanos. Y el permiso municipal para radicar en el parque se encontraba vigente y con posibilidades de prórroga.

Debe destacarse que tanto el Código Orgánico Integral Penal, como la vigente Constitución, detallan claramente los casos en los que puede utilizarse la prisión como medida preventiva. En ningún caso esta es aplicable como medida cautelar a la mal llamada irregularidad migratoria, que evidentemente no constituye un delito. Adicionalmente, el numeral 14 del artículo 66 de la Constitución establece que “Se prohíbe la expulsión de colectivos de extranjeros. Los procesos migratorios deberán ser singularizados.” Con lo cual la intención manifiesta del Sr. Ministro del Interior, es claramente inconstitucional.

A lo anterior se suma que las personas detenidas fueron trasladadas a una unidad de delitos flagrantes, que gestiona la resolución de delitos de manera sumaria. Teniendo en cuenta que los problemas del estatus migratorio no constituyen un delito, las autoridades del Ministerio del Interior a cargo de dicho proceso, han violado todas las reglas básicas del debido proceso.

La postura de las autoridades cubanas ante este hecho resulta igualmente condenable. Podemos no compartir el discurso político de las personas que se encontraban en El Arbolito. Podemos incluso reconocer el humanitarismo cínico de la Ley de Ajuste Cubano. Pero el silencio cómplice de las autoridades cubanas, no hace más que ratificar los límites de la reforma migratoria del 2013, que persiste en excluir a la población migrante de su ideal de nación.

Es lamentable también escuchar valoraciones que cuestionan la legitimidad de compatriotas que reclaman en el exterior derechos que no reclamaron en Cuba. Más allá de la ignorancia y la generalización que tal valoración implica, esta se pone al servicio de los más conservadores discursos que hoy alimentan la existencia de un candidato como Donald Trump, o la xenofobia detrás del Brexit.

Acusar a  los migrantes de reclamar en destino derechos que no se exigieron en origen, es una lamentable valoración que desconoce la situación de millones de seres humanos en su condición de migrantes o refugiados.

La regulación de la libre movilidad y la ciudadanía universal como principio de las relaciones internacionales en la Constitución de Montecristi, representaba un importante referente regional en un mundo donde la xenofobia y el nacionalismo fundamentalista avanzan a paso seguro. Los hechos ocurridos en la madrugada del 6 de julio, constituyen un lamentable retroceso para la lucha por los derechos de la población migrante.