Organismo DDHH acusa al Ejército de Nicaragua de reprimir a civiles

Uno de centenares de hombres fuertemente armados que han estado al asecho y atacando a la población que protesta contra el gobierno de Ortega, muchas veces acompañados o transportados por la Policía.

 

HAVANA TIMES – El director jurídico del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Gonzalo Carrión, acusó hoy al Ejército de estar “comprometido en el estado de terror”, por tolerar presuntamente que grupos paramilitares ataquen a civiles que protestan contra el Gobierno de Daniel Ortega.

Carrión visitó a familiares de seis personas que murieron quemadas este sábado en una vivienda atacada por policías y presuntos paramilitares en Managua, en otro sangriento episodio de la crisis que vive el país desde hace casi dos meses.

“Este es un reclamo que hacemos firmemente al Ejército: nadie puede comprar en una pulpería un fusil de alta precisión. Los que andan desplazándose y matando gente no son cualquiera, tienen preparación militar”, dijo el activista de derechos humanos.

En las últimas dos semanas, Managua y otras ciudades del país se han visto presas del terror, por la inédita presencia de francotiradores en lugares públicos y la movilización de hombres fuertemente armados en redadas contra opositores al Gobierno.

En muchos casos, esos elementos encapuchados y vestidos de negro se exhiben operando junto a policías uniformados y portando fusiles de asalto AK-47 y rifles M-16, entre otros.

Según la ley, “sólo dos fuerzas pueden andar con fusiles de guerra en Nicaragua: la Policía Nacional y el Ejército, que también está comprometido en este estado de terror”, aseveró Carrión.

Dirigiéndose a la jefatura militar, cuestionó por qué el Ejercito “mata a cantidad de campesinos que andan alzados, les llaman delincuentes y hacen operaciones limpieza, (mientras) aquí estos señores de una estructura criminal andan con fusiles de guerra”.

El Ejército de Nicaragua ha dicho que no está involucrado en la grave crisis, que se inició el 18 de abril pasado con una protesta estudiantil, y aseguró que no reprimiría protestas de civiles.

Sin embargo, en los últimos días pobladores han denunciado vuelos de presuntos helicópteros militares en zonas del interior, en aparente apoyo al traslado de policías antimotines, así como el uso de armas de guerra sofisticadas por parte de desconocidos.

La crisis se ha cobrado ya la vida de al menos 200 personas y otras 1.400 resultaron heridas, según organismos de derechos humanos independientes.