Cuba: La unidad del pueblo

Fragmento de “Cuba Since the Revolution of 1959”

por SAMUEL FARBER

Foto: Caridad

HAVANA TIMES, 5 dic — El gobierno cubano justifica la negativa de permitir debates políticos fundamentales entre los candidatos en los niveles más bajos de las elecciones de la Asamblea del Poder Popular, o en cualquier otro lugar, con la tesis de mantener la unidad nacional revolucionaria.

Como el propio Raúl Castro dijo en su discurso del 26 de julio de 2009, “Cuba seguirá adelante con unidad monolítica.”63

Esta vieja consigna de unidad tiene sus raíces en los inicios de la Revolución, y se opuso al desarrollo de instituciones verdaderamente democráticas en el país.

Es interesante notar que en los primeros años después del triunfo, y antes de adoptar el modelo soviético, los líderes revolucionarios reconocieron de forma implícita la existencia de intereses y puntos de vista contradictorios, aunque insistieron en la supresión de estos en aras de la unidad.

Cuando Jean-Paul Sartre visitó a Cuba a principios del 1960 y le preguntó a Antonio Núñez Jiménez, entonces director del Instituto de Reforma Agraria, por qué no se llevaba a cabo un referéndum para validar el gobierno y su política y responder de esta manera efectiva a las críticas hostiles, el dirigente cubano respondió en forma sintomática:

“Por una sola razón…No queremos pagar por el triunfo de la Revolución, barriendo la Revolución ¿Cuál es el significado de nuestro grupo? La unidad de opiniones, unión práctica. Somos muchos en uno solo. Un solo hombre, el mismo hombre, en todos los lugares al mismo tiempo… Una nación subdesarrollada, después  de expulsar a los latifundistas, convierte la producción en el denominador común para todas las clases, en su interés común. ¿Qué sería una asamblea elegida en estos momentos? El espejo de nuestra discordia”. 64

Foto: Caridad

Para Fidel Castro, la palabra unidad ha sido un eufemismo para el poder monolítico y autocrático. Ya en 1954, casi cinco años antes del triunfo, él le escribió  a Luis Conte Agüero, quien era entonces su buen amigo:

“Condiciones que son indispensables para la integración de un momento cívico verdadero: ideología, disciplina y liderazgo. Los tres son esenciales, pero el liderazgo es básico…El aparato de la propaganda y la organización deben ser tan poderosos que destruirán a todo el que cree tendencias, camarillas o cismas, o el que se levante contra el movimiento“.65

Los puntos de vista de Fidel Castro sobre estas cuestiones tienen una afinidad electiva con los viejos argumentos rusos estalinistas que justificaron el totalitarismo monopartidista estatal de la Unión Soviética. Es importante mencionar que 38 años después de que Fidel Castro le escribiera a Conte Agüero, él expresó puntos de vista similares en relación con la Unión Soviética, en una larga entrevista con el líder sandinista Tomás Borge. Fidel criticó a Stalin en un número de aspectos, incluyendo la invasión a Finlandia y el Pacto Stalin-Hitler. Pero cuando Borge le preguntó, “según usted, ¿cuáles fueron los méritos de Stalin? Lo primero que el líder cubano mencionó fue que Stalin “estableció la unidad en la Unión Soviética. Él consolidó lo que Lenin había iniciado: la unidad partidista”.66

En comparación con Fidel Castro, el estalinismo ruso desarrolló, como era su costumbre, un argumento seudomarxista más “terminado” para justificar el estado unipartidista. Los estalinistas rusos sostenían que debido a que el socialismo había abolido la lucha de clases y unido la clase campesina y la clase trabajadora en la Unión Soviética, y ya que los partidos contrincantes se habían establecido históricamente para representar los intereses de las clases discordantes, no había necesidad de que existiera más de un partido.

La versión cubana actual, que comenzó a tener un énfasis especial durante los noventa, toma por sentada la idea soviética de la homogeneidad y la armonía de los intereses populares y los combina con su propia interpretación del pensamiento político de José Martí, el prócer fundador de Cuba.

A finales del siglo XIX, Martí llamó a todos los grupos y facciones que apoyaban la independencia de Cuba de la colonia española, a unirse bajo las banderas del Partido Revolucionario Cubano, el que fundó y dirigió para luchar más efectivamente contra  España.

El gobierno cubano dice que su pueblo debe permanecer unido en un solo partido para luchar contra el enemigo imperialista, seguir el modelo martiano y tener un solo partido. El llamado de unidad de Martí por el bien de una causa no fue único en los anales de las oposiciónes y de los movimientos revolucionarios.

Cuando Martí hablaba acerca de la unidad, él intentaba trascender los pequeños celos y las tendencias autoritarias de los caudillos rebeldes para poder formar una campaña unida militarmente, pero controlada por los civiles, contra el poder español en la Isla.

En 1891, en una resolución que fue considerada un prólogo para la fundación del nuevo partido, Martí proclamó que el nuevo Partido Revolucionario “no trabajará directamente por el poderío actual o futuro de ninguna clase, sino de la organización, en correspondencia con los métodos democráticos, de todas las fuerza activas de la patria”. 67

Martí intentó lograr sus objetivos con  métodos políticos: persuasión, educación y la creación de una organización unida que lograra la independencia de Cuba, usando las armas contra España. Él no era partidario de la represión violenta, la prisión, ni la ejecución de aquellos cubanos que no estaban de acuerdo con él y se oponían a sus esfuerzos.

