11J, la represión creativa en Cuba
Por Javier Herrera
HAVANA TIMES – En un país donde el presidente designado, pues jamás fue elegido sino señalado a dedo por el poder, le pide al pueblo “resistencia creativa” frente a la crisis sistémica que afecta a la nación, para lo único que muestra creatividad el régimen es para reprimir.
Un régimen tiránico, nacido por métodos terroristas, no podía ser menos una vez en el poder. La sobre vivencia de la mal llamada revolución cubana siempre ha estado signada por el terror y la represión. Pero no la represión y el terror como un fin es sí mismos, sino como método de control social, como método para acallar el descontento y la disidencia.
Comenzando por fusilamientos públicos y televisados, se sembró el miedo al estilo de la revolución francesa, para luego dar paso a métodos más sutiles, pero no menos paralizantes. La metodología represiva ha oscilado desde campos de concentración para religiosos, homosexuales, artistas demasiado libres y otros sospechosos de disentir, pasando por mítines de repudio al estilo de la Alemania nazi, las paramilitares Brigadas de Respuesta Rápida, hasta la presión a la familia para que el que piensa diferente se exilie abandonando la lucha contra el desgobierno que esclaviza a Cuba.

El 11 de Julio del 2021, el pueblo cansado del hambre y las miserias cotidianas salió a las calles a reclamar mejores condiciones de vida y al grito de Patria y Vida expresó su descontento llamando por su nombre al responsable de la situación. Fueron precisamente los barrios más pobres los que salieron a las calles a expresar sus ansias de libertad y prosperidad… fueron precisamente los barrios más pobres los que sufrieron la represión más violenta.
En esa ocasión el presidente designado de la tiranía dijo las palabras más indignas que pueda decir el presidente de una nación, abocando al pueblo a una guerra civil, palabras por las que un día deberá rendir cuentas, aunque sea ante su conciencia… si es que tiene conciencia:
“La orden de combate está dada, a la calle los revolucionarios”, dijo el dictador nervioso, asustado, casi histérico, frente a las cámaras de la televisión nacional.
Y agregó:
“Estamos convocando a todos los revolucionarios del país, a los comunistas, a que salgan a las calles donde quiera que se vayan a producir estas provocaciones, desde ahora y en todos estos días. Y enfrentarlas con decisión, con firmeza, con valentía”.
Y esa era la orden que estaban esperando la policía, tropas especiales, fuerzas armadas, delatores, brigadas paramilitares, agentes encubiertos y no encubiertos de la Seguridad del Estado y demás hienas entrenadas para comenzar la desenfrenada represión que se desató ese día y en los posteriores.

Miles de protestantes fueron detenidos y golpeados brutalmente, tanto en la calle durante su detención como en los centros de reclusión a donde eran llevados, muchos de ellos menores de edad. De los detenidos más de mil fueron condenados a penas que van desde dos o tres años de prisión hasta los 30 años por los espurios delitos de sedición, desorden público o atentado.
En especial llama la atención la acusación de atentado basada en que alguno de los agentes represivos se “lastimó una uña” mientras le propinaba una paliza entre varios a un detenido reducido y esposado, ejemplo es la acusación que pesa hoy y envía a juicio a la historiadora Alina Bárbara López y a la antropóloga Jenny Pantoja.

El atentado se produjo esta vez durante la detención de ambas mujeres, de más de 50 años ambas, durante su trayecto a la Habana para realizar una protesta silenciosa caminando en algún parque durante una hora y en solitario. Mientras varios oficiales las reducían a la fuerza y apretaban su cuello ahogándola, en lo que parece más un intento de asesinato que una detención, la antropóloga cometió el “terrible” acto de halar el cabello de una de las oficiales actuantes y por ello enfrenta un juicio donde podrían enfrentar penas desde cuatro hasta quince años de privación de libertad.
Este 11 de julio, 3er aniversario del día en que el miedo cambió de bando, la dictadura no podía ser menos y desplegó todo su arsenal represivo desde meses antes. Para disuadir de cualquier acto de protesta o conmemoración a una población hastiada que hoy huye despavorida de la tierra que los vio nacer se ha echado mano a los métodos más elaborados desde mucho tiempo antes, subiendo el nivel según la fecha se acerca.

