Wikileaks Cuba: Ecos del caso Ochoa

Redacción IPS Cuba

Arnaldo Ochoa durante su juico en el año 1989.

HAVANA TIMES 2 sep. — Un cable fechado el 6 de octubre de 1989 analiza la actitud de Fidel Castro, líder histórico de la revolución cubana, tras concluir el grave escándalo de corrupción y narcotráfico que involucró a un grupo de ex militares de alto rango del ejército y la seguridad cubanos y culminó con el fusilamiento del por entonces general de división Arnaldo Ochoa, acusado de realizar operaciones con el colombiano Cartel de Medellín.

“Fidel Castro ha realizado un largo número de apariciones públicas y discursos desde que el diario del Partido Comunista, Granma, declarara el 2 de septiembre que el caso Ochoa/Abrantes estaba cerrado e impulsaba a los cubanos a seguir adelante con las lecciones aprendidas”, refleja el cable.

Según la misiva diplomática, Castro viajó por La Habana, Matanzas y Villa Clara y, en cada caso, hizo énfasis en la misma idea: “Cuba ha emergido de estos escándalos más fuerte que nunca y estamos haciendo importantes progresos para resolver los problemas a los que nos enfrentamos”.

Durante una conferencia de prensa el 30 de septiembre de 1989, Castro declaró que transformarían los reveses en victorias. “Él intentaba mostrar que el proceso traumático de limpieza del Ministerio del Interior (Minint) haría a la organización más fuerte, más dedicada y más eficiente”, sugiere la misiva.

Algunos analistas estimaron por entonces que los graves acontecimientos facilitarían una depuración radical y efectiva de las fuerzas dirigentes del gobierno cubanos, mientras otros consideraron que evidenció fisuras y contradicciones internas en la esfera del poder, confirma un informe publicado por IPS durante ese año.

Sin embargo, el entonces presidente cubano declaró que “el Minint haría un gran trabajo y sería un instrumento muy importante de la Revolución” aunque admitió, según la diplomacia estadounidense, que “los escándalos del verano le causaron gran amargura, pero que no se dejó superar y actuó con ecuanimidad”.

A pesar del juicio y la ejecución de cuatro ex altos oficiales el 13 de julio, el gobierno de Estados Unidos no se mostró dispuesto a considerar la seriedad de Castro en la lucha contra el tráfico de estupefacientes, cuyo destino es el mercado estadounidense y su principal afectado, la juventud.

En un editorial del periódico Granma en esa fecha, vocero del gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC), se afirmó que “el gobierno cubano continuará luchando contra el tráfico de drogas por su propia seguridad nacional y no para proteger la estabilidad de Estados Unidos”.

En este contexto, el ex presidente cubano para rechazó las reformas económicas y políticas emprendidas por la antigua Unión Soviética, Polonia y Hungría. “Cuba se mantiene leal a los preceptos socialistas y está haciendo más con menos. La Habana tiene menos recursos que nunca antes y solo la mitad de las reservas de divisas que solía tener, pero la nación lo está compensando con su espíritu de trabajo”.

Además, calificó de “agresión” contra la isla el por entonces reciente lanzamiento del canal estadounidense TV Martí y aseguró en una conferencia de prensa que “Cuba tiene un espíritu de lucha muy fuerte”.

Según el representante de la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana, Castro aprovechó los discursos pronunciados en varias provincias del país para recuperar la simpatía del pueblo que, estimó, se encontraba erosionada después del escándalo de narcotráfico.

Con esta última filtración, Wikileaks revela en su totalidad los aproximadamente 506 cables enviados desde la Oficina de Intereses de La Habana.