HAVANA TIMES (dpa) — La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, pidió disculpas públicas hoy al médico cubano Juan Delgado, quien enfrentó insultos de brasileños al llegar al país para actuar en áreas periféricas donde son más precarios los servicios de salud.
“Quisiera saludar a Juan por haber sufrido un inmenso embarazo”, afirmó Rousseff, antes de formular sus excusas: “Desde el punto de vista personal y de mi gobierno, yo le pido disculpas”.
La mandataria promulgó hoy el programa “Más Médicos”, lanzado en agosto por el gobierno y aprobado en la semana pasada por el Congreso, y que abre camino a la “importación” de facultativos de otros países para actuar en áreas donde no hay profesionales brasileños.
En su discurso, Rousseff afirmó que los profesionales de otros países que se dispusieron a trabajar en Brasil “representan muy bien a la gran nación latinoamericana”.
“Cuando los miramos, sentimos ver a los brasileños representados en cada uno de ellos. Ellos vinieron de lejos para ayudar a Brasil a tener una política de salud capaz de llevar este servicio esencial a todos los brasileños. Agradezco a cada uno de ustedes”, afirmó, ante unos 600 médicos extranjeros que participaron en la ceremonia en Brasilia.
La nueva ley permite al Ministerio brasileño de Salud conceder el documento de autorización para que los médicos extranjeros puedan actuar en Brasil, lo que hasta ahora era un derecho exclusivo del Consejo Nacional de Medicina.
El programa “Más Médicos” es hasta ahora la principal respuesta de Rousseff a las masivas protestas que sacudieron el país en junio, durante la Copa Confederaciones de fútbol, para demandar mejores servicios públicos de salud, educación y transporte y menos gastos con las citas deportivas como el Mundial de Brasil 2014 y los Juegos Olímpicos de Río 2016.
La medida, sin embargo, generó polémica entre los médicos brasileños, que criticaron principalmente la llegada al país de unos
4.000 médicos cubanos, en base a un acuerdo tripartito con la Organización Panamericana de Salud (OPAS) y el gobierno de La Habana.
La principal resistencia a la “importación” de cubanos apunta sobre todo al hecho que parte del pago a estos profesionales -que oscila entre 4.200 y 10.600 dólares mensuales- irá a parar a las arcas del Estado cubano y no al bolsillo de los médicos.
La indignación de los médicos brasileños alcanzó su punto culminante con hostilidades abiertas contra los cubanos. En la ciudad nororiental de Fortaleza, por ejemplo, un grupo de profesionales recibió a sus colegas cubanos con gritos de “¡Esclavos!”.
Ante las críticas generadas por el acto hostil, el presidente del Sindicato de Médicos de Ceará, José María Pontes, sostuvo que los abucheos “no estaban dirigidos” a los cubanos, sino al gobierno brasileño, de donde se originó “la idea absurda de traer a estos médicos, incluso con trabajo esclavo”.
El médico Juan Delgado, uno de los insultados en Fortaleza, respondió con elegancia a los insultos. Sostuvo que él y sus colegas cubanos son “esclavos de la salud de los pacientes enfermos”, y opinó que los facultativos brasileños “deberían hacer lo mismo que nosotros, ir a los lugares más pobres para prestar asistencia”.
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