Venezuela, Trump y los negocios petroleros con EEUU

Por Néstor Rojas Mavares (dpa)

Trump y Maduro.  Fotos: elinformador.com.ve
Trump y Maduro. Fotos: elinformador.com.ve

HAVANA TIMES – La inesperada elección del republicano Donald Trump como presidente de Estados Unidos generó una ola de incertidumbre sobre el futuro de las relaciones con América Latina, pero en Venezuela agregó dudas sobre posibles recortes en la importación de petróleo en los próximos años.

Venezuela, uno de los principales exportadores de petróleo al mercado estadounidense y severo crítico de Washington, tiene como tarea pendiente la normalización de las relaciones con Estados Unidos, que están desde 2010 en el nivel de encargados de negocios.

El presidente Nicolás Maduro lamentó que durante el mandato de Barack Obama no pudo restablecerlas al nivel de embajadores y lo intentará ahora con un Trump, quien mantuvo durante la campaña un discurso agresivo y retador.

En la pugna por la Casa Blanca, Maduro había expresado su desconfianza tanto en Trump como en su rival demócrata, Hillary Clinton, sobre sus capacidades al llegar a la presidencia.

Sin embargo, limitó su artillería discursiva a unas pocas referencias al acaudalado republicano, a quien etiquetó como pelucón (ricachón).

El analista Mariano Alba publicó en el portal de debates Prodavinci un estudio sobre lo que podría venir para Venezuela con Trump, a quien calificó como “sinónimo de incertidumbre”.

Asimismo, recordó que el magnate prometió que en su mandato Estados Unidos recortaría a la mitad las importaciones de petróleo y ofreció que el país tienda a ser totalmente independiente del crudo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), de la cual Venezuela es miembro fundador.

“Esta es quizás el área donde Venezuela podría apreciar directamente el inicio de la administración Trump, ya que se espera que los productores estadounidenses tengan más libertades para la explotación petrolera, pues la conservación del medio ambiente no estará entre las prioridades. En todo caso, los efectos se podrían ir sintiendo paulatinamente”, indicó.

Alba señaló que es posible que Trump mantenga la posición de su predecesor frente a la crisis venezolana, “(puede) tomar una posición más categórica o simplemente ignorar lo que sucede en Venezuela”.

Venezuela exporta actualmente alrededor de 700.000 barriles diarios de petróleo al mercado estadounidense y envía a China unos 500.000 como parte de pago de préstamos ya obtenidos.

Algunos analistas advirtieron sobre la posibilidad de que Trump imponga un impuesto al crudo importado, lo que afectaría las ventas venezolanas. Ya en décadas pasadas los gobiernos venezolanos han enfrentado otras amenazas impositivas.

Alba señaló además que “en principio, es muy probable que Thomas Shannon no forme parte de la nueva administración, perdiendo el gobierno de Maduro un interlocutor importante con la comunidad internacional”.

El subsecretario para Asuntos Políticos visitó Caracas recientemente como enviado de Obama para apoyar el diálogo entre el Gobierno de Maduro y la oposición, en la búsqueda de salidas a la crisis económica y política en Venezuela.

Maduro reveló que en su encuentro con Shannon habló sobre el tema energético y que le pidió transmitirle al Departamento de Energía de Estados Unidos y a los inversionistas de ese país la “conveniencia de la estabilidad del mercado petrolero”.

El presidente venezolano estuvo todo el año haciendo esfuerzos a favor de un acuerdo para reducir la producción mundial de petróleo, para ayudar a reflotar los precios del barril petrolero y llevarlos a por lo menos 80 dólares.

El barril petrolero, sostén de la economía venezolana, había caído a comienzos del año hasta cerca de 20 dólares. En medio de la catástrofe económica, Maduro realizó varias giras para convencer a sus socios dentro de la OPEP y fuera del cartel para que se sumaran a una estrategia para recortar la producción.

La OPEP logró un acuerdo el mes pasado para congelar la producción, pero ahora falta la asignación de cuotas.

Lo que parece más difícil aún es que Estados Unidos recorte el bombeo del llamado petróleo de esquistos, un factor que entró a jugar fuerte en el mercado y es parte la razón de la sobreoferta de hidrocarburos y los consecuentes precios bajos.

Maduro planteó la semana pasada que un precio de entre 70 y 80 dólares del barril petrolero es “beneficioso para el mundo”.

“Un precio de 70 dólares ya hace tiempo fue asimilado por el mercado.

Un precio de 80 dólares es beneficioso para el sistema económico del mundo. Beneficia a todas las economías y beneficia a algo que es muy importante para el mundo, la estabilidad energética”, afirmó.

Maduro sostiene la tesis de que los productores realizan el trabajo, explotan el recurso, lo refinan y luego los “especuladores” fijan los precios.

“No puede ser que nosotros (los productores) seamos los que hacemos las inversiones, hagamos la exploración, tengamos la tecnología, tengamos los trabajadores, los taladros, los oleoductos, saquemos el petróleo y cuatro especuladores parásitos del mundo digan cuánto cuesta. No puede ser”, recalcó.

Aunque en medio de la caída de los precios Maduro dijo que Venezuela tenía que buscar un modelo distinto al de la renta petrolera para sostener su economía, espera que los precios aumenten a fines de 2016 por los acuerdos entre productores.