Valeska Sandoval: “Varios policías me golpearon amarrada”

Valeska Sandoval con la bandera de Nicaragua junto a otros universitarios atrincherados en la UNAN-Managua en el 2018.  Foto: Carlos Herrera | Confidencial

El sábado 24 de abril fue reportada como desaparecida y el lunes posterior apareció con señales de tortura en su cuerpo. Señala a la Policía orteguista

Por Vladimir Vásquez (Confidencial)

HAVANA TIMES – A Valeska Sandoval la Policía orteguista la torturó durante un fin de semana completo luego que fuera capturada en las inmediaciones de Metrocentro cuando realizaba unas compras junto a otra amiga. No le dieron ningún tipo de justificación y el lunes una patrulla llegó a tirarla a la calle donde sus familiares luego de haberla golpeado en todo el cuerpo.

Según relató Sandoval a CONFIDENCIAL, el sábado 24 de abril, una persona vestida de civil la estuvo siguiendo en el centro comercial Metrocentro mientras ella realizaba unas compras. Antes de eso, expresó que se iba a reunir en ese lugar con unos amigos para realizar piquetes exprés, pero que los demás no se presentaron.  Luego, cuando esperaba un taxi una oficial de policía la tomó de la mano y le dijo que iba detenida sin darle ninguna justificación.

Posteriormente un grupo de antimotines llegó al lugar, la esposaron y se la llevaron en una patrulla junto con otros dos jóvenes que ella asegura no sabe quiénes eran ni qué les ocurrió después de haberlos visto en el vehículo.

“Me golpearon alrededor de dos o tres policías. Varones. Mientras me tenían amarrada. No me dieron ningún tipo de explicación, siempre pregunté por qué estaba allí y nunca llegó nadie a darme ninguna explicación”, relató Sandoval.

Durante el fin de semana, Sandoval fue golpeada salvajemente por varios policías, que también la patearon y le aplicaron tasers, pistolas eléctricas que se usan para detener a fugitivos. Lo único que le preguntaron fue qué había dicho en Estados Unidos cuando viajó para pedir asilo en julio de 2020, pero que fue deportada por el gobierno de Donald Trump en aquel entonces. 

Torturada, perseguida, deportada

Ella estuvo entre el grupo de estudiantes de la Unan Managua que fueron atacados por paramilitares y policías mientras se habían atrincherado dentro de esa universidad. El video se hizo viral en redes sociales en julio de 2018 mientras ella repetía: “Mamá, mamá, perdoname. Salí a defender mi patria. ¡Te amo, oíste!.

Un mes antes, en junio, ya había sido capturada por grupos de paramilitares y también sufrió torturas. Le arrancaron la uña de uno de sus pies, y fue abandonada junto con Bryan Miranda y Gretchel Miranda en la Cuesta El Plomo, en Managua.

Posteriormente hubo controversia alrededor de su figura. Algunos la tildaron de infiltrada del Gobierno en las trincheras de la Unan y hasta hoy, algunos todavía alegan que ella entregó información a las autoridades que llevó a la captura de varios jóvenes que se encontraban en la universidad atrincherados. Un video publicado por medios oficiales y compartido por simpatizantes del régimen es la prueba que muchos necesitan para sostener sus acusaciones en contra de Sandoval.

Sin embargo, ella se ha defendido alegando que fue víctima de torturas y que fue obligada a leer las acusaciones que hizo ese día, entre ellas, señalando a miembros del MRS de estar involucrados en las trincheras.

La torturaron simulando ahogarla

Esta última vez que fue capturada el 24 de abril también sufrió torturas. “Antes de que me llegaran a dejar (a casa de mis familiares) no recuerdo el transcurso del viaje, me desamarraron y me pusieron esposas y después de eso empezaron a meter mi cabeza en un tanque de agua una y otra vez hasta que perdí la conciencia”, es lo último que recuerda la joven.

Sus familiares le contaron que escucharon que alguien gritó en las afueras de la casa: “aquí está la zorra esa”, y la dejaron tirada en la calle. Cuando despertó, había terminado la pesadilla, por ese breve momento.

Sandoval dice que no se siente segura. Intentará buscar asilo en otro país que no menciona, pero que intentará viajar otra vez porque ya no puede estar aquí ni vivir tranquila. Pero aun que debe estarse escondiendo constantemente, según relata.

“Por supuesto que sí estoy en riesgo, porque a raíz de todo esto cabe recalcar que la persecución aumentó y estoy segura que la próxima vez que las personas logren capturarme ya no voy a poder contar la noticia porque voy a ser un femicidio más en Nicaragua”, dijo la exatrincherada, quien cree que va a vivir una mayor persecución ahora que contó lo que ocurrió en la cárcel El Chipote.

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