Desde el mes pasado se hizo pública la condena a Mayelín Rodríguez Prado, conocida como “La Chamaca del Chamaco”. La joven madre de 23 años fue sentenciada a 15 años de prisión bajo los delitos de “propaganda enemiga continuada y sedición” solo por transmitir las protestas acaecidas en el barrio Pastelito, en Nuevitas, Camagüey.
En la misma causa fueron condenados por jueces espurios plegados a la tiranía otros 13 jóvenes por los delitos sabotaje, sedición, encubrimiento del delito de sabotaje, propaganda enemiga, atentado, resistencia e incumplimiento del deber de denunciar, a penas que oscilan desde los 3 años hasta los 14, recibiendo Mayelín la mayor condena. De esta forma el régimen muestra que no tendrá piedad con cualquiera que se atreva a reclamar sus derechos o a hacer públicos dichos reclamos en redes sociales y otros medios y que usará el aparato judicial como brutal método represivo.
En su arsenal represivo no podían faltar las detenciones arbitrarias, amenazas e incitación a la emigración o la cooperación con la seguridad del estado bajo amenaza de subir el nivel de represión personal y familiar. Ejemplo claro de este método es la detención del periodista independiente y activista cubano José Luis Tan, detenido el viernes cinco de julio arbitrariamente por la Seguridad del Estado en la provincia de Camagüey quien recibió amenaza de cárcel si realiza cualquier movimiento contra el régimen el próximo 11 de julio (11J).
Además de las actividades represivas desarrolladas de manera puntual contra activistas conocidos, igualmente se han desarrollado actividades más generales dirigidas contra la población completa. Dentro de estas medidas de carácter general destacan la activación de las paramilitares Brigadas de Respuesta Rápida, ubicadas en centros de trabajo y cuadra por cuadra, el aumento de la presencia policial en las principales avenidas de ciudades y barrios, el desplazamiento de camiones y equipos militares a ojos vistas, los cortes de internet y hasta la desconexión total de líneas telefónicas, la activación de Ciber Combatientes que se dedican en las redes a dar loas al régimen y desprestigiar cualquier posteo que consideren contrario a sus intereses.
Siempre dentro de un guion represivo preelaborado el régimen hace gala de creatividad para reprimir tanto física como espiritualmente al cubano, con el fin último de la auto represión, de que el miedo paralice a la víctima y esta se censure por sí misma. Pero el colmo de la creatividad llegó cuando se les ocurrió hacer público una supuesta invasión a la isla por parte de sujetos radicados en Miami, el enemigo sempiterno de la revolución.
Haciendo gala de la más desbordada imaginación, a algún estratega de la seguridad del estado se le ocurrió presentar a un único invasor capturado en noviembre pasado, durante una “riesgosa pero científicamente planeada operación” llevada a cabo por el Ministerio del Interior.
Seria digno de risa si no fuera porque con esto intentan justificar la militarización de las calles si sintieran alguna amenaza de manifestación o descontento.
En una ridícula presentación conducida por el vocero del régimen más odiado, Humberto López, se le dio publicidad al supuesto caso de la captura de un invasor durante el mes de diciembre del pasado año mediante un programa especial destinado exclusivamente a esto.
Según el programa de marras, el despreciado locutor y un fiscal presente durante la exposición como resultado de la investigación llevada a cabo por los órganos especializados del Minint, se detuvo al ciudadano Ardenys García Álvarez, quien penetró ilegalmente e ingresó a Cuba armas de fuego y municiones por vía marítima, así como a otros implicados residentes en el territorio nacional.
Como prueba fueron presentadas las declaraciones del imputado, una selfie tomada en medio de los mangles durante el desembarco e imágenes de cinco pistolas con unas cuantas municiones, así como de Ardenys practicando en un campo de tiro en los EEUU con un rifle con mira telescópica.
Como era de esperar en un país donde el régimen goza de credibilidad en números negativos los memes no se hicieron esperar en las redes sociales y hoy abundan los post donde comparan al presunto invasor con Jhon Wick u otros personajes de ficción.
La creatividad del régimen para reprimir resulta espeluznante y hoy permanecen encerrados en prisiones, bajo torturas y maltratos mas de mil presos políticos, decenas de activistas se encuentran impedidos de moverse de sus casas mediante el expedito método de poner una patrulla y un par de esbirros de la seguridad del estado en la puerta de su casa y amenazarlos con detenerlos si ponen un pie en la calles, mientras otros han sido detenidos sin causa justificada y sufren las mismas amenazas de siempre más la incitación a abandonar la lucha y exiliarse.
En casi todos los casos en que los periodistas, opositores y disidentes gozan de la poca libertad que les permite la dictadura, sus teléfonos y computadoras están hackeados e intervenidos. Sus comunicaciones están siendo interceptadas y sus líneas desconectadas de la única empresa de comunicaciones que opera en el país y que siempre ha sido cómplice de los represores.

Pero una semana antes aparece el señor presidente de la 78 sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Dennis Francis, en una visita oficial a la isla y declara que Cuba aboga “por construir un mundo mejor, inclusivo e igualitario”, exaltando de manera enfática que es una nación que promueve los Derechos Humanos.
Al parecer el diplomático de Trinidad y Tobago no hizo la tarea antes de su visita oficial, desconoce la situación real de la isla o se ha prestado descaradamente para hacerle un lavado de cara a la dictadura y blanquear la feroz represión que se ejerce sobre un pueblo hambreado y empobrecido que huye en desbandada en busca de mejores oportunidades.
Como sea, la visita del alto representante se puede enmarcar dentro de la oleada de represión exacerbada que sufre Cuba en los días cercanos al 11 de julio. Los modos de represión usados por el régimen pueden ser infinitos y dentro de ellos entra la compra, muchas veces por medio del chantaje, de políticos y diplomáticos de diversos países, convirtiéndolos en voceros de la dictadura.
Pero una vez más le recuerdo a la tiranía de La Habana que cortar las flores no detiene la primavera. Quizás no sea un 11 de julio, quizás no sea este mes, o el próximo, pero el pueblo está cansado y cada vez son más los que disienten, aunque lo hagan en voz baja, cada vez el descontento es más profundo y más general, lo que llevará tarde o temprano por dar al traste con el oprobioso régimen.
Aún hay tiempo de liberar a los presos políticos, de quitar la bota del Partido Comunista del cuello de la nación, de desmantelar el aparato represivo de las ideas, de convocar al pueblo a refundar un país para todos y por el bien de todos como quería Jose Martí. Mañana puede ser tarde y toda la mediocre creatividad represiva que despliegan puede que no alcance a contener a un pueblo con ansias de libertad y eso podría desencadenar en sangrientas y terribles consecuencias.