Suecia admite fallos en su estrategia contra la covid-19, ¿y Nicaragua?

Una calle peatonal de Estocolmo. Foto: EFE | Archivo

“Nicaragua es el mismo ejemplo que Suecia, pero entre los países en desarrollo”, afirma el Gobierno en su “libro blanco” sobre la pandemia

Por Confidencial 

HAVANA TIMES – Suecia admitió fallos en su estrategia contra el nuevo coronavirus y advirtió que debieron haber adoptado restricciones más duras para reducir la tasa de mortalidad. El modelo sueco es el ejemplo que ha seguido el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo para combatir la covid-19 en Nicaragua.

En público y en privado, los orteguistas se remiten al manejo sueco para justificar su negativa a la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), sobre una cuarentena obligatoria. “Nicaragua es el mismo ejemplo que Suecia, pero entre los países en desarrollo”, afirmó el régimen en su “libro blanco” sobre la covid-19.

“Nicaragua y Suecia representan alternativas al lockdown (cierre total) en un país en desarrollo y un país desarrollado, respectivamente”, subrayaron en ese documento.

Suecia, un país de unos diez millones de habitantes, ha adoptado desde el comienzo una estrategia más suave que la mayor parte de países europeos, con muchas recomendaciones generales apelando a la responsabilidad individual para proteger a los grupos de riesgo, a la vez que ha ido introduciendo restricciones a la vida pública.

Más muertos que los vecinos

La estrategia sueca ha sido criticada por varios vecinos europeos, pero está vez el juicio vino de adentro. El epidemiólogo jefe de la Agencia de Salud Pública, Anders Tegnell, aseguró que Suecia debió haber tomado más medidas al inicio de la pandemia de coronavirus, y reconoció que ha muerto demasiada gente demasiado pronto.

“Suecia es uno de los pocos países que fue cerrando más y más, el resto empezó con mucho a la vez. El problema es que no se sabe qué medidas tienen más efecto, probablemente lo sabremos cuando empecemos a levantarlas”, afirmó Tegnell, cabeza visible de la estrategia más suave del país escandinavo.

Suecia ha registrado 38 589 casos y 4468 muertos, con un índice de 43.2 fallecidos por 100 000 habitantes, muy superior a la del resto de vecinos nórdicos: en Noruega se reportan 237 muertos; en Dinamarca, 580; y en Finlandia, 320, según una publicación del diario El País de España.

El epidemiólogo jefe de la Agencia de Salud Pública de Suecia, Anders Tegnell. Foto: EFE

“Si nos enfrentásemos a la misma enfermedad sabiendo lo que sabemos hoy, creo que acabaríamos haciendo algo a medio camino entre lo que Suecia hizo y lo que hizo el resto del mundo”, señaló este miércoles Tegnell en una entrevista a la emisora pública Radio de Suecia.

Tegnell habló de “potencial de mejora”, aunque se mostró inseguro sobre si la solución habría sido tomar más medidas y durante más tiempo, todas a la vez o cuáles.

En su “libro blanco”, el orteguismo garantiza que “con la creciente salida de los ‘cierres’, todos los países del mundo van a tener que combinar la defensa ante el coronavirus con el funcionamiento de la sociedad, tal como Nicaragua y Suecia han hecho desde el principio”.

Sin punto de comparación

Pese a que el régimen insiste en comparar su estrategia con la sueca, médicos y científicos independiente han alertado que no hay puntos de similitud. El biólogo molecular y vicepresidente de la Academia de Ciencias de Nicaragua, Jorge Huete, en el artículo “Hacerse el sueco con el coronavirus: la ignorancia al timón”, publicado este 27 de mayo, en CONFIDENCIAL, señaló que “resulta más que absurdo comparar a Nicaragua con Suecia. Ambos países se encuentran diametralmente distantes en cuanto a sus indicadores esenciales de salud”.

Detalló que “Nicaragua cuenta con nueve médicos por cada diez mil habitantes, mientras Suecia cuenta con 40, más del cuádruple. El gasto per cápita en salud en Nicaragua es de 192 dólares norteamericanos (incluyendo el aporte del paciente), mientras que en Suecia es de 5905 dólares, más de 30 veces el de Nicaragua”.

El régimen no menciona que Suecia cerró institutos y universidades —pero no guarderías ni escuelas ni restaurantes—, además que prohibió las visitas en las residencias de ancianos y ha limitado las aglomeraciones de personas permitidas a 50.

El Parlamento sueco aprobó además en abril una ley temporal de urgencia que permite al Ejecutivo cerrar puertos, aeropuertos, estaciones de tren, centros comerciales y restaurantes, además de redistribuir material y medicinas sin pasar por la Cámara, pero esta normativa, vigente hasta junio, no ha sido puesta en práctica.

Investigación del modelo sueco

El primer ministro de Suecia, el socialdemócrata Stefan Löfven, anunció para el próximo verano una investigación sobre la gestión de la emergencia sanitaria, según un periódico local.

“Necesitamos adoptar un enfoque general para ver cómo ha funcionado [la gestión] a nivel nacional, regional y local”, dijo Löfven. “Debemos admitir que la parte que se ocupa del cuidado de ancianos, en términos de propagación de la infección, no ha funcionado. Es obvio. Tenemos demasiadas personas mayores que han fallecido”. Alrededor de la mitad de fallecidos por la covid-19 en el país escandinavo lo ha hecho en residencias de ancianos, según El País.

En el frente económico, la estrategia tampoco dejará buenos resultados. La ministra de Finanzas, Magdalena Andersson, advirtió recientemente que Suecia se enfrenta a su peor crisis económica desde la Segunda Guerra Mundial, con un PIB que se desplomará un 7% en 2020.