Policía disuelve con gases masiva manifestación contra Maduro

Manifestantes bloquean autopista en protesta contra Nicolás Maduro. Foto: Juan BarretoAFP

HAVANA TIMES – La policía venezolana dispersó hoy con gases lacrimógenos una manifestación que intentó llegar al centro de Caracas, luego de una multitudinaria marcha en el este de la ciudad en rechazo al Gobierno del presidente Nicolás Maduro, reportó dpa.

La concentración llamada “somos millones”, que ocupó un largo tramo de la autopista Francisco Fajardo, en el este de Caracas, se movilizó rumbo a la sede del Ministerio del Interior, en el centro de la ciudad, atendiendo un llamado del líder opositor Henrique Capriles.

En la continuación de las protestas contra el Gobierno, luego de casi siete semanas que han dejado un saldo de 48 muertos, miles de heridos y unos 2.000 detenidos, la masiva marcha encontró el bloqueo de seguridad que disparó bombas lacrimógenas.

La marcha fue replicada en casi todas las 23 regiones del país para mostrar un masivo descontento y se registraron incidentes violentos en Caracas y en los estados de Táchira, en el suroccidente, y Anzoátegui, en el oriente, donde las fuerzas del orden también dispararon gases lacrimógenos.

La manifestación avanzó con dirección al centro, desde la avenida Francisco de Miranda, pero encontró un cordón de seguridad en la plaza Brión, en el municipio de Chacao. Pretendía ir al Ministerio del Interior para exponer sus demandas, encabezadas por un cronograma electoral, por una vía que ha sido igualmente bloqueadas por las policía desde el comienzo de las protestas.

Capriles denunció que lo ocurrido no fue una alteración del orden público, sino una “criminal represión. Le digo al Gobierno que tiene que oir a la gente, nosotros no nos vamos a cansar”.

El diputado opositor José Manuel Olivares estaba al frente de la marcha y denunció la operación de represión de parte de la Guardia Nacional (policía militarizada) y de la Policía Nacional con gases lacrimógenos.

“Comenzó la represión, hay varios heridos. Esta es una lucha entre balas y bombas de gases contra sueños e ideas, pero el pueblo está dispuesto a seguir avanzando. Seguimos resistiendo”, dijo a los periodistas.

En la concentración de la Fajardo, varios miles de personas se hicieron presentes para mostrar masiva presencia, con pancartas, banderas venezolanas y de los partidos opositores y gritos de rechazo al Gobierno.

En la tarima principal, Capriles denunció que la represión de casi siete semanas ha dejado casi 50 muertos, 13.000 heridos y 2.700 presos, de los cuales 200 han sido pasados a la justicia militar.

“Esto ha sido una masacre contra el pueblo venezolano. Sin embargo, a pesar de lo que han hecho, mientras más represión haya, más resistencia, más lucha, más firmeza en la petición de elecciones libre y democráticas”, señaló.

Capriles recordó que las demandas al Gobierno, además de las elecciones, son una solución al problema de escasez de alimentos y medicinas, respeto a la Asamblea Nacional (Congreso) dominada por la oposición, la libertad de políticos presos y el desarme de grupos civiles, que aseguró son armados por el Gobierno para enfrentar las protestas.

“¿Cuántos días nos faltan para lograr el objetivo? No lo sé, pero puedo decir que estaremos firmes hasta que se vaya esta narcodictadura corrupta, hasta que los venezolanos tengamos libertad”, señaló.

El dirigente llamó a los presentes a marchar hasta el Ministerio del Interior, en el centro, para exponerle a su titular, Néstor Reverol, las demandas de la oposición y exigir el fin de la represión a las manifestaciones.

Ante la embestida de la policía, los manifestantes se replegaron en el municipio Chacao, pero no abandonaron las calles.

Las protestas comenzaron el 4 de abril, luego que la mayoría opositora en la Asamblea Nacional (Congreso) acusara al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de perpetrar un golpe de Estado al emitir dos sentencias que despojaron al legislativo de sus atribuciones.

Maduro alega que con las manifestaciones la oposición busca derrocarlo por la vía violenta y acusa al líder legislativo Julio Borges de encabezar el plan de violencia callejera.