Maduro apuesta a la radicalización

Por Néstor Rojas Mavares (dpa)

Nicolás Maduro.  Foto/archivo: telesurtv.net
Nicolás Maduro. Foto/archivo: telesurtv.net

HAVANA TIMES — El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, despidió la Cumbre de las Américas de Panamá proclamando una “victoria” sobre los desplantes del imperio norteamericano y amenazando con radicalizar la revolución bolivariana ante las dificultades para normalizar el abastecimiento de bienes de consumo en el mercado interno.

Maduro dijo el lunes que de regreso de su “exitosa” participación en Panamá hizo una parada en La Habana, donde habló por horas y escuchó reflexiones del líder cubano Fidel Castro.

“Estamos venciendo ante el imperialismo sin disparar una bala, sólo con las palabras, las ideas”, afirmó el gobernante, quien cumple esta semana dos años en el poder, y, arropado con la bandera del socialismo, advirtió que radicalizará la revolución bolivariana si los empresarios siguen con su “guerra económica” para desabastecer los mercados y golpear al gobierno.

A los controles de precios y de cambio, Maduro alertó que podría agregar cárcel para los comerciantes que no demuestren qué hicieron con los dólares entregados para las importaciones. En tanto, el desabastecimiento de los mercados continúa, con los venezolanos ocupados haciendo filas en búsqueda de bienes escasos.

En Panamá el gobernante dijo que tenía dos años buscando una reunión con su par estadounidense Barack Obama y ayer, en un discurso en una instalación militar, atribuyó el desdén del jefe de la Casa Blanca por sus llamados a un estrechón de manos a los “asesores de Obama, quienes lo engañan”.

Aunque reclamó un triunfo sobre la estrategia imperial, después de que la Casa Blanca aprobara sanciones contra siete funcionarios venezolanos, Maduro tuvo una semana que evidenció la debilidad del proyecto bolivariano, que tuvo su auge en la última década con el mandatario Hugo Chávez en vida y el barril petrolero rozando los 100 dólares.

Antes de aterrizar en Panamá, Obama realizó un vuelo por el Caribe para proponer a sus líderes una posible alternativa energética, previendo que la crisis económica de Venezuela reducirá los aportes petroleros y financieros de Caracas en la alianza de Petrocaribe.

Antes, los líderes de la Comunidad del Caribe (Caricom) emitieron una declaración de respaldo a Guyana frente al diferendo con Venezuela por el territorio Esequibo, una región de 100.000 kilómetros con recursos naturales y por la cual los dos países mantienen una milenaria disputa.

Guyana, que ha tenido apoyo de Cuba en el diferendo, otorgó concesiones para la exploración petrolera a trasnacionales.

La Cancillería venezolana protestó las labores de exploración petrolera, pero en lugar de presentar un reclamo directo a Guyana fustigó la “injerencia” de la firma estadounidense Exxon-Mobil en la zona.

Maduro tampoco explicó qué hizo en Panamá con las firmas que dijo haber recolectado para avalar su exigencia de que Obama derogue su decreto del 9 de marzo, que además de las sanciones declaró a Venezuela una amenaza a la seguridad estadounidense.

Obama hizo pública una declaración en la que descartó que Venezuela fuera una amenaza para su país, pero la Casa Blanca rechazó echar para atrás la medida.

La debilidad del modelo bolivariano contrastó con el apoyo que recibió previamente de los bloques regionales, desde la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), hasta la Alianza Bolivariana para los pueblos de nuestra América (ALBA) y el Movimiento de No Alineados.

En contraparte, bastante ruido hicieron en Panamá varios ex presidentes que alertaron sobre las debilidades de la democracia venezolana y pidieron libertad para los “presos políticos”.

Pero si la Venezuela bolivariana ha perdido protagonismo externo, en lo interno la situación no es alentadora, ya agravada por la caída del barril petrolero, del que depende la economía.

El analista en opinión pública y director de la firma encuestadora Datanálisis, Luis Vicente León, dijo que en la situación actual “cualquier gobierno racional estaría lanzando plan de ajuste, buscando acuerdos nacionales y cuadrando los soportes”.

“Hace algunos años, el gobierno podía surfear sobre sus propios errores económicos con la tabla que le daba los ingresos petroleros. Este año no hay tabla”, señaló.

Venezuela enfrenta otro año de pésimo desempeño económico, con recesión, alta inflación y un barril petrolero a mitad de precio.
Además, debe hacer pagos de la deuda soberana por más de 10.000 millones de dólares en 2015.

En una decisión que generó malestar popular, el gobierno anunció durante la estadía de Maduro en Panamá el recorte de las asignaciones de dólares controlados para viajeros, que de 3.000 pasó a 2.500 dólares y hasta menos, según el destino.

Firmas independientes estiman que el ahorro por la medida podría alcanzar a 2.800 millones de dólares este año.

Todo esto conforma un escenario adverso para el oficialismo con miras a las elecciones legislativas de este año.

Maduro, quien alega que su modelo socialista se ha ganado el derecho a existir, ha ofrecido varias veces la mano a Obama, proponiendo un diálogo en igualdad de condiciones.

Hasta ahora Caracas y Washington se mantienen en un modo de espera, sin embajadores y muchos decibeles de guerra verbal.