Las FARC ya no le temen a los bombardeos, sino al incumplimiento

Por Georg Ismar y Rodrigo Ruiz Tovar (dpa)

Alirio Córdoba. Foto: elheraldo.co

HAVANA TIMES – Casi cuatro meses después de la firma del acuerdo de paz entre el Gobierno colombiano y las FARC, el mayor temor que sienten ahora los guerrilleros ya no es por los bombardeos aéreos, sino por un eventual incumplimiento del Estado.

“El país tiene miedo. Muchos temen que el Gobierno y la clase política que gobierna no tengan la capacidad de cumplir el acuerdo”, afirmó en una entrevista con dpa uno de los comandantes del “Bloque Martín Caballero”, conocido con el alias de “Alirio Córdoba”.

El jefe guerrillero está reunido con cerca de 300 miembros de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) en la aldea de Conejo, en jurisdicción del municipio de Fonseca, en el caribeño departamento de La Guajira.

“Córdoba” llegó con sus compañeros hace varias semanas a ese lugar para cumplir con un punto del acuerdo que establece que los guerrilleros deben concentrarse en 26 sitios específicos del país para preparar su reincorporación a la vida legal y proceder a la entrega de armas a las Naciones Unidas.

Al llegar a la zona de concentración de Conejo, lo primero que se ve es un campamento del Ejército. A corta distancia hay uno donde están los observadores de las Naciones Unidas y después está el lugar donde los guerrilleros aguardan la implementación del acuerdo de paz.

Allí, bajo la sombra de los árboles, se reúnen con sus familiares y tienen acceso a Internet. Tres guerrilleras embarazadas reciben la atención médica de rigor.

Según “Córdoba”, la firma del acuerdo tuvo beneficios personales para los guerrilleros, algunos de los cuales llevaban 20 años sin encontrarse con sus familiares.

El mismo “Córdoba” podrá abrazar pronto por primera vez a su hija de ocho años. La madre de la niña tuvo que dejar las filas de las FARC al quedar embarazada en una época en que muchas mujeres tenían que sufrir abortos por orden de sus superiores.

Ahora la situación es diferente. Muchas guerrilleras están empezando una vida en familia con sus compañeros y actualmente hay 114 embarazadas y 77 bebés en las zonas de concentración, según datos suministrados a dpa por la oficina del Alto Comisionado para la Paz.

El acuerdo de paz fue firmado el 24 de noviembre en Bogotá, tras cuatro años de negociaciones en La Habana, pero no tardaron en presentarse las críticas por el incumplimiento del Gobierno en el acondicionamiento logístico de esos lugares de concentración.

Las llamadas Zonas Veredales Transitorias de Normalización aún están en construcción, por lo que se retrasó el cumplimiento de un punto del cronograma acordado para que los casi 7.000 guerrilleros estuviesen concentrados antes del 31 de diciembre.

Los miembros de las FARC llegaron en su totalidad a esos sectores en la tercera semana de febrero, pese a lo cual las partes aseguraron que se mantendrá el cronograma del desarme, que debe concluir antes del 1 de junio.

Con el incumplimiento en la primera fase de implementación de los acuerdos, algunos guerrilleros temen que el Gobierno vuelva a fallar en asuntos de mucha más trascendencia que la comodidad de los alojamientos.

“Lo que más nos preocupa del acuerdo es que no se cumpla, pero estamos de acuerdo con lo que se pactó entre las FARC y el Gobierno de Juan Manuel Santos porque tiene grandes logros y avances que, de cumplirse, significarían mucho bienestar para la población colombiana”, afirmó “Córdoba”.

El jefe guerrillero destacó aspectos del acuerdo de paz como la entrega gratuita de tres millones de hectáreas a campesinos que quieren cultivar la tierra y la formalización de títulos de otras siete millones de hectáreas.

“Respaldamos este acuerdo porque es la mejor oportunidad para que Colombia dé un giro en su historia. Pero hay que cumplirlo, y el Gobierno tiene que ser consciente de que los acuerdos se hacen para cumplirlos. La comunidad internacional debe cumplir un papel muy importante para ejercer presión”, añadió el guerrillero.

En los años 80, en el marco del primer intento de paz entre el Gobierno y las FARC, algunos guerrilleros alcanzaron a desmovilizarse y fundaron el partido político de izquierda Unión Patriótica (UP), que prácticamente fue exterminado por atentados de los paramilitares de ultraderecha.

Unos 5.000 de miembros de la UP fueron asesinados, entre ellos dos candidatos presidenciales, ocho congresistas, 70 concejales y 11 alcaldes.

Para “Córdoba”, la situación de la UP no se repetirá con el partido político que surja de las FARC si el acuerdo con el Gobierno se cumple.

“Si se cumple (el acuerdo), no podría repetirse la historia (de la UP). Pero en Colombia hay razones para tener miedo. El balón está en el lado del Gobierno. Nosotros hicimos la parte que nos correspondía.

Dimos, hemos dado y seguiremos dando todas las muestras de cumplimiento. Esperamos que el Gobierno haga lo mismo”, concluyó “Córdoba”.