Las ideas de Martí con relación a la “unidad” en la lucha contra España no tenían nada que ver con el tipo de sistema partidista, que tanto él, como otros líderes independentistas creían que debía establecerse en una nueva República Cubana independiente, mucho menos con la creación constitucional de un solo partido que prohíbiera la existencia de otros.

Tal idea no hubiera sido típica de este hombre que estaba enraizado en las corrientes progresivas y políticamente democráticas de finales del siglo XIX. 68 Históricamente, el primer intento de crear un sistema político monopartidista que controlara toda la vida de una sociedad ocurrió varias décadas después de la muerte de Martí en 1895.

Más allá de eso, el pueblo cubano, bajo el mando de los hermanos Castro, no está unido en el sentido de haber trascendido las clases sociales y muchos otros tipos de conflictos con raíces sociales y políticas, como tampoco lo estuvieron los soviéticos bajo el poder de Stalin y de sus sucesores. En realidad, no existe una clase social homogénea con un solo tipo de ideología y conciencia política. Como Leon Trotsky lo expresó sucintamente en los años treinta.

“En realidad las clases son heterogéneas, se dividen por antagonismos internos y solucionan problemas comunes solamente a través de una lucha interna de tendencias, grupos y partidos. Es posible admitir, con ciertas reservas, que un “partido es una parte de una clase”. Pero como una clase tiene muchas “partes”, y algunas miran adelante, otras miran atrás, la misma clase puede crear varios partidos. Por esa misma razón un partido puede apoyarse en partes de diferentes clases. El ejemplo de un solo partido correspondiendo a una clase, no se encontrará en toda la trayectoria de la historia política, provisto que usted no crea que las apariencias políciacas corresponden a la realidad”.69

Samuel Farber

Siempre existirán puntos de vista heterogéneos, incluso dentro de un estrato de una misma clase, debido a las inevitables diferencias de opinión de los grupos y de las personas individualmente. La historia de la Revolución cubana está llena de conflictos y diferencias dentro del mismo gobierno.

Estas diferencias pueden traer serios desacuerdos tácticos y estratégicos. Esto fue lo que ocurrió con la decisión de Fidel Castro de llevar a cabo la desastrosa campaña de los 10 millones de toneladas de azúcar de 1970, o con la estrategia anterior, adoptada bajo presión rusa, de restablecer el azúcar como la clave de la economía cubana.

Claro que el asunto aquí no es promover en balde el espíritu de “desunión” revolucionaria.  Cada líder político, revolucionario o no, intentará conseguir la unidad que apoye sus programas y decisiones. El asunto es si esta “unidad” se intentará  a través de la persuasión y otros medios políticos o por medio de métodos policiales o administrativos, tales como la prohibición constitucional de otras asociaciones o partidos políticos. Además la discusión de diferencias políticas en público fortalece la educación política popular y el potencial para la autodeterminación y la autogestión.

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Nota: Varias de las citas que aparecen en este texto fueron traducidas de fuentes en inglés.

63.   “Con unidad monolítica Cuba seguirá adelante, dijo Raúl Castro,” Diario Granma 13, no. 208 (26 julio 2009), www.granma.co.cu/2009//07/26/nacional/artic27.html.

64.   Jean-Paul Sartre, Sartre on Cuba (Westport, CT: Greenwood Press, 1974), 86.

65.   Luis Conte Aguero, 26 cartas del Presidio (Havana: Editorial Cuba, 1960), 73. Este libro fue publicado antes que Conte Aguero rompiera con Fidel Castro.

66.   Fidel Castro, Un grano de maíz (Havana: Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, 1992), 76.

67.   José Martí, “Resoluciones tomadas por la emigración cubana de Tampa y Cayo Hueso en noviembre de 1891,” in Obras escogidas, 3: 23, citado en Dimas Castellanos, Qué tiene que ver Martí con el partido único, 27 agosto 2010, www.desdecuba.com/dimas/.

68.   Manuel Pedro González e Iván E. Schulman, José Martí: Esquema ideológico (Mexico City: Publicaciones de la Editorial Cubana, 1961); and Joan Casanovas, “La nación, la independencia y las clases,” Encuentro de la Cultura Cubana (Madrid) 15 (invierno 1999–2000): 177–86.

69.   Leon Trotsky, The Revolution Betrayed (New York: Merit, 1965), 267.

CUBA SINCE THE REVOLUTION OF 1959
A Critical Assessment
Copyright Samuel Farber 2011.
(www.haymarketbooks.org)

3 thoughts on “Cuba: La unidad del pueblo

  • !!!Sencillamente … Excelente!!!

  • Muy bueno.

  • En una verdadera Democracia hay unidad en la variedad.

    Me explico. En una Democracia las instituciones representan al pueblo, del mismo modo que un dibujo representa la cara de una persona. Si dibujamos una cara sin los ojos o sin la boca, esa cara deja de representar a esa persona.

    Cuba será una Democracia cuando TODA Cuba esté representada en los órganos de gobierno.

    El problema es que en este momento en los órganos de gobierno cubano solo está representada la parte de Cuba que coincide con las opiniones del gobierno cubano. Por tanto, justamente la ausencia de representatividad hace que no exista Unión, ya que el gobierno está dividiendo al pueblo de Cuba entre los que opinan igual que el gobierno y los que opinan de forma distinta.

    Precisamente para alcanzar la Unión del pueblo de Cuba es imprescindible que las instituciones integren a la totalidad del pueblo de Cuba en toda su variedad de opiniones.

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